Un salteño radicado en México contó cómo se vive luego del sismo

Adrián Lucardi estaba dictando clases en el cuarto piso del Instituto Tecnológico Autónomo cuando todo tembló.

20 Sep 2017
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Entre el shock, el temor, la desesperación y la solidaridad, los mexicanos intentan reponerse del fuerte sismo que sacudió la capital del país ayer. Un salteño que vive desde el año pasado contó cómo vivió ese momento y cómo lo sobrellevan estos momentos.

Adrián Lucardi es doctorado en Ciencia Política y profesor en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), justamente donde se encontraba para trabajar como todos los días. “Con un colega llegamos al ITAM a las 11, estábamos yendo a la oficina cuando las alarmas empezaron a sonar, pero era un simulacro de sismo ya que en 1985, también el 19 de septiembre, hubo uno muy fuerte y mucho más destructivo, que mató a miles de personas en la misma zona”, comenzó contando a LA GACETA.

Como está previsto por protocolo de emergencia salieron afuera, esperaron el tiempo indicado ante la eventualidad de réplicas y volvieron a entrar normalmente.

“En un radio de cinco cuadras de mi casa hay como cuatro edificios que se cayeron, al principio no había luz, volvió a la medianoche".

“Yo doy clase de 13 a 14.30 y recién comenzada la clase, tipo 13.15, volvió a sonar la alarma y sentí que el edificio se movía, fue muy fuerte, era muy marcado”, describió al contar que el aula está ubicada en el cuarto piso del edificio, por lo que debieron esperar un momento hasta poder salir, ya que ese piso no debe evacuar inmediatamente.

Agregó que al bajar ya se había calmado todo pero que en el ITAM se cayó parte de la mampostería, libros de las oficinas, algunos cuadros y que en algunas aulas hubo roturas sin llegar a ser graves ni estructurales. La gente volvió a entrar a retirar sus cosas e inmediatamente se cancelaron las clases hasta el viernes.

“Había varios chicos asustados, otros shockeados pero en el ITAM no pasó nada grave, ni se cortó la luz en la zona”, contó pero reconoció que luego tomó real dimensión de lo sucedido cuando al volver se fue enterando de los daños en toda la ciudad. Adrián vive en Roma Sur pero trabaja en una zona llamada San Ángel, donde no se registraron daños mayores.


El edificio en el que vive no sufrió consecuencias pero en muchos lugares cortaron el gas por precaución, incluso su portero le dijo que en un edificio cercano hubo una explosión por una fuga. Sin embargo la zona fue afectada: “en un radio de cinco cuadras de mi casa hay como cuatro edificios que se cayeron, al principio no había luz, volvió a la medianoche y a la gente que vive cerca le volvió horas más tarde”, relató.

La situación en estos momentos

Adrián explicó que buena parte de la ciudad de México está construida sobre lo que era un lago, inclusive algunas de las zonas de mayor nivel socioeconómico como Roma-Condesa, donde se cayeron varios edificios.

"Sentí que el edificio se movía, fue muy fuerte, era muy marcado”

“Aparentemente, buena parte de los edificios que colapsaron eran medio viejos, si vas por la zona ves varios que te preguntás cómo pueden aguantar un terremoto porque acá el suelo es muy blando por lo de la laguna, si no están bien construidos no se pueden bancar un sismo de esa magnitud”, detalló.

A más de 24 horas de lo sucedido, todavía se ve mucha gente “shockeada y asustada”, pero también mucha gente ayudando, donando y “yendo a dar una mano”. Anoche mucha gente seguía afuera de sus casas, en parte por la falta de luz pero también porque habían sido evacuados o no se animaban a volver a entrar.

Lucardi no descarta que lo sucedido impacte políticamente pero entiende que es prematuro afirmarlo. “El sismo del ’85 golpeó muy duro al PRI, que estaba en el Gobierno desde 1929 (se quedó hasta el 2000 y volvió en 2006), porque quedó la impresión que la corrupción había tenido mucho que ver con la mala calidad de las construcciones y la respuesta del gobierno post-sismo fue muy mala”, explicó.

Desde entonces, la calidad de las construcciones parece haber mejorado bastante aunque siguen existiendo muchos edificios viejos, posiblemente anteriores a 1985, que siguen en pie. “Lo sorprendente es que no se hayan caído antes”, opinó.

Adrián nos envió este mapa que muestra los tipos de destrucción sufridos en distintos puntos de la ciudad:

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