Gonzalo Ana Dobratinich: “la poesía argentina está en movimiento”

El salteño fue ganador del “I Concurso de poesía” realizado en España.

22 Abr 2018
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Gonzalo Ana Dobratinich es abogado, escritor, profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Buenos Aires, investigador del CONICET y ganador del "I Concurso de Poesía" de la Universidad de Málaga, España. En una entrevista exclusiva con LA GACETA contó qué espacio le da a la poesía en su vida y cómo ve su desarrollo en Argentina.

-. Sos escritor, profesor e investigador, ¿Cuál es la faceta que más te gusta de vos?

Diría que todas las facetas me apasionan: todas tienen un punto de encuentro como así también de fuga en la escritura. Es el espacio que les exige a todas las demás entrar y salir constantemente, no ya de la misma manera.

-. ¿Qué significa en tu vida la poesía? Qué espacio le das en tu día a día?

Mi respuesta será metafórica, voy a repetir de otra forma lo que otros dijeron, tal es el caso de Nicanor Parra: "Todo es poesía menos la poesía". No puedo, y perdón que introduzca a todos en mi respuesta, no podemos existir por fuera de lo poético. La forma en que pensamos es poética. Ello nos lleva nuevamente a pensar en las palabras de Parra, a preguntarnos qué es la poesía.

La poesía significa mucho, porque me atraviesa reiteradamente y me obliga a decir las cosas de formas diferentes a otros sujetos. No mejores, sino diferentes. Y está en nosotros escuchar, escucharnos. Todo es metáfora, las necesidades son las mismas, las formas como las intentamos colmar, son diferentes.

-. ¿Qué significó para vos el premio del “I Concurso de poesía” y cómo llegaste hasta ahí?

Estaba haciendo mi doctorado en la Universidad de Málaga en España, y entre charlas y charlas me enteré del concurso. El premio fue una gran sorpresa y una aventura vivencial, no lo solo por el reconocimiento en sí mismo sino por las cosas que sucedieron después. El poema fue la manera de comunicarme y de conocerme con otras personas. Es muy interesante ese proceso, porque si bien estaba en un lugar que se hablaba mí mismo idioma, la obra permitió otra forma totalmente diferente de encuentro.

-. A uno de tus poemas lo titulaste “Inspiración, expiración” y cada verso comienza “Sálvame”, ¿en qué te inspiraste para escribirlo?

No creo poder detallar todas las circunstancias que me llevaron a dicha producción, de ser así me sentiría o sería el Funes de Borges. Aparece la muerte de mi padre, la miseria en sus representaciones privadas y públicas, la violencia de la lengua, la fuerza de las palabras y el abismo de los silencios.

Pero estos espacios son citados arbitrariamente en el ahora, y que de ser pensados desprenderían una infinidad de variables que se podrán resumir en el suceder de la vida, cosa nada fácil. Y pienso que allí nos enfrentamos nuevamente a las preguntas iniciáticas de toda una forma de pensar que nos precede, y que nos exponen ante el ruido y el silencio de la existencia.

-. ¿Para quién escribís?

Escribo para mí, el ser insatisfecho, que por ser tal no tiene nada de estático, sino cambio constante. Este inicio egoísta como respuesta en realidad tiene como fundamento una escritura ajena, es decir, para los demás. Escribo para que sirva, me encantaría que ello fuese así. Pero ese espacio ya me excede, el lector se adueña del texto. Tampoco es algo en lo que quiero pensar porque por decirlo de alguna forma “traduciría” lo que el lector ya ha traducido.

Borges dirá que “la literatura no es agotable por la suficiente y simple razón de que un solo libro no lo es. El libro no es un ente incomunicado: es una relación, es un eje de innumerables relaciones. Una literatura difiere de otra, ulterior o anterior, menos por el texto que por la manera de ser leída”.

Espero pueda servir, al igual que las muchas cosas que los demás hacen en nuestra vida cotidiana y no hablo solo de poesía. Eso obliga a no colocar la escritura en un espacio jerárquico superior.

-. ¿Qué crees que aporta tu trabajo como profesor a la hora de escribir poemas?

El aporte es enorme. Es el espacio donde uno deja de hablar, y aprende a escuchar. Hay poemas que son la unión de versos que han formulado otras personas, mis alumnos. Uno es meramente un copista. Esta prolongación atemporal literaria nos hace pensar nuevamente en Borges, en “La flor de Coleridge”: “todos los poemas del pasado, del presente y del porvenir, son episodios o fragmentos de un solo poema infinito, erigido por todos los poetas del orbe”.

-. ¿Cuáles son tus objetivos en tu trabajo poético?

Quizá serían por un lado, el poder transitar. Por otro, intentar darle a la poesía su lenguaje, que para mí no es otro que su contexto, su horizontalidad. También pienso que otro objetivo es el intento de una búsqueda. Búsqueda que intenta vaciar y paradójicamente llenar eso que llamamos de manera tan disímil, la vida. Eso me lleva pensar en otro binomio, el de querer mover las cosas para poder asir su estaticidad.

-. ¿Cómo ves la poesía en Argentina?

No podría dar un juicio de valor tajante en esta materia. Se me corren los límites para establecer lo bello o lo estético, palabras con las cuales podríamos entretenernos un largo tiempo. Si considero que hay una enorme cantidad de escritores en silencio (paradójico) que le hacen muy bien a la literatura, y no hablo solo de rimas, versos y métrica. En resumen, la poesía Argentina está en movimiento, y pienso que eso es bueno.

-. ¿Para qué sirve la poesía en estos tiempos?

Para muchas cosas, pero si tendría que elegir diría que por un lado como forma de hacerse escuchar. Hay personas que tienen para decir y mucho. Será para otra oportunidad preguntarse por esos sus vacíos y mutismos.

-. ¿Pensás que las nuevas tecnologías desafían la literatura?

Si a "desafiar" lo entiendo como un ataque, diría entonces que no, todo lo contrario. Las nuevas tecnologías han permiten atomizar y pluralizar la literatura. El saber no se constituye desde instituciones encargadas de decir quién puede hacer literatura y quiénes no. Considero que esa amplitud tecnológica permite dar a conocer voces que tienen cosas para decir, con perspectivas diferentes hasta impensadas tanto en el fondo como en la forma. Sin embargo, debemos ser conscientes que las tecnologías tienen su contrapartida y no es nada benévola.

-. ¿Qué poeta salteño elegirías? ¿Por qué?

Pido disculpas, me cuesta mucho elegir a uno en particular, perdón mi indeterminación. La palabra es social, nos atraviesa y cada uno de los poetas que he leído en este caso salteños, han dejado su impronta para que discurra luego en otras formas literarias.

Tomar a uno sería desconocer a otros. Todos tienen algo para decirnos, aun cuando no los hemos escuchado de la misma manera, aun cuando solo pensemos que poeta es el que escribe o el que nos dicen que es tal. Quizá parafraseando a Parra, diría como respuesta: "Todos son poetas, menos los poetas".

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