Quiénes eran los periodistas asesinados en Ecuador por la guerrilla colombiana

El presidente ecuatoriano Lenín Moreno fue el encargado de confirmar la lamentable noticia.

13 Abr 2018
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DESENLACE FATAL. Imagen que los secuestradores tomaron de Paul Rivas, Javier Orgega y Efraín Segarra, quienes finalmente fueron asesinados. FOTO TOMADA DE LAOPINION.COM.CO

QUITO, Ecuador.- El presidente del Ecuador, Lenín Moreno, confirmó hoy los asesinatos del cronista Javier Ortega, del fotógrafo Paúl Rivas y del conductor Efraín Segarra, del equipo periodístico del diario local El Comercio, secuestrados el 26 de marzo por disidentes de la guerrilla de las FARC en la zona de Mataje, provincia de Esmeraldas, en Ecuador.

"El mensaje es a todas las ecuatorianas y ecuatorianos y es así: con profundo pesar, lamento informar que se han cumplido las 12 horas de plazo establecido, no hemos recibido pruebas de vida y lamentablemente tenemos información que confirma el asesinato de nuestros compatriotas", reveló el mandatario.

Los familiares de los asesinados rompieron en llanto al escuchar el mensaje, y gritaron en medio del abrazo de los presentes.

"Queridos ecuatorianos, ¡basta ya! Indignación, repugnancia, dolor e ira acompañan al corazón de todos los ecuatorianos. Hemos sido siempre un país de paz, de tolerancia, respeto. No podemos permitir que se juegue con ese bien que ha sido nuestro bien más preciado", dijo el presidente Moreno en la conferencia de prensa en Quito, en la que no permitió preguntas.

El mandatario hizo el anuncio luego de una reunión del Consejo de Seguridad Pública de Ecuador (Cosepe), conformado por las principales autoridades civiles y militares del país, que "en virtud de la respetable y querida vida de nuestros queridos compañeros periodistas, hemos sido tolerantes en el extremo y hemos permitido que se detengan operaciones que anteriormente hemos ordenado".

Asimismo, informó que se ha coordinado con actores de paz como el Comité Internacional de la Cruz Roja y la Iglesia Católica para el rescate de los cadáveres en la zona fronteriza.

En la tarde de ayer el canal RCN de Colombia entregó fotografías que mostraban tres cuerpos fallecidos, pero hasta la noche las autoridades de Ecuador no pudieron confirmar su veracidad.

Moreno dijo, citado por el diario local El Comercio, que se han retomado las operaciones de seguridad en la zona del secuestro, suspendidas previamente cuando se buscaba la liberación de los periodistas, y dispuso siete medidas más, entre ellas que se levante la reserva sobre la información del manejo del secuestro.

Recompensa

También afirmó que incluyeron al narcoterrorista alias "Guacho", Walger Patricio Arizala Vernaza, en la lista de los "más buscados de Ecuador" y ofreció una recompensa de U$S 100.000 por información que conduzca a su captura en Ecuador o en Colombia.

Guacho, que comanda la columna Oliver Sinisterra de las ex-FARC, había dicho en un primer comunicado sobre el secuestro de los periodistas que el gobierno ecuatoriano rechazaba que fuesen liberados a cambio de hacer lo propio con tres miembros de su grupo, por lo que lanzó una operación militar ofensiva que, sostuvo, terminó con la muerte de los hombres de prensa.

"Nunca (los secuestradores) tuvieron la voluntad de entregarlos sanos y salvos", señaló por su parte el presidente ante más de un centenar de medios de comunicación nacionales e internacionales.

Moreno canceló anoche su visita a Perú y su participación en la Cumbre de las Américas y retornó a Quito, junto con familiares de los trabajadores de prensa secuestrados el 26 de marzo del 2018 en Mataje, Esmeraldas, cuando efectuaban un trabajo periodístico en la frontera con Colombia sobre la inseguridad en esa región desde enero pasado.

¿Quiénes eran los periodistas?

Javier Ortega, de 32 años, vivió su adolescencia en Valencia, España, donde trabajó en una heladería. De allí regresó a Ecuador para estudiar periodismo.

Ortega era el último de tres hermanos, soltero y sin hijos. Su familia lo describe como un hombre sereno, y sus amigos recuerdan sobre todo su sonrisa contagiosa.

Desde hace seis años trabajaba en El Comercio cubriendo temas judiciales y de seguridad.

Entre sus coberturas destacadas figuran el terremoto que asoló la costa ecuatoriana en 2016, y el accidente aéreo que dejó 22 militares muertos en la Amazonía ese mismo año.

También se ocupó de la deportación de decenas de cubanos desde Quito y el problema de los desaparecidos en Ecuador.

De España trajo su afición por el Barcelona y en especial por el astro argentino Leonel Messi. Cada miércoles, después de lidiar con la presión de su trabajo, se reencontraba con su otra pasión: el fútbol.

"Amaba el periodismo, le encantaba leer y el cine", recordó María José Vela, amiga y excompañera de Universidad de Ortega.

Fotógrafo premiado

El fotógrafo Paúl Rivas, que el 25 de abril iba a cumplir 46 años, tenía novia y una hija de 15 años.

Coleccionista de cámaras antiguas, dejó de lado una carrera en la publicidad por el oficio de "dibujar con la luz".

Rivas, definido por su familia como un hombre sensible y bromista, heredó de su padre la pasión por captar imágenes y la traspasó su hija de 15 años. En honor a él, hizo un libro con fotos tomadas por ambos.

Un fotorreportaje sobre los familiares de personas desaparecidas le dio el premio Eugenio Espejo, que entrega la Unión Nacional de Periodistas (UNP) de Quito.

Además, ganó en dos ocasiones el premio Jorge Mantilla Ortega, que concede el diario en el que trabajaba desde hace 20 años.

Cuando tomaba sus fotos se "ponía su gorrita hacia atrás. Un fotógrafo listo para la acción. Nunca hubo un No en su boca", afirma María Elena Vaca, colega por seis años de Rivas en El Comercio.

Conductor aventurero

Efraín Segarra, a quien los periodistas de El Comercio conocían como 'Segarrita', tenía 60 años y era padre de dos hijos, uno de ellos reportero del matutino de Quito.

Su amor por los animales lo llevó en una ocasión a cuidar en su casa hasta 12 perros abandonados. Los últimos años adoptó dos gatos y un can.

En 16 años de servicio en el periódico se aficionó a la fotografía. En su celular coleccionaba las 'selfies' en cada ciudad que visitó, según su familia.

Tener un hijo periodista era "su orgullo. Un conductor minucioso y con una gran sonrisa", recuerda Vaca.

De espíritu aventurero, Segarra trabajó como conductor en un ministerio y en un banco, en el que llegó a manejar camiones blindados.

Compartía con sus otros dos compañeros asesinados un corazón que se enciende en los estadios.

Era aficionado al popular Deportivo Quito, ahora en la segunda división, del que ostentaba una colección de camisetas.


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