Condenaron a dos narcos pero buscan hacer caer a su proveedor salteño

Uno de los condenados, que fue gerente de Recursos Humanos de Cablevisión, fue capturado intentando llevar 77 kilos de cocaína a Uruguay.

21 Mar 2018
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WENCESLAO Y VLADIMIR BEZIC

Un hombre y su padre fueron condenados por la Justicia Federal salteña por el tráfico de droga a Uruguay pero desde la Fiscalía sostuvieron que la causa solo estará completa cuando logren procesar y juzgar al salteño que sería el presunto proveedor de la droga.

Vladimir Facundo Bezic fue condenado a la pena de ocho años de prisión, multa de quince mil pesos e inhabilitación absoluta por el término de la condena, por resultar coautor del delito de comercialización de estupefacientes. En tanto, su padre, Wenceslao Bezic, recibió una pena de cinco años por resultar autor del delito de confabulación y fue declarado reincidente por segunda vez.

Vladimir Bezic, que supo ser gerente de Recursos Humanos de Cablevisión, había sido detenido en 2014, cuando intentaba cruzar a Uruguay con más de 77 kilos de cocaína camuflados en el interior de su automóvil la mañana del 18 de septiembre de 2014. Personal de la División Operaciones Federales de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal Argentina lo interceptó en la Terminal Portuaria Buquebus de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en cumplimiento de la manda judicial que ordenó la requisa de cualquier vehículo que se fuera conducido por él.

Detalles de la detención

Así, a las 7.30 de la mañana, el personal policial pudo observar cómo el imputado llegaba al lugar a bordo de un Volkswagen Vento junto a su grupo familiar, que descendió del vehículo para realizar el trámite de check-in, momento en el que fueron interceptados. Luego de secuestrar dinero en efectivo en dólares y pesos argentinos y uruguayos, se procedió a scanner la unidad, que dio como resultado imágenes elementos orgánicos entre el asiento trasero y el baúl del automóvil.

Tras el empleo de canes rastreadores antinarcóticos que indicaban a la zona del baúl, se procedió a su apertura, donde se encontró un cajón de madera con bisagras ubicado en el respaldo trasero del auto, acondicionado y tapizado con una alfombra negra similar a la del rodado para simular ser parte original del vehículo. En su interior, se encontraron 60 paquetes tipo ladrillos con una sustancia blanca que luego resultó ser cocaína, por un peso total de sesenta y siete kilos con doscientos gramos.


Además, se incautó más dinero en efectivo, documentación, papeles con anotaciones de números telefónicos, una bolsa con dos cigarrillos de armado casero con una sustancia vegetal similar a la marihuana y bolsas gofradas con las que estaban empaquetados los envoltorios con estupefaciente. Se dejó constancia que Bezic se encontraba en compañía de su esposa, María Natalia Capaccioli (que fue absuelta), y el hijo menor de edad de ambos.

Allanamientos y el rol del padre

A partir de este procedimiento, se realizaron una serie de allanamientos, que incluyeron el domicilio de Bezic y Capaccioli, en la localidad bonaerense de Beccar, donde se encontraron ocultos en una baulera diez bultos rectangulares envueltos en papel film y cinta de embalar, similares a los secuestrados en el interior del vehículo, con sustancia estupefaciente, que reaccionó en forma positiva a la presencia de cocaína. También se hallaron tres rollos de cinta de embalar color marrón, un rollo de papel film, una balanza electrónica, dos máquinas de termosellado y tres rollos de bolsas para termosellar, entre otros elementos. Además, de una camioneta se secuestró una caja que contenía seis paquetes de nylon con bolsas gofradas, similares a las incautadas en la terminar de Buquebus.

El anciano de 83 años estuvo preso en varias cárceles argentinas, en Chile, Estados Unidos y Francia.

Como parte de la investigación, se realizaron escuchas telefónicas por el lapso de dos años sobre el teléfono del imputado. Así pudo constatarse que mantenía comunicaciones asiduas con su padre, Wenceslao Bezic, quien residía en General Roca, provincia de Río Negro, que estaba al tanto de las maniobras ilícitas desarrolladas por su hijo, y haciendo constantemente de nexo con distintos individuos, apodados “El viejo” y “El tío”.

Por este motivo, se allanó la vivienda de Wenceslao Bezic, de la que se secuestró una balanza digital a pilas, documentación varia, teléfonos celulares y diez envoltorios con una sustancia blanca que arrojó resultado positivo de cocaína, con un peso total de siete kilos con quinientos setenta y ocho gramos, por lo que se llevó a cabo su detención.

Fernández quedó ligado al envío de droga por escuchas y cruces telefónicos en los que dialoga con los Bezic. 

El anciano de 83 años estuvo preso en varias cárceles argentinas, en Chile, Estados Unidos y Francia. En la actualidad, Wenceslao cumple prisión domiciliaria en su casa de General Roca debido a su delicado estado de salud derivado de las secuelas que le dejó un tiro que recibió en la pierna en Uruguay. Los detectives creen que el croata planeó y organizó el envió de droga a Colonia junto a Luis Ignacio Frog, un uruguayo de 81 años a quien habría conocido en prisión.

El nexo con Salta: el proveedor

El otro eslabón de la organización estaba compuesto por el salteño Javier Edgardo Fernández, señalado como el encargado de traerla cocaína desde Bolivia. Su pareja, Cintia Bautista, también fue detenida. Ambos vivían en un country de Orán y llevaban una vida acomodada. Una de las fotos que los muestra juntos en Facebook se tomó en unas recientes vacaciones a Brasil, según publicó el diario Perfil.

Fernández quedó ligado al envío de droga por escuchas y cruces telefónicos en los que dialoga con los Bezic. Su mujer también está procesada en la causa.

Los fiscales tienen por probado que Vladimir viajó en varias oportunidades a Orán para reunirse con su cómplice salteño, los encuentros están acreditados por tres fotos.

Desde la Fiscalía Federal de Salta explicaron a LA GACETA que la causa de Fernández está en etapa de instrucción por ahora en Orán pero que la están analizando porque en la causa Bezic consideran probado que participó de la organización narco, por lo que propondrán medidas para lograr que no solo se lo impute por lavado de activos sino también por narcotráfico.

Los investigadores creen que ambas estaban al tanto del funcionamiento de la banda, incluso, se sospecha que Bezic se contactaba con Fernández a través de Yanina Bautista, su mujer, “para no hacer notar la vinculación” entre los dos hombres, escribió en el procesamiento el juez federal de Lomas de Zamora, Alberto Santa Marina, quien tuvo la causa en el inicio, hasta que fue asumida en Salta por la intervención del procesado ex juez federal de Orán, Raúl Reynoso.

Los fiscales tienen por probado que Vladimir viajó en varias oportunidades a Orán para reunirse con su cómplice salteño. Los encuentros están acreditados por tres fotos tomadas por la División Operaciones Federales de la Policía Federal Argentina en las que se los observa caminando juntos. Según se desprende del expediente, Vladimir “pagaba en Salta y cobraba en Uruguay”.

Mientras Bezic y Capaccioli construían una casa en un lote de un country de Benavídez, en Buenos Aires, la pareja salteña hacía lo mismo en Eco Village El Prado, un barrio exclusivo cercano al aeropuerto. También mostraron llamativos avances en sus finanzas. En poco tiempo, Bautista y Fernández obtuvieron propiedades y vehículos con valores que no pudieron justificar.


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