Terapia de vidas pasadas: ¿de qué se trata?

Según la especialista Silvia Gvirtzman esta terapia complementa a las demás, “no es un camino alternativo”, aclara. Conocé más.

04 Abr 2018
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Silvia Gvirtzman. FOTO GENTILEZA Silvia Gvirtzman.

Antes de formarse con Brian Weiss en terapia de vidas pasadas, en Estados Unidos, Silvia Gvirtzman cuenta que era “una psicóloga, psicoanalista ortodoxa y, en algún momento sentí, que eso no era lo mío y entonces me volqué a un camino complementario, que no es alternativo”, explicó Gvirtzman a LA GACETA.

Más adelante, una amiga vio algo en ella y le sugirió que lea uno de los libros de Weiss. “Luego de leerlos, mi mente -que es muy racional-, estaba dividida entre que eso era una linda novela y, otra parte que me decía: si esto es cierto, qué pasa. Entonces estaba en esa duda que tienen muchas de las personas que vienen a tratarse conmigo. Muchos creen que inventan lo que están viendo”.

Brian Weiss es un médico psiquiatra estadounidense que investigó y elaboró metodologías para trabajar la regresión a vidas pasadas. Es famoso por sus prácticas y creencias en la reencarnación y progresión en vidas futuras. “Muchas vidas, muchos maestros”, fue el libro que leyó Silvia y transformó su visión de esta terapia. Allí, Weiss cuenta cómo fue el trabajo con su primera paciente y cómo él decide dedicarse a este tipo de terapias.

“Lo que uno va aprendiendo en cada reencarnación tiene que ver con diferentes aspectos del amor, compasión, caridad, no violencia, la paz interior y la paciencia. Sería muy difícil aprender todo en una sola vida”, dijo Gvirtzman.

Una sesión de Gvirtzman tiene una duración de tres horas. “La primera hora es una entrevista porque me sirve conocer la historia de vida, los síntomas, las angustias, qué es lo que lo trae a hacer una regresión. No podría hacer una regresión sin tener un vínculo previo con a persona. Las siguientes dos horas, hacemos la regresión y luego conversamos sobre el mensaje que se trae de esa vida”, manifestó la psicóloga.

“La regresión consiste en un estado de relajación profunda y, en esa relajación, se empieza a trabajar con la persona llevándola progresivamente hacia atrás. Primero a los recuerdos de la infancia de esta vida, los más antiguos. Y de ahí lo ayudo a pasar a una vida anterior. Yo los voy guiando por los diferentes acontecimientos importantes de esa vida, les voy preguntando y la persona me va diciendo lo que ve, siente y percibe”, indicó y agregó: “durante la regresión uno ya comienza a observar que hay cosas que se están repitiendo en esta vida, cosas que uno consiguió antes y todavía no. A veces se encuentran con algunas personas queridas de esta vida pero que ocupan otro rol. Y, antes de traerlos de vuelta, hago que comprendan cual es el mensaje que esa vida tuvo para la vida actual. Siempre vuelven con un mensaje que siempre es esperanzador”, explicó entusiasmada.

Weiss habla de hipnosis, pero en el sentido de concentración. “La hipnosis en esta terapia sería la concentración de los sentidos, donde el paciente no pierde ni la conciencia ni el contacto conmigo, en ningún momento”, indicó Gvirtzman.

Según la especialista, los días posteriores a la regresión, empiezan a “caer las fichas”. “A mí también me pasa, porque soy partícipe de esa regresión. Yo les dejo mi celular, mi mail y siempre estoy disponible, para cualquier tipo de consulta”, explica.

La especialista no recomienda este tipo de terapias en personas adictas, principalmente. “Ellos no se pueden concentrar y tampoco aceptan las consignas que les voy diciendo cuando los voy guiando. Las personas con algún diagnóstico psiquiátrico tampoco podrían hacer este tipo de terapia y, para aquellos, que estén transitando una crisis de vida muy profunda, tampoco. Cualquier otra situación de angustia, pánico, fobias, miedos, malestares o cualquier otro tipo de cuestión, se puede resolver con la terapia de regresión”, revela la psicóloga que ya lleva 10 años conduciendo este tipo de terapias.

La anécdota

“Tuve una paciente que le tenía mucho miedo a los perros, un miedo irracional y nunca le había pasado nada con un perro. Pero les tenía miedo, un miedo tremendo que se manifestaba fundamentalmente de noche”, contó Gvirtzman a LA GACETA.

“Hizo la regresión y – en resumen- se vio como una mulata de cuatro 4 años, que iba detrás de una carroza. En esa carroza iba su mamá y otras mujeres de raza negra. Entonces ella observa que, en algún momento, su madre la vende a soldados. Ellos la violan y la dejan moribunda sobre el tronco de un árbol. Se hace de noche y la terminan comiendo los lobos”, relató la especialista y agregó: “fue fuertísimo como regresión, inclusive guiarla para mí. Porque ella entendió, en ese momento, su miedo a los perros y por qué se daba de noche. Eso a mí me conmueve, porque cuando una persona vive este tipo de vidas es muy fuerte. Todos tuvimos vidas buenas y malas y se aprende de un lado y del otro”.

Según Silvia, esa persona regresó a su otra vida, en Estados Unidos, durante la época de la guerra entre norte y sur.



Silvia Gvirtzman vendrá a Salta a mediados de abril, por consultas: +54 9 387 402-4699.

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