Salta y su historia: llegó a la gobernación con su propio voto

Entre algunos personajes históricos de Salta hay uno que es muy poco conocido en la provincia: José María Todd. Gobernó durante cuatro años. Cedió el bastón de mando al Señor del Milagro.

22 Oct 2017
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FOTO PORTAL DE SALTA

En año 1856 gobernaba Salta don José María Todd, que llegó al poder por su propio voto. Cómo es eso: ¿por su propio voto?

Tood nació en Salta en 1809 y cuando sólo tenía 15 años se alistó a las fuerzas que partió bajo el mando de José María Paz a la guerra contra el Brasil. Como consecuencia de las heridas recibidas quedó prácticamente inválido situación que no le impidió continuar su carrera militar hasta llegar a comandar el Batallón de “Cazadores Argentinos”. Unitario a ultranza debió emigrar a Bolivia después de la suerte que corrieron Juan Lavalle y Manuel Dorrego.

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Con el correr del tiempo y habiéndose tranquilizado la situación del país Todd regresó a Salta para dedicarse a la actividad política que lo llevó a ocupar una banca en la Legislatura y en carácter de presidente de la Cámara le cupo la responsabilidad de llamar a elecciones para completar el periodo gubernativo del General Rudecindo Alvarado, quien debió dimitir por razones de salud.

La votación resultó empatada y Todd, como titular de la Junta y candidato a la gobernación, debía desequilibrar la opinión de los electores. Solemnemente y con tono grave de voz, dijo: “Voto por el ciudadano José María Todd”. De este modo el ilustre salteño ocupó por tercera vez la Gobernación de Salta.

El Cristo gobernador

Transitaban los últimos días de diciembre de 1861 cuando la población de “esta muy noble ciudad” se convulsionó al saber de buenas tintas que las tropas de Tucumán habían usurpado una vasta zona del territorio provincial saqueando las localidades y apode­rándose de la ganadería.

Al salir a campaña contra los unitarios, colocó el bastón del mando en manos de la imagen del Señor de los Milagros, en la Catedral de Salta. Para ridiculizarlo, sus opositores dijeron que había nombrado gobernador a la imagen sagrada.

Según una carta que le escribió a Antonio Zinni le cuenta que al no encontrar en Salta a quien debía asumir el mando se reunió con el gobernador eclesiástico para solemnizar la marcha con el oficio de una santa misa con exposición de las sagradas imágenes del Señor y de la Virgen del Milagro.

Concluida la ceremonia el gobernador José María Todd se dirigió a la muchedumbre que se había congregado al frente de la antigua Iglesia Matriz expresándole lo siguiente:

“Señores, en estos momentos solemnes, no es la insignia del poder, sino su acción lo que se necesita. Este bastón (de mando) que me es útil en la campaña, yo lo deposito a los pies del eterno protector de Salta”.

Con pasos firme y ante la mirada de la concurrencia colocó el bastón en las andas de la imagen venerada. Todos aplaudieron frenética­mente, pero los adversarios políticos, con el fin de burlarse de esta ac­ción, “inventaron –al decir Todd- de que yo había delegado el mando en el Señor del Milagro”.

Con respecto a este episodio el doctor Ernesto Miguel Aráoz, en su “Diablito del Cabildo” señala que en ausencia del José María Todd nadie se atrevió a inquietar el episodio y que, cuando retornó de su triunfante cruzada, el bastón que significaba poder estaba donde él lo había enco­mendado. Son muchos quienes sostienen que con la “picardía” de Todd los enemigos políticos no se animarían a provocar un golpe revolucionario para destituirlo del gobierno y, más aún, en la apariencia de haber dele­gado el mando al Señor del Milagro nadie se atrevería a apoderarse del atributo que debía ostentar todo gobernante.

Texto archivo: Andrés Mendieta



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