Sylvester: “no me gusta el poeta que muestra las heridas”

Santiago Sylvester presentó La Conversación, una antología que recorre todas sus publicaciones, desde 1974, hasta ahora.

08 Sep 2017
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300 páginas. Ni prólogo ni trabajo crítico que traten de influenciar en la interpretación o apreciación de los textos.

Así, Santiago Sylvester decidió que cada uno de sus poemas batalle solo ante el lector en “La conversación”, una antología de Colección Visor (Madrid) y que reúne a manera de antología lo mejor de los libros publicados entre 1974, hasta la fecha.


Desde 1977 que Sylvester no vive en Salta. O que no radica de manera permanente acá. Pasó 20 años en Madrid (publicó, dicho sea de paso, un enorme libro de cuentos en la editorial Anagrama) y después volvió y se quedó en Buenos Aires. Pero Salta está presente. Está ahí. Siempre

Después señaló los lugares de procedencia estética. Mencionó el siglo de oro español y la poesía del siglo XX. En este sentido contó que todavía estaba en el Bachillerato Humanista cuando lo fue a ver a Raúl Aráoz Anzoátegui, que era director de la Radio Nacional de Salta. “Y el negro, que era tan generoso, me vio entrar, creo que llevaba algo así como la Lira Argentina, poesía de 1824, me dice eso ya vas a leer, tomá esto, y me dio Montale, Pavese y T. S. Eliot y toda la biblioteca de él que me la puso a disposición. Y yo me quedé con tal susto que creo que le debo el insomnio que me persigue desde entonces. Esa es la otra procedencia, el siglo XX, con sus rupturas, con su sentido de cambio, de las mutaciones, de las aventuras”, dijo.


Enfatizó eso, lo prodigioso del siglo XX. “En este momento los poetas tenemos el problema de escribir después del siglo XX. Porque el siglo XX casi nos ha ganado de mano en todos los temas posibles y en todas las formas posibles y hasta en el deterioro de la forma… a veces tengo la sensación de que estamos rodeados de cascotes y tal vez hace falta que venga una generación y que nos vuelva a imponer el siglo de oro, cosa imposible”, dijo

Citó a Yeats: “el poeta es más de su época que de su lugar”. Y dijo que por un lado leyó y memorizó poemas Juan Carlos Dávalos y dijo que también sabía de memoria montones de poemas Manuel J. Castilla y de otros poetas salteños, y después dijo que además del lugar está la época. “Y uno es una esponja absorbiendo la época. Sobre todo en un momento de la vida. Necesita serlo”, dijo.

Mencionó a Walter Benjamin, porque él decía que a un escritor habría que prohibirle escribir en primera persona hasta los 30 años. Dijo que ahora habría que correr diez años más. “Hasta los 40 años habría que prohibir a los escritores que escriban en primera persona. Que aprenda a contar en tercera persona. Que aprenda a ver el mundo, a ver las cosas, que no se vea tanto a él mismo. Hay un momento de mirarse y mostrarse y de él será el recorte de lo que se mira, pero que no esté tan pendiente de dónde aprieta el zapato”, dijo.


En este sentido criticó a los que escriben poesía para hacer catarsis. “Me pasa que temperamentalmente no me gusta la poesía catárquica, no me gusta el poeta que muestra las heridas y que dice cuánto sangra y cuánto le duele la vida. No soy afecto ni al llanto excesivo, no me gusta el poeta que abuse de la herida, de la llaga. Hay mucha poesía de esa. La leo, y ahí queda. No la releo. En realidad donde se juega la poesía es donde uno relee”, dijo.


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