Rita Segato en Salta: “los femicidios y violencia de género se corrigen en la sociedad”

La antropóloga especializada en cuestiones de género brindará una charla -que ya posee entradas agotadas- esta tarde a las 17 en la Fundación Salta.

30 Ago 2017
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FOTO GENTILEZA PRENSA GOBIERNO DE SALTA

Muy agradable e iluminada al hablar, Rita Laura Segato, conversó con LA GACETA antes de la charla pública que brindará esta tarde a las 17 en la Fundación Salta. Mientras que, los días 31 de agosto, 1 y 2 de setiembre, brindará un curso de posgrado en la Universidad Nacional de Salta.

La antropóloga y feminista argentina es conocida por sus investigaciones que se han orientado a las cuestiones de género en los pueblos indígenas y comunidades latinoamericanas, a la violencia machista y a las relaciones entre género, racismo y colonialidad.

¿Cómo describiría la situación actual con respecto a la violencia de género en Argentina?

Es un problema que nos atañe a todos, antes que nada. No separo a hombres y mujeres porque toda la sociedad se siente dolida por las muertes y femicidios que suceden en el país. Hay una agresión constante, no solamente a las mujeres, sino a toda la sociedad que lo está sintiendo. Como feminista recibí siempre cartas de mujeres y, de repente, hace un año empecé a recibir cartas de hombres, expresando un enorme sufrimiento y queriendo entender también lo que sucede. No podemos, todos nosotros, los medios y feministas, desconocer el sufrimiento masculino porque lo que sufrimos es una consecuencia del sufrimiento, de la frustración impotencia y sentimiento masculino, en una fase de la historia y economía en donde se precariza a los hombres –porque las mujeres siempre estuvimos precarizadas-.

La mujer es víctima de una sospecha moral y tiene que probar que es un sujeto moral, todos los días: como se viste, que aro se pone, si se pinta los labios o usa pollera más o menos larga. Todos los días debemos producirnos como un sujeto moral. Agradable, pero moral, porque si no la pasás mal.

Esta precarización de los hombres genera un conflicto muy fuerte con la masculinidad y la necesidad del hombre de sentirse fuerte y potente, con esas exigencias que se le inculcan de pequeño: de no sufrir o no reconocer que sufre. Los hombres mueren antes en todos los países del mundo, porque está entrenado a no percibir sus emociones. Eso aparece luego en forma de violencia contra el otro, de necesidad de subordinar. El hombre que no puede ver su propia fragilidad en el espejo, para construir su poder, necesita destruir.

En algún momento, alguien mata a una mujer. Si no trabajamos ese sujeto, el violento, no vamos a corregir el problema.

¿Cómo se avanza a una mejora en estas situaciones de violencia?

El problema se corrige en la sociedad. A lo que se llega en el último peldáneo de violencia, que es un femicidio o una agresión con un cuerpo y finaliza en un cadáver, tiene un caldo de cultivo en el aire que respiramos, en las prácticas de todos los días. Siempre hay violencia, todos los días.

La mujer es víctima de una sospecha moral y tiene que probar que es un sujeto moral todos los días: como se viste, que aro se pone, si se pinta los labios o usa pollera más o menos larga. Todos los días debemos producirnos como un sujeto moral. Agradable, pero moral, porque si no la pasas mal.

En la sociedad, las leyes son importantes, las condenas y cárceles porque, en el imaginario de todos, hay una cárcel al final del camino, entonces vos no me vas a matar. Pero eso es falso. De todos los crímenes contra la vida en el continente nuestros, no solo contra las mujeres, son muy pocos los que llegan a una sentencia de un juez. En México, por ejemplo, es nulo. Solo un 1% llega a la justicia, que no tiene una eficacia material, pero si discursiva.

La punición necesita existir pero no es la que va a corregir el problema, por una serie de razones de las cuales hablaré a la tarde en la charla. En algún momento, alguien mata a una mujer. Si no trabajamos ese sujeto, el violento, no vamos a corregir el problema.

¿Cómo se puede trabajar esto desde el hogar con padres o madres que reproducen de estereotipos machistas?

En casa no enfrenté ese problema porque soy hija única de madre feminista, pero durante décadas vi niñas llegar a mis clases llorando porque había preferencia por el hijo varón que tenía más cosas y permisos que las mujeres.

Existe la idea de que él es quien va a llevar a destino a la familia y resulta que las mujeres tenemos más años de escolaridad, mejores promedios. El problema es cuando ingresamos al mercado laboral. Pero las familias deben saber que las esperanzas deben estar colocadas en la hija mujer. No porque lo digo yo, sino porque lo dicen las estadísticas.

Cuando comento esto con los hombres, sienten alivio porque las expectativas que le proponen sus padres hacen que se alegran, les quita peso.

La generación de jóvenes se está dando cuenta que las soluciones no están donde las propusimos hasta el momento. Algunos se rebelan contra eso, otros intentan otras cosas. Lo cierto es que las instituciones entraron en falencia. Lo cierto es que no sabemos qué efecto tendría en un violador una buena cárcel. No lo podemos medir porque tal cosa no existe.


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