Excompañeros de Chirete confesaron que tenían talladoras, cuchillos y celular en la celda

Durante sus declaraciones testimoniales revelaron algunas falencias en el sistema de seguridad del penal y contaron cómo era la convivencia con Herrera.

20 Mar 2018
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En la jornada de hoy en el juicio que se sigue contra Gabriel “Chirete” Herrera por el femicidio de Andrea Neri durante una visita íntima en la cárcel de Villa Las Rosas en enero de 2017, declararon dos excompañeros de celda del principal imputado.

Se trata de Rubén Maximiliano Rodríguez y Felipe Edmundo Condorí, quienes en durante sus declaraciones testimoniales revelaron algunas falencias en el sistema de seguridad del penal y contaron cómo era la convivencia con Herrera.

“Estaba enojado”

El primero en comparecer ante el Tribunal de Juicio fue Rodríguez, quien desde noviembre de 2016 hasta el 5 de enero de 2017 compartió, junto con otros cuatro reclusos, la celda 372 con Chirete.

Rodríguez, quien continúa privado de su libertad, aseguró que en la celda contaban con herramientas de carpintería (talladoras, gubias y destornilladores) y también dos cuchillos. “Los cuchillos los llevé yo. Eran chiquitos y de lata. Se movían para todos lados”, indicó el recluso.

Al respecto, explicó que en el Servicio Penitenciario se autorizaba una orden de tenencia y en la celda eran de uso común.

Además contó que en la celda tenían un celular que pertenecía a Chirete. “A mí me secuestraron un celular que era de Herrera. Me lo sacaron de las manos cuando hablaba con mi mamá. Fue una cama”, contó.

También fue consultado sobre la conveniencia con Herrera y aseguró que no tenía un trato fluido con sus compañeros de celda. “Yo a la mañana me iba al taller y volvía de noche. Charlábamos un poco, jugábamos al ludo y dormíamos”, explicó el recluso y agregó: “no sabía que tenían Facebook, hablaban en códigos”.

Además agregó que sabía que Herrera estaba privado de su libertad por estar condenado en 2006 por haber matado a su entonces pareja en la cárcel de Metán.

“Tenía visitas de la misma persona (Andrea Neri) todos los jueves y domingo. Contaba que estaba muy bien con ella y que se sentía bien con su hijo”, relató.

Respecto al día del hecho, Rodríguez recordó: “Esa semana estaba enojado. Yo ni le pregunté, hacía la mía. Me sorprendió lo que hizo”.

En relación a las visitas íntimas, Rodríguez contó que cuando una mujer iba tres veces como visita y se anotaba como concubina adquiría el derecho de solicitar las “visitas privadas”.

“En las celdas se organizaba quiénes entraban primero a tener su visita. Eran los jueves y domingos de 15.30 a 17.30”, relató durante su declaración.

Por último Rodríguez manifestó que luego del homicidio de Andrea Neri se incrementaron los controles dentro del penal y sobre todo con las visitas privadas: “por uno, pagamos todos”, concluyó.

El último testimonio de la jornada estuvo a cargo de Condorí, un hombre catamarqueño que estuvo preso en la misma celda con Gabriel Herrera desde febrero de 2016.

El hombre que purgaba una pena de tres años por abuso sexual simple, coincidió con Rodríguez respecto a que en la celda había herramientas, cuchillos y un celular.

“Teníamos las herramientas para trabajar y cuchillo para cortar el pan. Las teníamos las 24 horas con nosotros en la celda. También había un celular y lo manejaba Herrera”, detalló el catamarqueño.

Condorí explicó que el no recibía visitas privadas y por lo tanto el día del hecho se encontraba en la zona del lavadero con los demás reclusos que recibían las llamadas “vistas ordinarias”.



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