El elevado gasto y el reparto de dinero condicionan la baja de la carga fiscal

La Argentina sigue teniendo la mayor carga de tributos en América latina. Expectativas por la reforma que propone Macri Si no reducen impuestos, es probable que no mejore la inversión, el empleo y el consumo, dice una consultora

19 Jun 2017
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CÁLCULOS. Un asalariado formal argentino debe trabajar hasta 225 días del año para poder cumplir con todas sus obligaciones tributarias. infobae

¿Con qué porción del ingreso total de una familia se queda el fisco? ¿Cuánto tiempo tiene que trabajar un asalariado argentino para poder cumplir con todas sus obligaciones tributarias? Hasta el año pasado, la carga fiscal era de entre un 47% y un 62% del ingreso familiar. Aún más, un asalariado formal argentino debería trabajar entre 173 y 225 días para cumplir con todas las obligaciones tributarias. Así, el “Día de la independencia tributaria” se ubica en la Argentina entre el 21 de junio y el 12 de agosto, en función de cuáles sean sus ingresos, según el diagnóstico del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).

Pero la situación parece ser un poco más profunda: los impuestos representan el 137,4% de las ganancias obtenidas por las empresas. En otras palabras, el Estado se queda con más plata que lo que puede generar aquella compañía puede ganar. Lo midió el Foro Económico Mundial que, en su último informe de Competitividad Global, ubicó a la Argentina en el puesto 104 entre 138 países del planeta.

Con una baja importante de los impuestos, aumentará la inversión, el empleo y el consumo. Por el contrario, sin baja de impuestos, lo más probable es que continúe la anemia en materia de actividad y empleo, plantea la consultora Economía & Regiones (E&R). Sin embargo, advierte, para poder bajar impuestos, primero tiene que haber una mayor reducción del gasto que permita el descenso de la presión tributaria y que ello implique menos déficit fiscal. Así, también disminuirá la presión sobre el Banco Central y las colocaciones de deuda.

El Gobierno nacional anunció que, tras las elecciones de octubre, elevará al Congreso un proyecto de reforma integral tributaria para 2018. ¿Cuánto deberían bajar los impuestos? La reforma tributaria debería plantear un cronograma gradual de baja de impuestos año por año hasta hacer converger la presión tributaria hacia los niveles de la región, indica E&R.

En otras palabras, la Argentina tiene casi 10 puntos porcentuales de exceso de presión tributaria que ahogan al sector privado desincentivando la inversión, la acumulación de capital, la mejora de productividad y la creación de empleo (ver infograma).

Según el reporte al que accedió LA GACETA, en el período 2003/2016 la presión fiscal (Nación, Provincias y Municipios) aumentó 56,1% en términos de PBI; a nivel nacional (60,8%) más que en la esfera provincial (45,2%). Sin embargo, a excepción de Ganancias sobre Personas Físicas (+98,3%), los impuestos que más aumentaron, son aquellos que recaen sobre las empresas afectando negativamente la inversión, la productividad y la generación de nuevos empleos, es decir al crecimiento económico. Ganancias Personas Jurídicas (49,5%); Contribuciones Patronales (134%) y Aportes Personales (+56,3%) son los impuestos nacionales que más crecieron.

Por el lado de provincias, la recaudación de Ingresos Brutos (105,6%) es la que más creció; y es un gran problema para la producción, la inversión y el empleo. ¿Por qué? Porque es altamente distorsivo ya que impacta en forma escalonada en todos los eslabones de la cadena productiva. Además, se cobra en función a la facturación y no en relación al valor agregado, lo cual potencia exponencialmente el efecto distorsivo sobre la inversión, la producción y el empleo. La posibilidad de una baja significativa en la carga impositiva, que aliente un crecimiento sostenido del país, choca con tres problemas.

• La manera mediante la cual se está encarando la reforma, porque carga “de más” sobre Provincias cuando el peso de la reducción impositiva debería recaer más sobre Nación.

• Hay restricciones políticas, agravadas por el enfoque que le busca dar el gobierno Nacional, que dificultan la reforma.

• Las restricciones económicas emergentes de la falta de debate en materia de reducción del gasto. Estas tres cuestiones se retroalimentan potenciándose en forma negativa entre ellas, finaliza Economía & Regiones.

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