Los amigos le dan una mano para la oportunidad de sus vidas: jugar al tenis profesional

Tomás Rengel y Nicolás Luque, partirán en 50 días a Francia para encarar una gira y el sueño de meterse en el circuito profesional. Una historia para conocer.

14 Abr 2018

La historia de dos jóvenes tenistas salteños es una de las tantas que viven a diario los deportistas que se tienen que esforzar y encarar sus desafíos para dar un salto de calidad. Acá te contaremos de Tomás Rengel y Nicolás Luque que ya transitan la cuenta regresiva para irse a Francia el próximo 4 de junio, para participar de varias competencias.

Rengel, que tiene 21 años, desde los 8 juega al tenis en su ciudad natal, Metán, y lleva 8 años en el Jockey Club dando clases, actualmente a 10 alumnos y en la escuelita junto Héctor de la Silva, para cerca de 50 niños. Hoy ocupa el puesto 114 del ranking de la Asociación Argentina de Tenis (AAT) y ahora tendrá esta gran chance de demostrar sus condiciones y empezar a transitar un camino en el profesionalismo. De hecho saco pasaje de ida rumbo al Viejo Continente.


En la charla con LA GACETA el nacido en Metán contó detalles de su viaje: “en 2015 fue a jugar un par de torneos en Córdoba, conocí a un entrenador de un rival (Santiago Mazzochi) y me surgió una invitación para ir a Francia, pero no contaba con el dinero necesario. Este año me ofreció que vaya a instalarme en la región de Normandía, en Bernay, me dijo que era un desperdicio no pueda tener una experiencia internacional. Tengo tres meses para ganar plata y jugar la mayor cantidad de torneos. Debo pagar 750 euros para quedarme en el club, que solo incluye hospedaje y clases.”

A lo que luego continuó declarando: “voy a jugar la Gira Francesa, un circuito donde tenés torneos que no llegan a ser profesionales y también intentar jugar a los “Future internacionales” con ranking ATP”. Nunca se dedicó de forma profesional al tenis porque le faltaron los recursos. Obviamente este emprendimiento necesitará de dinero, que Tomás comenzó a gestionar. Recibió un subsidio de la Secretaría de Deportes de la Provincia, para cobrar en tres meses y cubrir así parte de los gastos. “Es una gran oportunidad y el desafío de mi vida esta gira por Europa, si me quedo en la Argentina seré un pibe que no intentó llegar al circuito profesional”, cerró su charla sobre el polvo de ladrillo de Limache.

Pero hay una particularidad en esta historia, es que Rengel desde hace un par de años empezó a jugar también al squash y conoció a un grupo de amigos que se concentran bajo el nombre de “Clandestinos” en competencias internas y excelentes momentos como asados y juntadas al por mayor. Entonces uno de los integrantes tuvo una idea, se trata de José Luis “Turco” Gómez, que decidió hacer un torneo y se recaudaron $ 15.000. Así lo explicó: “somos un gran grupo de amigos que nos encontramos en el deporte, desde donde no hay un líder sino un grupo, sin distinción de edad, en donde todos nos divertimos y competimos, consensuamos y decidimos apoyar el sueño de un compañero de partidos, anécdotas y vida, como es Tomy, al cual se tiró la idea de acompañar su sueño y 78 participantes, dijeron presente. Somos llamados Clandestinos, por que empezó paralelo en torneos y ahora somos cerca de 100”.


Por su parte Nicolás Luque, de 23 años (juega desde los 8), da clases, es profesor de educación física y también emprenderá el mismo desafío, por tierras francesas. Bancado a pulmón, por su esfuerzo personal y por su familia. En Sudamericano hizo gira “Cosat”, Master de menores de Argentina y llegó a ser número tres del país en la categoría Sub-14.


“Estoy mentalizado para ir a dejar todo en esta gira y poder dar un salto de calidad en mi carrera, quiero aprovechar cada instante y vivir de la mejor manera esta enorme experiencia que se presenta” contó a LA GACETA.

Ambos hicieron una pretemporada en el Jockey junto con el “Chino” Ozú durante enero y también en forma particular. Ahora trabajarán en gimnasio Templum junto con Víctor Cuellar para llegar de la mejor manera a junio cuando arriben a tierras francesas. Ahí están Rengel y Luque listos y mentalizados, con sus bolsos cargados de ilusiones y sueños por encarar.

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