El subdirector de la cárcel de Villa las Rosas develó graves fallas en la seguridad del penal

Enrique Daniel Torres se desempeñaba en la División de registros y vistas cuando “Chirete” Herrera asesinó a Andrea Neri. En su declaración reconoció deficiencias en el sistema carcelario.

24 Mar 2018
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En la jornada de ayer prestó declaración testimonial el subdirector de la Unidad Carcelaria N°1, Enrique Daniel Torres, quien cuando ocurrió el femicidio de Andrea Neri se desempeñaba en la División de registros y vistas.

El funcionario durante su declaración testimonial aseguró que conocía al asesino confeso, Gabriel “Chirete” Herrera, ya que en el puesto donde se desempeñaba “había tránsito permanente de interno”. Además aclaró que tenía conocimiento de la causa por la que Herrera se encontraba privado de su libertad.

Ante la consulta de la Fiscalía, Torres dijo que no recordaba si el día de los hechos se había realizado una requisa en la celda donde se alojaba "Chirete". En contraposición, el fiscal Pablo Rivero leyó un informe en el que se deja sentado que el día 5 de enero de 2017, a las 7.10, se realizó una requisa en la celda 372 y que no hubo novedades.

Torres contó que en el pabellón "G" se encuentran alojados los reclusos valorados con “pésima conducta”, pero igual reciben visitas íntimas.

Respecto a las requisas, Torres explicó que en algunas oportunidades se realizaba con un registro fílmico. Además aclaró que en el caso de encontrar herramientas o cuchillos son secuestrados. Sin embrago en este punto aclaró que “están autorizados a tener cuchillos de lata flexible”; pero dijo que la tenencia “no está reglamentada” en las normas del penal.

Respecto a las herramientas, al igual que el jefe del pabellón Francisco Agüero, dijo que las mismas eran autorizadas mediante solicitudes de los internos y que solo las podían tener de 8 a 20 y luego las debían devolver.

El subdirector del penal reconoció que aún no funcionan los botones antipáticos para las visitas

A diferencia del interno Lucas Balcarce, quien declaró que las herramientas eran compradas adentro del penal, Torres insistió que las mismas solo podían ser proporcionadas por los familiares de los internos, mediante nota y autorización previa del Servicio Penitenciario.

Las visitas privadas en la mira

Torres reconoció que cuando se solicitaba una visita privada con un interno no se realizaba ningún estudio socioambiental, ni se pedía certificado médico, ni psicológico; tampoco se tenía en cuenta los antecedentes y comportamiento del interno. Sin embargo el fiscal leyó un fragmento del reglamento interno del penal que reza que para las visitas privadas se tenía en cuenta la conducta del recluso.

El subdirector del penal informó que se encuentran alojados: 13 hombres condenados por femicidio y más de 260 condenados homicidio en el que la víctima fue una mujer. 

Con respecto a quien tenía la obligación de velar por la seguridad de las visitas, Torres contestó: “desde el celador y hasta todos los que trabajan en el penal tienen que velar por la seguridad de los civiles que concurren”.

Al ser consultado sobre si había deficiencias en el sistema carcelario, Torres reconoció que “sí” y aclaró que luego del asesinato de Andrea Neri “hubo que hacer reformas”.

“No se tenía un protocolo para las visitas privadas, solo normativas generalizadas”, explicó el testigo y agregó: “no había un procedimiento particular”.

Marcelo Torrico, quien fue condenado por el secuestro, violación y asesinato de los hermanitos Leguina, recibe visitas privadas.

Complicó a Cardozo

Al ser consultado sobre las funciones del celador, Torres explicó que durante las visitas privadas es el encargado de verificar los datos y dar acceso al pabellón. Además dijo que todo eso se realiza desde la celaduría.

“Una vez que entran a la celda, no entra si no hay motivo que lo justifique”, aclaró.

El funcionario fue consultado sobre si el celador podría hacer rondas en los pasillos del pabellón con el objetivo de controlar la seguridad de las visitas, a lo que contestó: “sí, cuenta con otro personal en la puerta sí puede hacer una ronda. Las rondas no eran aceptadas por los internos, a veces protestaban”.

Cabe recordar que el celador, Nelson Alexander Cardozo se encuentra imputado por el delito de abandono de persona seguida de muerte, ya que se lo acusa de no haber intervenido cuando un interno denunció que Gabriel Herrera se encontraba golpeando a Andrea Neri en el baño del pabellón.



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