En el último año, más de 30 policías fueron investigados por presuntos vínculos con la droga

La ruta del delito se reinventa y los delincuentes cambian las prácticas de venta y consumo para no dejar huellas. Los niños acceden cada vez más precoces a sustancias nocivas.

19 Jun 2017
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FOTO ARCHIVO LA GACETA

La problemática se reinventa y el delito gana terreno en los barrios de la provincia salpicando, incluso, a quienes deben combatirlo. Según datos oficiales de la Agencia Antidrogas del Ministerio de Seguridad, en el último año más de 30 policías fueron investigados por presuntos vínculos con la droga y casi la mitad de ellos están arrestados, acusados de integrar asociaciones ilícitas y con prisión preventiva.

Las sospechas de los vecinos terminaron en denuncias anónimas en la web de la Agencia e iniciaron investigaciones que comprobaron –en la mayoría de los casos- que los efectivos integraban bandas delictivas que comercializaban estupefacientes bajo protección.

El caso de los “narcopolicías” de la División Drogas Peligrosas en 2016 y las recientes detenciones de una pareja de efectivos, acusados de integrar una banda con conexiones en todo el Valle de Lerma, en mayo de este año, golpeó a la institución.

“Cuando advertimos que hay personal policial involucrado se inicia una investigación especial para captarla y no dar aviso ante la posibilidad de que un efectivo esté involucrado”, dijo a LA GACETA, Cecilia Martínez, directora de la Agencia, describiendo una problemática profunda que va en aumento en Salta como lo es la venta y consumo de drogas en los barrios, en el último año.


Números que preocupan

De acuerdo a los datos oficiales, en el último año se secuestraron más de 1500 kilos de droga en Salta. Más de 250 personas fueron detenidas y están a disposición de la Justicia luego de más de 1000 procedimientos.

Desde la implementación del sistema de denuncias anónimas, en un año se secuestraron 1564 kilos de droga en Salta. Unos 890 durante el segundo semestre de 2016 y 674 solo este año, que equivalen a más de seis millones de dosis incautadas en los barrios y rutas de la provincia.

El 90% de las denuncias derivaron en una investigación por la seriedad del contenido. En ellas aparecen más de 30 efectivos sospechados y al menos 10 están detenidos con prisión preventiva, acusados de integrar una asociación ilícita.

El delito se reinventa

Según Martínez, el delito "se reinventa" y los delincuentes, al igual que los consumidores, buscan nuevas maneras para borrar las pistas y evitar ser detenidos. Hay cambios en las prácticas de consumo y ventas.

La funcionaria indicó que “la problemática que se observa es que ahora se está usando al consumidor para la venta; en vez de recibir un pago en dinero les dan a cambio sustancias para consumir, el pago es en especie”, dijo. Así aparecen las figuras de las “mulas” o “bagayeros” que ingresan y trasladan sustancias por toda la provincia. Este accionar atenta contra las pruebas que deben encontrar los policías en los allanamientos. “Cuando vamos a detener a un delincuente, éste ya consumió las sustancias y no quedan pruebas”, advirtió.

Las bocas de expendio en los barrios mutan y se convierten ahora en lugares de venta y consumo para los adictos. Las personas compran y consumen en el momento para evitar que una requisa policial los delate. Los “pasamanos” tienden a desaparecer.

“La modalidad delictiva cambia porque el vendedor se hace pasar como consumidor ante la Ley pero, además, la cantidad de dosis que tienen son para la venta y consumo. Con estas nuevas prácticas evaden cualquier maniobra judicial que pueda ponerlos tras las rejas”.

La marihuana, de “consumo social”

Los cambios no solo se advierten en la modalidad delictiva sino además en las prácticas de consumo y la edad en la que los niños acceden cada vez más precoces al mundo de las drogas en Salta.

“Antes, quizás, hace cuatro años los jóvenes comenzaban a drogarse a los 14, hace dos años lo hacían a los 12 y ahora en los allanamientos se ve en los barrios más marginales casos de niños de ocho años que están empezando a consumir”, contó la funcionaria.

Los adultos preferirían más la cocaína; los niños y jóvenes acceden a la marihuana y sus residuos como la pasta base.

La logística del micro y macrotráfico

De acuerdo a las últimas investigaciones aparecen dos rutas como las de principales tráfico de droga en Salta.

Los estupefacientes ingresan por Bolivia hacia Paraguay, ingresa a Salta y luego migra a Chile. También hay casos donde proviene de la frontera boliviana, llega a la provincia y parte hacia el país trasandino o bien se concentra en Buenos Aires. Las bandas narcos operan con conexiones internacionales y mueven negocios millonarios. Así es que en los últimos meses desarticularon cinco peligrosas bandas.

La frontera continúa siendo una zona permeable: por Bolivia ingresa la cocaína y por Paraguay la marihuana, según las investigaciones de la Policía de Salta. 



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