Lucrecia Martel se manifestó ante las fuertes ofensas que recibió

Luego de haber enviado una carta abierta en la que se mostró en contra de la "limpieza" de los pañuelos blancos pintados, la directora de cine recibió agresivos comentarios.

30 Mar 2018
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Foto Archivo

Luego de haber enviado una carta abierta dirigida al Gobernador Juan Manuel Urtubey y al monseñor Mario Cargnello, en la que expresaba su tristeza por la “limpieza” de los pañuelos pintados en Plaza Belgrano que hizo la Agrupación Tradicionalista Gauchos de Güemes, la reconocida directora de cine recibió fuertes agravios hacia su persona. Martel respondió con un mensaje para el público en general: “En la ira, en el odio, no se puede pensar sino cosas torpes. Ya verán los comentarios, siempre aparece alguien que ante la falta de ideas sólo insulta”.

Lucrecia inicia la carta expresando las sensaciones que le dejaron los ofensivos comentarios: “Me llama la atención el odio y las faltas de respeto que ha desatado una carta escrita con moderación, cuidando las palabras, no porque no me gusten las malas palabras, sino porque las ofensas, los insultos impiden pensar. Necesitamos pensar”.

Además, explicó que no responde de forma partidaria a ningún partido político y que su reflexión se encamina a la defensa de bienes comunes.

"Para calmar sus mandíbulas chirriantes, no soy kirchneristas, ni siquiera peronista, no soy de izquierda".

Lee el texto completo:

“Me llama la atención el odio y las faltas de respeto que ha desatado una carta escrita con moderación, cuidando las palabras, no porque no me gusten las malas palabras, sino porque las ofensas, los insultos impiden pensar. Necesitamos pensar.

Será posible que al hablar de dictadura, de democracia, de educación pública, de salud pública, de distribución de la riqueza, de justicia en general, nadie se sienta ofendido en sus convicciones políticas? Son bienes comunes. ¿Cuándo fue que pasó esto? No es una pregunta retórica. ¿Es que la gente que odia el kirchnerismo piensa que estas son banderas kirchneristas? Para calmar sus mandíbulas chirriantes, no soy kirchneristas, ni siquiera peronista, no soy de izquierda.

Detesto el centro y por supuesto estoy a años luz del macrismo. Pero entonces, ¿qué mierda sos vieja, trola, hija de puta, lesbiana, zurda, montonera, abortista, feminazi, que te llenás los bolsillos con el cine? Bueno, no sabía que para tener algún tipo de pensamiento había que ubicarse en alguno de estos lugares. Hay más lugares desde donde pensar, y es esta pobreza de imaginación la que no nos deja salir adelante.

Hace unos años defendía (entre amigos!) a Beatriz Sarlo, que era el enemigo número uno, defendía a la gente de campo que se la confundía con la oligarquía. Ahora hay que defender a las Madres, a la Abuelas, en cualquier momento a los homosexuales.

Hay que andar explicando que inseguridad es que alguien no tenga trabajo, acceso a la educación, a la salud, y para eso no se necesita a la policía, que viene del mismo barrio, con los mismos problemas. Hay que andar explicando que un militante no es necesariamente un corrupto. Y siempre, siempre, hay que explicar que en este país sí hay comunidades indígenas, y que la tierra tiene que repartirse en serio.

"Pero, ¿qué es ser libres? Para mí, ser libres es que mi felicidad no me avergüence. Que pueda ir con mi felicidad a todas partes sin esconderla".

 ¿A quién tendremos que defender mañana? Creo que la educación debiera hacernos libres. Suena bien, claro. Pero, ¿qué es ser libres? Para mí, ser libres es que mi felicidad no me avergüence. Que pueda ir con mi felicidad a todas partes sin esconderla. Que lo que tengo no le falte a otro. Que lo que a mí me enferma no mate a otro. Es más simple que los diez mandamientos.

Este mundo es muy misterioso, pero no es mezquino. Lo hemos hecho mezquino y con la misma voluntad podríamos hacer algo mejor. Pero en la ira, en el odio, no se puede pensar sino cosas torpes. Ya verán los comentarios, siempre aparece alguien que ante la falta de ideas sólo insulta.

No tengo hijos, muchos de ustedes sí. Por ellos, pensemos sin ofuscarnos, a ver si es posible construir un país para que sean más felices que nosotros. No se confundan este no es el discurso de la felicidad de Mauricio. A ver si logramos distinguir entre felicidad y privilegios".


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