El barrio Limache se convirtió en un cementerio de vehículos

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REPLETO. Los vecinos de barrio Limache conviven con muchos vehículos abandonados. FOTO LA GACETA

En distintos puntos de la etapa siete se encuentran abandonados autos y camiones, acumulando mugre, ratas y el malestar de los vecinos.

30 Jun 2017

El paisaje en diferentes lugares de la etapa siete del barrio Limache, en la parte sur de la ciudad, tiene una particularidad: la cantidad de autos, camionetas, camiones y carros abandonados hace años forman lo que podría considerarse como un cementerio de vehículos.

A esa parte del barrio la atraviesa la avenida Cabo Primero Cisterna, que en ambos lados de su platabanda tiene autos y restos de chatarra arrumbados, acumulando tierra, mugre, ratas y el enojo de los vecinos.

Pero eso no es todo. A una cuadra de la avenida, atrás del Centro Integrador Comunitario, hay una cancha de fútbol bastante descuidada. Alrededor de uno de los arcos no solo hay basura sino también tres camiones y los restos de un viejo auto que denota el paso del tiempo.

“Fijate, entre los camiones hay cajas de vino y botellas de cerveza; todas las noches muchos jóvenes se juntan ahí y la zona se vuelve peligrosa”, cuenta un vecino que vive en frente pero que no quiere dar su nombre ni exponerse porque los camiones abandonados pertenecen a otra familia de la cuadra, con quienes ya se ha enfrentado y no quiere tener más inconvenientes.


Sobre la avenida también vive mucha gente y con un idéntico padecer. Uno de los vecinos se niega a que remuevan los autos abandonados, muchos de los cuales les pertenece, porque los utiliza para obtener repuestos o vender la chatarra, ya que tiene un taller en el lugar.

Una mujer que vive a pocas casas contó que los autos abandonados son una constante desde hace años, que llegó al barrio hace casi una década y la situación ya existía. Incluso indicó que hay días en que la cuadra está llena y que por las noches es cuando los dejan. Por temor a mayores inconvenientes de los que ya tuvo, ella tampoco quiso hacer público su malestar.

Sobre la avenida Cabo Primero Cisterna también está la Comisaría del barrio, lugar en donde radicaron algunas denuncias por los autos y los problemas con los vecinos. En la puerta de la seccional, hay un fitito con tanta tierra encima que hasta le han escrito a dedo un mensaje para la misma policía.

Ante los reclamos de los vecinos, quienes aducen que la acumulación de chatarra es un riesgo para su salud y que además genera una mala imagen para los comercios de la zona, el concejal Gustavo Serralta llevó al Concejo Deliberante un pedido para que los vehículos sean removidos.

A principios de junio el pedido fue aprobado y así el Concejo solicitó al Ejecutivo municipal que, previa intimación para que los propietarios los retiren, proceda a sacarlos del lugar.

Retirarlos, por ahora, no es posible

Si bien consiguió el respaldo del Concejo Deliberante, Serralta advirtió que el cumplimiento de lo exigido no sería posible en lo inmediato: “en Tránsito nos dijeron que los canchones están llenos y que no tienen espacio físico donde ponerlos, por eso no creo que haya fecha para el retiro e imagino que estarán ahí otros años más”, dijo a LA GACETA.

La versión fue confirmada desde la misma Subsecretaría de Tránsito. El coordinador General de Tránsito, mayor Miguel Ángel Sosa, explicó que los tres canchones están completos por lo que tuvieron que habilitar la playa interna de la Subsecretaría en calle Santa Fe, pero que también se llenó rápidamente con autos secuestrados en controles de alcoholemia.

“En playa interna hay vehículos desde diciembre pero además no los retiran porque tienen problemas de documentación, por ejemplo, por transferencias que no se han hecho”, agregó Sosa a este medio.

Solo en el canchón de calle Catamarca hay 1561 vehículos y hace 15 días que no entra más nada:


Una de las causas del problema de la acumulación de vehículos es que sus propietarios no los retiran. “Lo primero que hacemos es buscar a los dueños para que se los lleven pero de diez autos solo se llevan tres y otras veces ni siquiera podemos localizar a los propietarios porque son chatarras”, comentó el mayor.

Para retirar un auto secuestrado primero hay que acreditar la titularidad y ahí es donde surgen los inconvenientes, sobre todo cuando se inician los trámites en el Tribunal de Falta y porque “tiene un costo considerable”, según Sosa.

El concejal Serralta consideró que Tránsito debe “gestionar otros lugares o subastar los vehículos como se hizo en otras oportunidades cuando se vendió como chatarra”.

Desde la Subsecretaría aseguraron que se están ocupando del problema: “estamos buscando otro predio para alquilar porque no tenemos espacio y también se están preparando lotes de vehículos del canchón de calle Catamarca para hacer una compactación julio”, contó Sosa.

Si bien la ordenanza vigente dice que hay que esperar un año para poder compactar los vehículos, en Tránsito aseguraron que están esperando dos años, para evitar reclamos posteriores. La última compactación fue en 2014, pero Sosa contó que no duró mucho el espacio libre ya que rápidamente se volvió a llenar. En aquél entonces se compactaban entre 10 y 15 autos por día y una empresa se llevaba la chatarra.

Sosa reconoció que lo que sucede en la etapa siete del barrio Limache no solo es real sino que se repite en otros lugares. “La ciudad está llena de vehículos abandonados y nos reclaman eso pero por falta de espacio no podemos retirarlos del lugar por ahora”, sentenció.


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