La mañana es el mejor momento para entrenar

Depende de cada persona, pero si lográs adaptarte, el cuerpo está mejor predispuesto para el ejercicio físico apenas te levantás.

27 Jun 2017
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ARRANCAR. El entrenamiento matutino te prepara para enfrentar el día con todas las pilas puestas.

Es casi de noche, hace frío y la cama parece haberse convertido en una planta carnívora que te atrapa y no te deja mover. El reloj tiene unos colmillos de miedo y marca las 6.30. Hora de levantarse para ir al gimnasio. Lo mirás y pensás que, de lograrlo, te merecés una medalla al mérito y a la fuerza de voluntad. Pero lo cierto es que nadie te va a hacer un monumento: el premio es que tenés el resto del día para cumplir con tus obligaciones con las pilas recargadas al máximo.

Varias investigaciones indican que el entrenamiento matutino es el que da mejores resultados y del que se obtiene el máximo rendimiento. Consultados por LA GACETA, un entrenador y un nutricionista tucumanos concuerdan en que es el momento ideal, pero siempre y cuando la persona se adapte a ese horario y le siente bien, porque en estos temas es imposible generalizar.

“Si te podés acomodar para entrenar a la mañana, muchísimo mejor”, recomienda el entrenador personal y profesor de Educación Física Carlos Bosio. “Es que el cuerpo está hormonalmente mejor preparado para los trabajos de fuerza y también aeróbicos en ese momento, más que en cualquier otro horario. Lo digo por experiencia personal y también por los varios trabajos que hay sobre este tema”, agrega.

Para los entrenamientos del común de los mortales -no así para los de alto rendimiento- Bosio recomienda comenzar con una rutina de fuerza y después algo más aeróbico. Los ejercicios de fuerza movilizan las células grasas al torrente sanguíneo, sobre todo en los momentos de descanso entre una serie y otra, y después es más fácil “quemarlas” con ejercicios de resistencia, recomienda.

Durante las mañanas los gimnasios no están repletos de gente. Un poco porque el entrenamiento matutino no siempre es compatible con los horarios de trabajo, pero también por algunos prejucios. “Mucha gente piensa que va a estar cansada el resto del día, pero lo normal es que se produzca todo lo contrario. El ejercicio físico te energiza, salís a la calle con otra actitud y también con la mente más despejada. Porque, aunque no parezca, el entrenamiento bien hecho es también un entrenamiento intelectual, porque es necesario concentrarse en el cuerpo. Es una gran manera de comenzar el día”, sostiene Bosio.

¿Desayunar o no?

OK, me convencieron. Voy a entrenar a la mañana. Pero la próxima pregunta es cómo prepararerse antes de ir, principalmente si desayunar o no antes del ejercicio. En el medio de los extremos (el desayuno suculento versus el ayuno) está el nutricionista Guillermo Omar, conocido por sus posteos diarios con consejos nutricionales en las redes sociales y por su “nutrinovela” en Instagram.

“Desayunar o no desayunar es algo que decide cada persona, en base a lo que le dé resultado. No se puede sostener con fundamentalismos qué está bien y qué está mal. Sí es importante decir que, si desayunás, tiene que haber un tiempo para hacer la digestión antes del entrenamiento. Entre 40 mintutos y una hora y media, según qué tanto desayunés, es ese lapso. Hay personas que comen una fruta o toman un vaso de jugo de naranja, por ejemplo, como para incorporar algo de hidratos en alimentos fáciles de digerir. Con eso no hay dramas. Pero con un desayuno de café con leche + tostadas + queso untable y mermelada, por ejemplo, se va a necesitar más tiempo antes de comenzar el entrenamiento”, detalla Omar.

Lo que sí es importante, explica el nutricionista, es que la cena sea una comida de importancia si es que al otro día vas a entrenar. “Yo insisto en que las pautas de alimentación se ajustan a los objetivos que se necesitan cumplir. Vas a escuchar gente que le resta importancia a la cena, como una comida menor. Pero si entrenás a la mañana, la cena tiene que ser nutritiva aunque no pesada: proteínas y vegetales, por ejemplo, pero nada de frituras ni picantes. No alcanza con una sopita de verduras”, advierte.

Omar y Bosio coinciden en que el ejercicio físico causa diferente impacto según el perfil metabólico de cada persona, entonces será cuestión de probar qué se adapta mejor. “Si pueden entrenarse a la mañana, si les sienta bien y están bien el resto del día, mucho mejor. Pero no es una regla fija”, apunta el nutricionista.

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