Nuevas tecnologías y los niños: ¿cómo acompañar a los niños en su uso?

Según un estudio de Unicef, seis de cada diez niños en Argentina se comunican usando el celular y ocho se valen de internet.

18 Mar 2018
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En Argentina existen más de 13 millones de niños, niñas y adolescentes que utilizan, regular y cotidianamente, las nuevas tecnologías: smartphones y tablets.

Uno de los puntos a tener en cuenta es que, un estado de conexión excesivo puede traer aparejados problemas como la reducción de las horas de sueño, la sobreexposición de la intimidad o la desatención de las responsabilidades.

“Las nuevas tecnologías no son peligrosas en sí, solo requieren de una regulación en su utilización y que los más grandes acompañen a los chicos en el proceso”, dice la psicóloga María Alejandra Cosentino en una entrevista realizada por OSDE.

Según Cosentino, el tiempo real que los chicos pasan frente a la pantalla es muy superior al que ellos dan cuenta: “En general, lo que observo es que el tiempo medido por el reloj es bastante mayor que la percepción subjetiva que ellos tienen del tiempo que pasaron jugando, escuchando música, usando las redes sociales o mirando videos en YouTube, por ejemplo”. Por eso, es importante que los adultos estén presentes y atentos a cualquier señal que pueda indicar que sus hijos se están excediendo en la cantidad de horas-pantalla.

Seis formas de acompañar a los chicos en el uso de las nuevas tecnologías, según la especialista:

Enseñémosles criterios para organizar la información. Es necesario que los guiemos para que sepan procesarla e interpretarla, que conozcan las fuentes y reconozcan si son fiables o no.

Expliquémosles que deben tener cuidado con lo que suben. Todo lo que carguen queda registrado para siempre y es muy difícil de borrar porque ya pertenece a la red y cualquiera puede acceder.

Acompañémoslos, sin controlar ni invadir. Los adultos debemos entender que las nuevas tecnologías generaron un nuevo tipo de sociabilidad. Para los chicos, estar con sus amigos es estar conectados, y los procesos de identificación de los adolescentes no pueden expresarse sin la categoría de amistad. Por eso, debemos estar atentos a esta nueva forma de socialización y preguntarles como si hubiesen estado hablando con sus amigos cara a cara.

Ubiquemos los dispositivos electrónicos en espacios comunes. Así, los adultos podremos monitorear su uso y evitar el aislamiento en las habitaciones.

Compartamos momentos offline con ellos. Fomentemos la realización de actividades que no requieran conexión, como deportes, música, lectura, salidas. Enseñemos con el ejemplo. Si los adultos hacemos uso regulado y positivo de las pantallas, los chicos serán los primeros beneficiados.

Acordemos horarios de uso. Es muy valioso que las familias puedan, además, destacar la importancia de que actividades compartidas como las comidas estén liberadas de la utilización de dispositivos electrónicos para volver al centro de las relaciones interpersonales a través de la conversación, los relatos y el interés puesto en un diálogo cara a cara.

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