Piden enjuiciar a dos narcos detenidos en Salta con más de 63 kilos de cocaína y pasta base

Los hermanos Wilson y Edward Miranda, de nacionalidad boliviana, fueron sorprendidos el 20 de febrero en un control aduanero, en Aguas Blancas.

22 Jun 2017
1

FOTO ILUSTRATIVA ARCHIVO

El titular de la Fiscalía Federal de Primera Instancia de San Ramón de la Nueva Orán, José Luis Bruno, solicitó la elevación a juicio de la investigación seguida contra los hermanos Wilson y Edward Miranda, sorprendidos el 20 de febrero con más de 63 kilos de cocaína y pasta base, en un control aduanero en Aguas Blancas. 
Están acusados del delito de contrabando de importación de estupefacientes en grado de tentativa. Ese día, alrededor de las 10.45, fueron interceptados al llegar al Puente Internacional Aguas Blancas. En la camioneta Toyota Hilux llevaban 63,107 kilos de droga que prevenía de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. 
Wilson conducía la camioneta y Edward viajaba como acompañante. Junto a ellos estaba Marlene Miranda y una niña. Al ser interrogados sobre el motivo del viaje, los imputados indicaron que hacían un viaje familiar con destino a Buenos Aires. 
Pero en el control de rutina, personal de la Aduana encontró debajo del guardabarros derecho, en el baúl de la camioneta, una cavidad de chapa que había sido recientemente pintada. El vehículo fue trasladado a la fosa del Puente Internacional y allí la Gendarmería lo inspeccionó. 
En distintos compartimentos encontraron 82 paquetes envueltos en papel film y grasa que fueron examinados y arrojaron un peso total de 63,107 kilos de cocaína y pasta base. 
Con las pruebas, el fiscal consideró que Wilson y Edward Miranda debían ser sometidos a juicio oral y público como coautores del delito de contrabando de importación de estupefacientes en grado de tentativo. 
En su argumento, Bruno fundamentó que “el ocultamiento del estupefaciente en cavidades ocultas (…) al momento de ingresar a la localidad de Aguas Blancas (Argentina) provenientes del Estado Plurinacional de Bolivia tratando de burlar el control de las autoridades de Aduanas y Gendarmería Nacional, para introducir el estupefaciente en territorio argentino, constituyó un ardid hábil ideado para intentar burlar el control de la fuerza de prevención”.

El titular de la Fiscalía Federal de Primera Instancia de San Ramón de la Nueva Orán, José Luis Bruno, solicitó la elevación a juicio de la investigación seguida contra los hermanos Wilson y Edward Miranda, sorprendidos el 20 de febrero con más de 63 kilos de cocaína y pasta base, en un control aduanero en Aguas Blancas. 

Están acusados del delito de contrabando de importación de estupefacientes en grado de tentativa. Ese día, alrededor de las 10.45, fueron interceptados al llegar al Puente Internacional Aguas Blancas. En la camioneta Toyota Hilux llevaban 63,107 kilos de droga que prevenía de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. 

Wilson conducía la camioneta y Edward viajaba como acompañante. Junto a ellos estaba Marlene Miranda y una niña. Al ser interrogados sobre el motivo del viaje, los imputados indicaron que hacían un viaje familiar con destino a Buenos Aires. 

Pero en el control de rutina, personal de la Aduana encontró debajo del guardabarros derecho, en el baúl de la camioneta, una cavidad de chapa que había sido recientemente pintada. El vehículo fue trasladado a la fosa del Puente Internacional y allí la Gendarmería lo inspeccionó. 

En distintos compartimentos encontraron 82 paquetes envueltos en papel film y grasa que fueron examinados y arrojaron un peso total de 63,107 kilos de cocaína y pasta base. 

Con las pruebas, el fiscal consideró que Wilson y Edward Miranda debían ser sometidos a juicio oral y público como coautores del delito de contrabando de importación de estupefacientes en grado de tentativo. 

En su argumento, Bruno fundamentó que “el ocultamiento del estupefaciente en cavidades ocultas (…) al momento de ingresar a la localidad de Aguas Blancas (Argentina) provenientes del Estado Plurinacional de Bolivia tratando de burlar el control de las autoridades de Aduanas y Gendarmería Nacional, para introducir el estupefaciente en territorio argentino, constituyó un ardid hábil ideado para intentar burlar el control de la fuerza de prevención”.

Comentarios