Un ex empleado del Juzgado de Orán dijo que Reynoso le inventó dos causas

También habló de cómo el ex juez Federal manejaba el Juzgado y las causas importantes y hasta dijo que cobraba por un trabajo que no hacía.

13 Mar 2018
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Firme, contundente y hasta, por momentos, desafiante se mostró un ex empleado del Juzgado Federal de Orán que declaró ayer como testigo en la causa que juzga al ex juez Raúl Reynoso y a otras siete personas por gestionar coimas a narcos a cambio de beneficios procesales.

José Antonio Fernández Martínez no vaciló en sus respuestas e incluso se animó a aclarar o reforzar conceptos cuando la fiscalía tenía dudas o cuando las defensas intentaban buscar contradicciones.

Una de las cuestiones más fuertes que contó tuvo que ver con las denuncias que sufrió de parte del propio Reynoso a las que sintió como una intimidación primero y como una venganza después.

Según el joven abogado, la primera causa nació luego del conocido episodio en el que el abogado David Leiva (uno de los primeros denunciantes de Reynoso), en una cena de abogados cuestionó la presencia de los empleados federales a los que calificó de coimeros. Reynoso se enteró de esto e inició una causa contra cinco empleados por pedidos de coima.

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Pese a que luego Leiva aclaró que lo había dicho solo por el ex magistrado y por el hoy empleado imputado, Miguel Saavedra, Reynoso continuó la causa que después llegó hasta la Cámara Federal de Apelaciones en donde fue desestimada por improcedente.

“Cuando le conté lo que había dicho Leiva, Reynoso me pidió que haga un informe que después utilizó para armarnos esa causa; yo por eso quedé con mucho miedo a recibir más denuncias, sumarios o ser despedido”, relató Fernández.

Con el estallido de la causa llegaron las venganzas

Al “temor reverencial” que, según el testigo, Reynoso infundía constantemente a sus empleados, se sumaron amenazas y venganzas luego de que el ex magistrado se enteró de algunos de sus empleados habían declarado en su contra en la instrucción de la causa que hoy se juzga.

Cuando el entonces magistrado supo de la declaración de un ex empleado suyo que lo comprometía, Reynoso convocó a los trabajadores del Juzgado a una reunión en la que les hizo una serie de advertencias en un tono amenazador de la que luego se conoció una grabación. “Apuntó contra los que éramos de Salta, buscó que no declaremos en su contra y luego pidió que firmemos un acta de esa reunión que decía que no pasaban cosas extrañas en el Juzgado y yo me negué”, contó Fernández.

La segunda causa en su contra, que el testigo sintió como una venganza, nació luego de su declaración espontánea en la instrucción de la presente causa, en la que sus dichos comprometieron al ex juez.


“Reynoso mandó a investigar mi computadora en la que había una carpeta con archivos y fotos personales, entre ellas fotos de Kim Kardashian y Jennifer Lawrence en paños menores que habían salido en un diario; por eso me denunció por distribución de pornografía infantil”, declaró Fernández entre indignado y enojado al considerar que el caso, por tratarse de mujeres tan reconocidas en todo el mundo, demostraba que se trataba solo de un ensañamiento.

El testigo cuestionó también al fiscal Federal, José Luis Bruno, porque ordenó que se forme una instrucción por esa causa pero que luego se excusó de intervenir, lo que hizo que la causa llegue a Salta y termina, al igual que la anterior, desestimada.

Otras irregularidades de Reynoso

En consonancia con otros ex compañeros suyos de trabajo, Fernández enumeró otra serie de situaciones extrañas que se vivían en el Juzgado en tiempos de Reynoso con estas frases.

“Reynoso repartía los expedientes entre los empleados pero siempre los casos en donde intervenían los abogados (María Elena) Esper, (Ramón) Valor -imputados- y (Lucinda) Segovia siempre se resolvían más rápido que las demás”.

“Ellos iban mucho al Juzgado, tenían mucho trato con Reynoso, Esper hacía los escritos a mano ahí en el Juzgado y en ese momento se los proveían”.  

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“Reynoso dictaba la resolución de un caso y los empleados tenían que hacerse cargo de los fundamentos, un compañero me contó que tuvo que inventar fundamentos para procesar a Sejas Rosales como partícipe secundario y excarcelarlo cuando toda la evidencia marcaba que era el principal responsable de esa causa por narcotráfico”.

“Para casi todos era obligatorio trabajar los sábados y algunos domingos y feriados, pero Saavedra y (César) Aparicio –imputados- no tenían esas exigencias”.

“El gendarme (Gerado) Garrido era el custodio del Juzgado pero también chofer y empleado personal del juez, le hacía trámites personales a él y a su familia como sacar turnos en el médico o comprar pan, parecía una empresa privada”. “Su hijo también trabaja en el juzgado”.

Una nueva irregularidad

Fernández denunció algo que, hasta el momento, no se había escuchado: que Reynoso tenía un puesto remunerado como docente en Gendarmería pero que nunca iba a dar las clases, sino que obligaba a empleados a ir en su lugar.

“Él cobraba por eso pero me mandaba a mí a Daher o a Puig a dar las clases”, disparó y cuando Reynoso pretendió hacerlo dudar sobre sus dichos, el testigo lo miró e insistió: “desde que yo estuve, usted nunca fue, solo iba a controlarnos a nosotros”.  


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