Gaspar Cinco no pudo probar el argumento más fuerte de su defensa

El periodista declaró por las muertes por envenenamiento, el episodio en el dique con Amir y la búsqueda de un sicario para hacer desaparecer a un niño.

05 May 2018
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Franco Gaspar Cinco declaró y respondió preguntas durante cinco horas, en una jornada marcada por la tensión, incertidumbre y bronca de la familia de Alejandra y Amir Párraga que, en muchas oportunidades, desalojó la sala asegurando que no podían creer lo que escuchaban.

Permaneció en silencio durante 11 meses desde que su novia y el hijo de ella murieron luego de ingerir potasio de cianuro. Durante el transcurso de la investigación -y ya imputado por el doble crimen y un intento de homicidio previo en perjuicio del menor-, el periodista siempre aseguró que su verdad estaría en los más de 3.000 chats que intercambió con Alejandra.

¿Por qué y para qué compró el cianuro?


Los ejes de la testimonial de Franco Gaspar Cinco debían girar en torno a explicar qué pasó cuando las víctimas ingirieron el veneno, el episodio previo del dique Cabra Corral cuando habría intentado asesinar a Amir y la búsqueda de un sicario para deshacerse de un niño que interfería en una relación amorosa.

Apenas inició su declaración aseguró que el 5 de junio de 2017 visitó a su novia, en la casa de la calle Gorriti al 800, en Villa Cristina, y dijo: “llegué a casa de Alejandra y me agradeció que llevara el frasco con cianuro”. En su declaración, el acusado reconoció haber sido él quien compró el cianuro por pedido de su novia, pero no fue él quien se los dio de beber.

Dijo que el 17 de mayo de 2017 Alejandra le encargó que comprara el veneno “para unas cosas de la facultad porque ella estudiaba nutrición”, pero el periodista estaba sin dinero y debía esperar a cobrar. Así fue que la compra la concretó el mismo 5 de junio en una casa del macrocentro. Ese día las víctimas fallecieron luego de ingerirlo.

Entonces el abogado querellante, Sebastián Schdmit, le preguntó si tenía alguna conversación que pudiera probar que la compra del veneno la realizó por pedido de Párraga. El periodista dijo que no, que se lo había encargado personalmente. La prueba de que él no habría planeado envenenar al menor y que por accidente terminó llevándose la vida de su mamá no pudo ser comprobada.

El intento de homicidio en el dique Cabra Corral


Gaspar Cinco también se refirió y fue consultado sobre qué pasó el 25 de mayo del año pasado cuando Amir cayó a un barranco cercano a las compuertas del dique Cabra Corral cuando estaba a su cuidado.

Dijo que todo fue un accidente. “Yo estaba nervioso, caminaba, fue un descuido mío y hay que agradecer que no fue una tragedia”, aseguró luego de que el pescador, Roberto Acosta, rescató al niño.

Cuando fue consultado por el juez Longarte, Gaspar Cinco precisó que al momento de la caída de Amir el niño estaba sentado sobre su falda y cayó en un descuido cuando tiraban piedras al espejo de agua y él habría soltado un brazo.

La búsqueda de un sicario y la compra de un arma de fuego

Son dos pruebas que reunieron el fiscal y la querella para asegurar que el periodista ya planeaba deshacerse del niño de dos años porque interfería en su relación amorosa con Alejandra.

Durante las audiencias se escucharon los testimonios de dos ex compañeros del acusado quienes declararon que pocos días antes al episodio del dique, Gaspar Cinco les ofreció $ 10.000 y $ 20.000 a cada uno para hacer desaparecer a un chico. Ambos se negaron y el acusado no habría encontrado la respuesta que buscaba y habría respondido que entonces probaría con cianuro.

A partir de esta negativa, se contactó con E.M. a quien le pedía ayuda para “bajar” de un tiro a un chico y le preguntó si podía contar con él.

Sobre estas situaciones, hoy el acusado indicó que fueron un error, que suele ser esa su manera de expresarse con personas de confianza y que todo era una broma. Incluso, comprar un arma de fuego.

“Alejandra nunca me encargó un arma de fuego. Si hablé de eso fue por una boludez mía”, dijo y agregó: “la búsqueda de un sicario era una broma”.

En este sentido el acusado remarcó que las conversaciones fueron un error y que muchas veces estuvieron acompañadas por unos “ja já”, con un poco de humor negro.

Durante su declaración, el periodista fue observado por el juez Longarte, el fiscal y la querella porque leía mensajes de WhatsApp con Alejandra Párraga de manera intercalada, acomodados a su conveniencia.


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