“Voy a envenenar a unos giles”: dos testigos comprometieron a Gaspar Cinco

Una vendedora y una nutricionista revelaron cómo el acusado accedió al cianuro y las preguntas que hizo sobre cómo disolverlo, antes de que Alejandra y Amir aparecieran muertos.

24 Abr 2018
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TESTIMONIO CLAVE. La mujer que le vendió el cianuro a Franco Gaspar Cinco contó detalles.

La mujer que le vendió en persona el cianuro a Franco Gaspar Cinco, y una licenciada en Nutrición -que se desempeñó en el laboratorio de la UNSa-, a quien el acusado le consultó sobre los efectos y cómo debía disolver el veneno, prestaron declaración y complicaron al periodista, imputado por los crímenes de Alejandra Párraga y su hijo Amir.

Fueron dos testimonios cruciales, acercados por la fiscalía. “Nunca pensé que me iba a pasar una cosa así, estar en un juicio”, fueron las primeras palabras de una nerviosa vendedora que reveló todos los detalles de cómo el acusado obtuvo el veneno.

“Voy a envenenar a unos giles”

Liliana Cristina Cintas contó que el 5 de junio de 2017, el día que las víctimas fueron envenenadas, atendía su negocio y poco después del mediodía recibió un llamado telefónico. Era la voz de un hombre que consultó si tenía cianuro en stock, a lo que respondió que sí, que acaba de llegar la mercadería. Entonces el interesado cortó la comunicación y ella siguió atendiendo.

Apenas media hora o una hora después -ya que dijo no recordarlo bien-, Cintas dijo que Gaspar Cinco llegó a su negocio, la saludó y le dijo que era él quien había llamado pocos minutos antes preguntando por el cianuro y que lo pasaba a buscar. El fiscal Ramiro Ramos Ossorio le preguntó si la persona a quien le vendió el producto era quien estaba en la sala, acusado por los crímenes, y la vendedora dijo que sí.

Recordó que apenas intercambió unas palabras, pero que la compra le resultó curiosa y le preguntó para qué lo necesitaba. La mujer dijo que Gaspar Cinco le respondió que era para un primo que estudiaba en la UNSa y le pidió que le hiciera el favor de comprárselo. La conversación se cortó porque entró un proveedor al negocio y pedía una atención urgente.

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“Por si alguna vez saco mi instinto de mente criminal ja, ja, já”

Franco Gaspar Cinco “vino, pagó y se fue”, recordó Cintas. El periodista había adquirido 500 gramos de cianuro y era la primera vez que compraba en su negocio. Acerca del producto, la testigo puntualizó que es de venta libre pero la compra le pareció extraña por eso le preguntó para qué lo necesitaba.

Al día siguiente cuando se enteró por los medios lo que había pasado, vio las fotos del acusado y lo reconoció, se presentó por voluntad propia ante la fiscalía para informar que -el por entonces sospechoso- había comprado el veneno en su negocio.

“Por si alguna vez saco mi instinto de mente criminal ja, ja, já”

El segundo testimonio significativo lo aportó la licenciada en nutrición, Violeta Evangelina Cruz. Apenas juró decir la verdad pidió que Gaspar Cinco sea condenado.


Ante el juez Ángel Longarte dijo que eran conocidos con el acusado, pero no mantenían una relación de amistad. Pese a esto, él sabía de sus conocimientos por la carrera acerca de la manipulación de productos tóxicos y porque el año anterior se había desempeñado en el laboratorio de la UNSa.

“Franco me preguntó dónde podía comprar (al cianuro) y me pareció raro. Le dije ¿a quién querés envenenar? ja, ja, já, en tono de broma. No estoy segura, pero creo que me dijo que era para un amigo de él”, contó.

Los chats de WhatsApp entre ellos se intercambiaron pocos días antes del doble crimen y Gaspar Cinco habría arrojado una frase desafortunada. Primero le preguntó qué diferencia había entre cianuro de potasio y cianuro de sodio. Entonces la nutricionista le insistió para qué era y el periodista le dijo: “por si alguna vez saco mi instinto de mente criminal, ja, ja, ja”.

Cruz agregó que nunca pensó que la conversación fuera en serio porque “Franco era de hacer esos chistes, tiene un humor negro”, dijo y agregó que sabe que el acusado consiguió el dinero presuntamente para comprar el cianuro por medio de un conocido de ella.

Los días pasaban y se acercaba el 5 de junio de 2017. Las preguntas de Gaspar Cinco eran más frecuentes y, según la licenciada, el periodista le llegó a decir que era para envenenar a unos giles.

“Voy a envenenar a unos giles”, es la frase que quedó registrada en los chats proyectados en la Sala de Grandes Juicios.

Al igual que la vendedora que le facilitó el producto sin saber para qué fin era, Cruz dijo: “me enteré lo que pasó por las noticias y ahí me cerró todo lo de las charlas. Me pregunté cómo pude haber sido tan ingenua”.

Otros testimonios

Además de estos testimonios cruciales, se escucharon las declaraciones de dos policías que estuvieron en la casa de la calle Gorriti al 800 posterior a los hechos.

Uno de ellos contó que le tomó declaración a Franco Gaspar Cinco quien le dijo que les había dado de beber agua bendita que había comprado en la Catedral y que dejara sentando, insistentemente, que su novia Alejandra no atravesaba una buena relación con su familia.

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