Les Luthiers volvió a multiplicar sus panes

Por Celina Alberto

Un corcho, del tamaño de una botella de tres cuartos, es la forma del programa de mano con el que Les Luthiers recibe al público en "Gran Reserva". Es el espectáculo número 37 del grupo, el que prepararon como un menú para celebrar su medio siglo de carrera y con el que están girando desde el año pasado por las ciudades del mundo donde saben que muchos los esperan. Ayer jueves lo estrenaron en Salta y esta noche y mañana, a las 21, volverán a subirlo a escena en el Teatro Provincial.

Leé más: LA GACETA te invita un 2 x 1 para ir a ver a Les Luthiers hoy y mañana  

Son 12 piezas infalibles entre cientos de inolvidables de su historia, un repertorio que abarca desde 1975 hasta 2008 y que aprovecha cada gota creativa, histriónica y virtuosa de los artistas que las ensamblaron. 

Las muchas gracias

Seis hombres en esmóquin, con luces y sombras, sin escenografía y equipados con una artillería de instrumentos musicales inventados que recuperan juguetes, caños, latas, deshechos y requechos. Carlos López Puccio, Jorge Maronna y Marcos Mundstock del lado de los "históricos"; Martín O'Connor, Roberto Antier -supliendo a Tato Turano- y Tomás Mayer-Wolf en la esquina de la renovación generacional. El contrapunto entre originales y "reemplazos" resalta la inmensidad de la obra y en la ejecución queda flotando la certeza de que Les Luthiers tal vez ya se convirtió en algo más grande que ellos mismos.

Entreteniciencia Familiar abre la hora 45 que dura el show, con la parodia a la chatura cultural de la televisión y afina el tono sobre el que seguirá el resto de los números: Lo que el Sheriff se contó, Perdónala, Buscando a Helmut Bösengeist, San Ictícola de los peces con la tarantela litúrgica para propiciar la pesca pero sin que los feligreses sepan que le están rezando al santo menos indicado.

Mundstock lleva el relato, maneja el dispositivo mental con lo juegos de las palabras, con "la bendita ambivalencia del lenguaje de la que vivimos hace tantos años", dice hacia el final. La posición de relator pasa por un momento a López Puccio como el profesor Heinrich Lazlo, que presenta los resultados de la investigación antropológica Música y costumbres de Makanoa, con la “extraordinaria marimba de cocos” a cargo de Mayer-Wolf.

La hora de la nostalgia marca uno de los puntos más altos de Gran Reserva, con el homenaje a José Duval (Mundstock) y el divertimento sostenido por la desmemoria, el divague y los juegos de palabras entre el homemajeado y el conductor del programa (O'Connor).

Quien conociera a María amaría a María, Rhapsody in balls con el bolarmonio interpretado por Maronna y el cierre con “Ya no te amo, Raúl”.

Fuera de programa, para el último brindis de cumpleaños, Les Luthiers hace una versión cincuentenaria de su Gato con explicaciones, la despedida perfecta para la fiesta de un humor que no corre peligro de extinción.