Nicolás Cajal: “Nos merecemos saber quién fue y por qué”

El viudo de la mujer asesinada en Vaqueros rompió el silencio con críticas a la investigación. Esta noche Cajal participó por primera vez de la marcha en el municipio vecino y dialogó con LA GACETA.

16 Jun 2017
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FOTO LA GACETA

No eran más de 15 personas al costado de la ruta. Repartían panfletos con un identikit y sostenían pancartas que pedían “Justicia por Jimena”. Desde febrero que todos los viernes vecinos y familiares de Jimena Salas se reúnen para pedir por el esclarecimiento de su asesinato. En ninguna de estas manifestaciones había estado presente el esposo de Jimena, Nicolás Cajal. Hasta hoy.

Esta vez el hombre, junto a algunas personas del barrio y familiares, participó de la manifestación que se congregó en Vaqueros y repartió los folletos con identikit del posible asesino. Antes de acceder a esta entrevista solo pidió algo: no hablar sobre sus hijas.

“Estamos peleándola. Algo que no pensamos nunca que nos podía pasar a nosotros y cuando lo vivís en carne propia ves que es muy difícil y bueno, peleándola, tratando de seguir adelante lo mejor posible, es algo que… el dolor no se va a pasar nunca”, dice.

Cuando habla, de a ratos, se pausa, mira a los costados, intenta no quebrarse.

“La realidad es que la gente del pueblo se junta todos los viernes a las siete de la tarde y como hoy a las nueve de la noche empezaba el festival pensamos que iba a haber más gente, por lo menos para tratar de tener un poquito más de impacto en la gente, para que la gente sepa y no quede esto en la nada”, dice, explicando el motivo de la manifestación.


Asegura que sobre la causa se sabe poco. “La realidad es que no sabemos mucho, lo último que se difundió fue este identikit o esta foto hablada, confío en que la justicia sigue trabajando, sé que el fiscal está trabajando. También creo que no cuenta con los recursos necesarios tanto la policía como la fiscalía para el caso, creo que no hay la cantidad de gente abocada a la causa como realmente se merece, por la gravedad del hecho y porque ha pasado mucho tiempo y no tenemos nada en concreto”, dice y añade: “hubo algunos llamados, llamados anónimos, dando algunos datos, pero todo lleva un proceso para verificar los datos o las pistas que la gente da y la realidad es que al tener poca gente abocada a la causa se hace más complicada, tené en cuenta que para buscar a una persona o algún dato son dos días y no tenés 20 personas abocadas a la causa, es menos gente”.

De todos modos asegura que sigue creyendo en la justicia. “La esperanza es lo último que se pierde, necesitamos un poco de paz todos, mi mujer también necesita un poco de paz, y nada de lo que pase me va a devolver a mi mujer, pero creo que nos merecemos saber quién fue y por qué”.




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