Sudán del Sur, el país que moviliza la ayuda del Papa

Amnistía Internacional denuncia que se está haciendo una “purga” de la etnia shilluk. La organización denuncia que el Gobierno es responsable de homicidios y saqueos sistemáticos sobre una minoría étnica

24 Jun 2017
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A LA ESPERA DE UNA RACIÓN. Mujeres y los niños desplazados por rebeldes y tropas oficiales hacen fila. reuters

YUBA, Sudán del Sur.- Decenas de miles de civiles de la región sur sudanesa del Alto Nilo se vieron obligados a desplazarse cuando las fuerzas gubernamentales quemaron, bombardearon y saquearon sistemáticamente sus casas entre enero y mayo de 2017. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional en nuevo informe, basado en entrevistas a decenas de víctimas y testigos presenciales.

La magnitud de la conmoción civil obligó al Papa Francisco a suspender la visita prevista para este año. A cambio, el Pontífice impulsará programas de ayuda sanitaria, alimentaria y educativa en el país africano.

Civiles pertenecientes a la minoría shilluk contaron a Amnistía Internacional cómo las tropas gubernamentales y sus milicias aliadas robaron todo lo que pudieron tras los ataques, desde provisiones alimentarias hasta muebles, e incluso las puertas de entrada de las casas.

“Aun teniendo en cuenta el historial de hostilidad étnica en Sudán del Sur, es absolutamente escandaloso el desplazamiento masivo, casi completo, de la minoría étnica shilluk”, ha dicho Joanne Mariner, asesora general de Amnistía Internacional sobre respuesta a las crisis.

“Amplias zonas del territorio habitado por los shilluk han sido devastadas, con incendio de viviendas de civiles y saqueo de sus bienes y provisiones de alimentos, por lo que sus perspectivas de volver a sus hogares son escasas, en vista de la creciente crisis humanitaria en la región y su miedo a nuevos episodios de violencia.”

La ofensiva llevada a cabo por el gobierno en el Alto Nilo entre enero y mayo de 2017, con la ayuda de milicias de etnia dinka, le permitió reconquistar territorio que en los últimos años había estado controlado por un grupo armado de oposición formado por combatientes shilluk agwelek. Causó el desplazamiento de decenas de miles de civiles shilluk, incluida casi toda la población de ciudades y pueblos de la ribera occidental del Nilo Blanco.

Amnistía Internacional ha reunido imágenes de satélite que muestran la destrucción de casas y otros bienes civiles en la zona central de Wau Shilluk, incluido un templo tradicional. La mayoría de la gente que vive en la región reside en un tukul, caseta con techo de paja, que es altamente inflamable.

La organización documentó homicidios de civiles a manos de las tropas del gobierno en el curso de la ofensiva. Algunos de los homicidios fueron deliberados, ya que se disparó contra las víctimas cuando estaban cautivas o por la espalda cuando intentaban escapar.

Víctimas y testigos describieron ataques de artillería e incendios selectivos (hasta un bombardeo desde un avión Antonov) contra viviendas de civiles. En algunos casos, personas ancianos o indefensas murieron quemadas en sus casas.

Algunos shilluks han regresado a sus casas tras la ofensiva, pero la mayoría continúa desplazada. Decenas de miles han huido al norte y han pasado a ser refugiadas en Sudán, y unas 10.000 más sobreviven en condiciones muy precarias en un campo instalado en el pueblo de Aburoc.

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