Rafting y Canopy: dos opciones para los amantes del deporte extremo

Rafting y Canopy son dos opciones para los amantes del deporte extremo y la vida al aire libre. A tan solo 100 kilómetros de la ciudad, paisajes, adrenalina y aventura se combinan para vivir un día increíble, alejados del ajetreo cotidiano.

Al llegar a la base de Salta Rafting, sobre la ruta 47, los interesados son recibidos con un café y un curso instructivo sobre rafting y seguridad. Luego reciben los equipos y las indicaciones de los guías para emprender el descenso al Río Juramento.

Subidos a la balsa y bajo el comando del coordinador, los primeros 20 minutos son de aguas tranquilas, momento propicio para repasar las maniobras técnicas en un recorrido con 10 rápidos, de dificultad intermedia.

Deporte y paisaje se combinan en el espectacular recorrido por el Río Juramento en un angosto paso entre las montañas de 65 millones de años de antigüedad.

La excursión tiene una duración de dos horas de remo. Es importante estar atentos a las indicaciones de los coordinadores y evitar llevar pertenencias de valor que, producto de las variantes condiciones, pueden caer al fondo del río.

El propietario de la empresa, José Barthaburu, comentó a LA GACETA que para vivir esta increíble experiencia no es necesario conocer o haber realizado antes Rafting o Canopy. Sostuvo que el objetivo es “pasar un día diferente, con alegría”.

Terminada la aventura, la empresa ofrece un almuerzo criollo, incluido en el precio del paquete, y se puede disfrutar de las cómodas instalaciones con quincho, barra, asador, WiFi gratuito, baños y vestuarios.

Canopy

Después de un momento de relax, la actividad continúa para los amantes del deporte extremo, con el trekking que propone el ascenso al cerro donde están las plataformas del Canopy, una caminata de 15 a 20 minutos. Allí inicia el recorrido por los cables de acero.

Según explicaron desde Salta Rafting, "la espectacularidad del Canopy es la vista a 200 metros de altura sobre el nivel del río y las longitudes que pueden llegar hasta los 600 metros sobre el Cañón".

El circuito comienza con una charla instructiva sobre seguridad y el uso correcto del equipo (guantes, casco, arneses). 

Alejandro, uno de los instructores, explicó que una vez lanzados el viaje puede alcanzar una velocidad máxima de 35 kilómetros por hora, "como si estuviéramos volando".

Existen dos tipos de recorridos, uno de nueve cables y otro de cuatro cables (actualmente utilizado). En cada plataforma se ubican el instructor y un colaborador para equipar, recibir y desatar a los fanáticos de las aventuras.

La sensación de vértigo se combina con un paisaje incríble y la variada fauna que habita en el lugar: peces, loros, águilas, garzas, cóndores.

Lo que tenes que saber

Para vivir un día de extrema aventura es importante hacerlo con ropa liviana -preferentemente de color claro-, zapatillas o botas de trek, sombreros, gorras, protector solar, lentas, cámaras de foto, binoculares, toallas personales. Asimismo, los guías recomiendan no llevar objetos de valor que pueden ser extraviados.