Lisandro Aristimuño: "me encanta que mi público tenga sospecha de lo que voy a hacer"

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El cantautor patagónico se presentará este viernes en el Teatro Provincial.

22 Jun 2017

Sensible y visceral. Lisandro Aristimuño es un artista con una profunda conexión con sus sentimientos. Disfruta de mutar y sorprender. “Me encanta que el público tenga sospecha de lo que voy a hacer”, asegura el cantautor patagónico que el año pasado estreno nuevo disco “Constelaciones” y que ahora lo está presentando en teatros del país. Este viernes, a las 22, tocará en el Provincial de Salta.

Aristimuño volvió a la escena discográfica después de cuatro años sin editar un álbum. El antecesor de “Constelaciones” fue el exitoso “Mundo anfibio”, que salió en 2012. Como no le gusta encasillarse ni ser predecible, esta vez hizo las cosas totalmente diferentes aunque siempre en el camino de la autogestión y la independencia.

Trabajó con un productor, Ariel Polenta –hasta entonces produjo solo-, grabó en formato trío junto a dos músicos invitados, Javier Malosetti y Sergio Verdinelli –siempre lo acompañó su banda- y además llegó al estudio sin nada armado. “Quise sentir la adrenalina de ver qué pasa cuando no llevas las cosas listas”, le cuenta el músico a LA GACETA. El resultado es un disco sencillo y directo en el que dejó de lado la electrónica y las cuerdas que caracterizan su universo sonoro. En esta entrevista cuenta alguno detalles: 

¿En qué etapa artística y personal te encontró este nuevo material?

Hay mucha diferencia entre “Mundo anfibio” y “Constelaciones”. Primero por el tiempo que pasó entre uno y otro. Segundo porque a mí siempre me gusta mutar y el hecho de ser independiente me da esa libertad, y también la libertad de hacer lo que me de placer y lo que sienta. Una multinacional no me dejaría cambiar tan rotundamente. En “Constelaciones” grabé con otros músicos, cosa que nunca hice en ningún disco anterior.

¿Qué te aportaron los músicos invitados? ¿Cómo llegaste a ellos?

Yo tenía ganas de cambiar un poco, de poner otros actores como si fuera un director de cine. Además tampoco había trabajado con otro productor, siempre produje mis discos y esta vez se sumó Ariel Polenta. Esta vez decidí sumar otra mirada. Ariel empezó a escuchar mis ideas y se nos ocurrió invitar a Javier Malosetti y a Sergio Verdinelli, que tocan jazz. De hecho nosotros veníamos escuchando mucho jazz y estábamos buscando un sonido más de madera y de vinilo. Cuando pensamos en dos músicos se nos vinieron a la mente ellos dos. Javier y Sergio aceptaron y fue un placer enorme, porque no solamente fue grabar sino también una escuela para mí. Fui un alumno. Llevamos las canciones adelante de una manera muy interesante porque con una sola señal el tema sonaba. En ese sentido, el disco es más simple, más despojado de capas y sonidos. No tiene electrónica ni cuerdas, que siempre use.

A diferencia de producciones anteriores, a “Constelaciones” lo fuiste armando sobre la marcha, en el estudio. ¿Cómo fue la experiencia?

Por una cuestión económica, nunca me dejé estar mucho tiempo dentro de un estudio porque era muy caro. Yo llevaba todo muy armado para no perder horas y aprovechar el tiempo al máximo. En este caso decidí darme el lujo de pedir un estudio durante ocho días y sentir la adrenalina de ver qué pasa cuando no llevas las cosas listas. Lo deje como entreabierto para cerrarlo ahí. En ese sentido salió un disco muy sincero y muy directo porque no está tan pensado. Eso le da una frescura a “Constelaciones” que está buenísima.

Aunque lo grabaste con invitados, estas tocando los temas de “Constelaciones” con tu banda de siempre. ¿Cómo trasladaste el sonido al vivo?

Mi banda tuvo que sacar el disco y la verdad que me encanta como suena en vivo porque es como ponerle otro traje. Es hermoso lo que sucede porque yo siento mucho placer de tocar con ellos, somos como una familia. En realidad nunca pensé en abandonar esta banda simplemente quería grabar con otra gente y ver que me pasaba a mí como autor y como arreglador. La banda se tomó muy bien el disco, les encanta. Es un disfrute enorme lo que está ocurriendo con “Constelaciones” en los conciertos.

¿Cuál es el mensaje del nombre “Constelaciones”?

“Mundo Anfibio” es acuático y “Constelaciones” es cielo, estrellas, galaxias. Surgió un día que fui a la playa La Boca, que está en Viedma y me quede horas acostado en la arena mirando las estrellas y el cielo. En ese momento me imaginé las constelaciones no solo como estrellas sino como una mirada, un mensaje que nos están dando desde arriba. Esa fue la primera inspiración. Después comencé a investigar sobre constelaciones. Me pareció lindo que cada canción sea una constelación diferente y jugar a ponerle una personalidad a cada constelación.

“Mundo anfibio” fue un disco importante en tu carrera. Tuvo mucho éxito. ¿Te importó ese éxito a la hora de pensar en su sucesor?

Siempre quiero que mis discos me gusten a mí. Lo maravilloso de la independencia es que te da la libertad de hacer un disco cuando realmente lo sentís. La música te llega y a veces no, no estas siempre con la luz encendida para escribir. Por eso tarde bastante en sacar un nuevo material porque “Mundo anfibio” es de 2012. No pienso en superar el éxito sino que lo veo desde un lugar artístico y del corazón. Creo que la gente que escucha mi música lo entiende así, sabe cómo soy y desde donde hago mi música. Soy inquieto y me encanta que mi público tenga sospecha de lo que voy a hacer, que no esté cómodo.

¿Cómo te llevas con la masividad?

Me da orgullo porque vengo haciendo un trabajo muy grande junto con mi equipo. Cuando veo que los lugares se van agrandando cada vez más me llena de orgullo porque lo hice desde la independencia y la autogestión. Pienso que la gente me eligió, yo no la invadí como suele suceder con algunos artistas que los escuchas en todos lados. Mi caso es al revés, el público se acercó y me eligió. Eso es un placer enorme.

Además tus presentaciones en vivo se caracterizan por ser viajes sonoros…

Si, en mis shows espero que el público se deje llevar y vaya descubriendo diferentes climas. Al tener mucha variedad de instrumentos, se puede generar eso. Nos vamos transformando y nos damos la posibilidad de pasar por diferentes países sonoros.

¿De qué se trata tu proyecto “Música sin fines de lucro”?

Es una idea que me salió desde el corazón, yo también fui el chico que estaba en la pieza con la guitarra criolla haciendo canciones. Poder fomentar la música de otros artistas me da mucho placer y me parece que mucha gente debería hacer. Yo me tomo ese tiempo con mucha disciplina. Cuando voy a los conciertos es impresionante la cantidad de músicos que me reglan sus discos. Me gusta escuchar y sobre todo cuando me cuentan que gracias a eso lograron algo. Soy una amante de la música. Lamentablemente los medios no buscan mucha música, si no les llega no investigan. Ese lugar me parece que está muy abandonado y si puedo contribuir lo voy a hacer siempre.

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