El escritor tucumano Marcos Rosenzvaig desembarca en Salta con el segundo libro de su trilogía

“Cabeza de tigre, la patria que nos robaron”, será presentado el jueves 12 de abril a las 19.00 en la UNSa, Buenos Aires 177.

12 Abr 2018
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IMAGEN TOMADA DE REVISTA CABAL

Marcos Rosenzvaig, narrador y ensayista, comenzó a escribir “Cabeza de Tigre, la patria que nos robaron” hace unos tres años o un poco más, mientras corregía “Monteagudo, anatomía de una revolución”, la biografía imaginaria de Bernardo Monteagudo, el revolucionario y patriota tucumano.

El libro que se presentará mañana en la UNSa es el segundo de la trilogía del autor, que se lee de manera independiente: la primera, “Monteagudo, anatomía de una revolución”, “Cabeza de tigre, la patria que nos robaron” y la última llamada “Perder la cabeza”, que se presentará en julio.

“Más allá de los hechos historiográficos que me sirvieron para ficcionalizar, uno siempre lo hace con lo que le toca vivir en ese momento y con todo lo vivido. Walt Whitman decía: quien toque este libro toca a un hombre. Este libro promete jugar con la intriga, la venganza, la muerte, la traición, la patria y por sobre todo el amor”, aseguró el autor en cuanto a las diferencias entre ellas.

La obra se titula así ya que “Cabeza de tigre era un paraje que en la actualidad se llama “Los Surgentes”. Por suerte existe una población allí decidida a mantener la memoria, los hechos históricos que acaecieron en el lugar y que fueron los que dieron pie a la escritura de esta novela: el fusilamiento de Santiago Liniers, el robo de las actas del Congreso de 1816 al chasqui Cayetano Grimau y la masacre de siete jóvenes revolucionarios en los años 70”.

“Cabeza de tigre, la patria que nos robaron, se inscribe en tres tiempos narrativos: lo ocurrido en la historia (1810- 1816), las tres historias que un padre cuenta a sus hijos antes de que los niños duerman situada en un presente histórico (1990) y un personaje llamado Pablo que se prolonga en las tres novelas y que está instalado en un presente quizás más inmediato”, contó Rosenzvaig a LA GACETA.

En cuanto a lo que se buscó transmitir con la obra, el autor aseguró:

"El novelista no es ni un historiador ni un profeta: es un explorador de la existencia. Toda novela plantea una búsqueda del ser. Y en esa búsqueda observa al mundo desde la ambigüedad. No hay una verdad absoluta sino un montón de verdades que se contradicen, y es necesario aclarar que la única certeza es la sabiduría de lo incierto”

Los lectores podrán encontrarse con la intriga, la venganza, la muerte, la traición, la patria y por sobre todo el amor ya que las tres novelas tienen tres historias de amor. “El amor es un terreno fértil para imaginar, es como tener desnuda a una mujer hermosa entre las teclas digitales de un tablero”, concluyó.

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