ESCRITOR. Por Gastón Sánchez.

03 Oct 2018
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Ilustración por Lele Lou

ESCRITOR.

Por mis venas corre una tinta más espesa que éste veneno. La jeringa yace en el suelo, oculta bajo las sábanas de mi improvisada cama. Espero que Ellos no se den cuenta. Y si lo hacen, deseo estar muerto para entonces.

Escrito #73459:


Escribo éstas líneas con motivo de mi despedida hacia ustedes, Altísimos.

No es mi intención menospreciar su hospitalidad con ésta carta, pero necesito irme de aquí. Ya han pasado veinte años desde que me eligieron para ser su escritor personal y, aunque me halaga en cierta forma, el terror que me produjo en un principio ha vuelto a mí en éstos días.

Jamás comprendí sus razones. Puede que en su mundo no haya apasionados por contar historias o sus pensamientos sean muy limitados y en su poderío inconmensurable, crear mundos a partir de lo que imaginen les resulte meramente imposible. Y la verdad, que luego de odiarlos, pasé a sentir pena por ustedes.

Vivir en un mundo real, con conocimientos absolutos de las razones, las formas y el origen ligado al final de cada cosa sin tener al alcance de sus manos el más mínimo escape de la realidad infinita y desgraciada a la que el vivir nos ata debe ser sumamente triste. Por eso, yo ya no me considero prisionero de ustedes. Ustedes son mis prisioneros.

Con cada palabra que escribí, se abrieron nuevas puertas ante ustedes, que ni en sus incontables viajes surcando el cosmos pudieron ver jamás. Y eso les aterra. Temen saber que puede que sea cierto algo de lo que les cuento y comienzan a pensar tanto que terminan por temerme a mí, un simple escritor.

Lamento mucho las palabras que escupo sobre éstas hojas, pero son necesarias para mí.

Me obligaron a dejar a mi familia, mis amigos, mi trabajo y yo, desde mi humilde lugar, los obligué a dejar sus mentes y mudarse violentamente al lugar donde a mí se me plazca. Están enloqueciendo, ¿verdad?.

Siento lentamente cómo empieza a hacer efecto el antídoto que inyecté en mi torrente sanguíneo. Puedo sentir la muerte recorriendo mi cuerpo y alterando paulatinamente mis sentidos y aún así, no tengo miedo. Sé que estoy a un paso de la paz. De sentirme libre como hacía mucho no lo hacía y ahí, cuando ustedes encuentren mi cuerpo sin vida, enloqueceran aún más.

Intentar reanimarme sería inútil, aunque se jacten de su omnipotencia.

Pero por el contrario. Si al encontrar éstos textos mi vida ya terminó, sepan que todos éstos años de cautiverio no fue mío, sino suyo. Y ahora, con mi muerte y libertad comienza su agonía en vida. Su prisión sin cadenas y su tortura sin herramienta alguna.

He trabajado minuciosamente en sus cabezas, Seres Todopoderosos y me honra saber que me fui de mi mundo a morir en uno ajeno, pero llevándome conmigo lo más preciado que un ser puede tener... Su mente.




12/03/2019. Algún lugar del universo.


Escritor.



Texto: Gastón Sánchez.

Ilustración: Lele Lou. LeandroLougedo en Instagram.

MALNACIDO EDICIONES.



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