Desde la cárcel, Vera cuenta su verdad sobre el caso de las francesas

Entrevista Parte 1

En exclusiva desde Villa Las Rosas, uno de los acusados del doble crimen insistió en su inocencia y contó como pasa los días en el penal. Explicó sobre su relación con Lasi y detalló cómo sufrió apremios por parte de la Brigada.

25 Oct 2017

Entrevista: Santiago Mendieta

Video y edición: Pablo Hamada

Santos Clemente Vera, condenado a prisión perpetua acusado de ser uno de los autores del crimen de las jóvenes francesas Cassandre Bouvier y Houria Moumni, está confiado en la fundación Proyecto Inocencia que atiende su causa ante la Corte Suprema de Justicia y en los diecinueve meses que lleva preso se refugió en la religión: “todos los días me siento, rezo y le pido a Dios que me dé fuerzas. Él me quiere ver fuerte”, dice en un momento de la entrevista en exclusiva con LA GACETA.

La cita era a las 11 en la cárcel de Villa Las Rosas. En mesa de entrada del penal a esa hora desfilan los proveedores de alimentos que van a parar directamente a las cocinas, familiares de reclusos pidiendo algún tipo de información y abogados con oficios en mano.

Luego de anunciarnos y de una espera que no superó los veinte minutos, la puerta se abre. En el ingreso de la prensa a la unidad carcelaria no se ven las celdas, tampoco los internos, solo guardiacárceles que van y vienen con papeles en las manos.

En un cuarto especial –con las paredes recubiertas con machimbre-, que sirve de oficina para la secretaría administrativa, esperamos a Vera.

Mocasines marrones recién lustrados, jeans, camisa a cuadros, campera tejida y peinado prolijo y a la gomina, uno de los hombres condenados por el doble homicidio, ingresa escoltado por un guardia. No está esposado. Saluda respetuoso a cada uno de los que están en la sala y espera indicaciones.

La vida en el penal

Con una sonrisa que apenas se insinúa, cuenta que su abogado, José Vargas, lo acaba de visitar –como cada martes- y le informó que Jean Michel Bouvier lo irá a ver esta semana en el penal.

“Es fuerte que el papá de una de las víctimas me apoye”, reflexiona Vera, con la mirada perdida en una de las ventanas del cuarto y luego de una pausa, acota: “…pero eso me da fuerzas… esperanzas”.

“El gaucho” o “el milico”, como es conocido en San Lorenzo, se encuentra alojado en un pabellón de ingreso (lugar destinado a los reclusos que aguardan por la determinación de un proceso judicial) y pasa sus días labrando la tierra, en la huerta orgánica que hay en el penal.

Detención y apremios

Durante la entrevista con LA GACETA, que se extendió por más de 30 minutos, Vera contó cómo son sus días en la cárcel. Recordó, como si fuera parte de otra vida, su primera detención en agosto de 2011, las vejaciones por parte de la Brigada de Investigaciones, el sobreseimiento en junio de 2014 y su condena a perpetua y vuelta a la cárcel en febrero de 2016.

“Dios me quiere fuerte”

La esperanza en que la fundación Proyecto Inocencia Argentina pueda revertir su situación y que la Corte Suprema de Justicia haga lugar a la posibilidad de un nuevo juicio, lo mantiene vivo.

En los 19 meses que lleva detenido, Vera tuvo que aprender a sobrevivir. Adquirió un lenguaje judicial y conoce a la perfección cada detalle del expediente.

Hoy será visitado por representantes de la fundación y por Jean Michel Bouvier, quien desde 2011 sostiene que Vera es un “perejil” de la Justicia salteña.



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