Derrumbre en Tucumán: las fotos más impactantes del derrumbe del ex cine Parravicini

Hay al menos tres muertos. La Policía y Bomberos trabajaron en el lugar.

24 May 2018
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El ex cine Parravicini se derrumbó el miércoles alrededor de las 20 y los tucumanos colaboraron con los servicios de emergencia para poder encontrar a las víctimas.

Según el fiscal Diego López Ávila hay tres muertos y varios heridos a causa de la tragedia, luego de que dos paredes laterales y sus fachadas cayeran sobre la vereda de la calle 24 de Septiembre al 500. 


Todo ocurrió 10 minutos antes de las 21, a mitad de cuadra de la calle 24 de Septiembre al 500 había toneladas de escombro en la vereda y en el pavimento, polvo disperso en el aire, se escuchaba el ruido de sirenas de ambulancias que llegaban al lugar, y había decenas de policías desorbitados tratando de contener a las personas que querían saber qué había pasado. “Que la gente colabore, hermano”, gritó un miembro de la fuerza policial. Al mismo tiempo ellos removían con las manos las pesadas piezas de cemento, junto a la ayuda de vecinos.
El tránsito estaba cortado, y rápidamente al menos un centenar de personas se había amontonado en las esquinas de la cuadra. Querían saber qué estaba pasando como sea. Algunos lograron sortear el frágil cordón policial para saber si debajo del cemento estaban sus seres queridos. 
La escena se parecía a los momentos posteriores a un atentado terrorista o a un terremoto, pero no. La fachada del histórico edificio del ex cine Parravicini se había derrumbado alrededor de las 20.30, sobre el cierre del horario comercial, cuando la mayoría de las personas se retiraba del centro de la capital.
La principal preocupación de la Policía era determinar si debajo de  los escombros había personas. De repente, quienes estaban en esa búsqueda pidieron silencio. Creían haber escuchado el pedido de auxilio. Pero no. Instantes después, las fuerzas policiales lograron liberar la zona y el vallado policial se volvió sólido e impenetrable. 
A partir de allí comenzaron a circular las versiones sobre la cantidad de víctimas que se había cobrado la tragedia.
Minutos después llegaron sucesivamente más policías junto a perros adiestrados para la búsqueda de personas; máquinas retro excavadoras; dotaciones de bomberos de la capital, de Yerba Buena y de Las Talitas; personal de Defensa Civil  y un puñado de funcionarios policiales, municipales y provinciales.
“Estamos en plena tarea de remoción de escombros Estamos trabajando con personal de bomberos, policial y municipal. Hay dos víctimas fatales mayores de edad”, informó el jefe de Policía José Díaz al llegar al lugar, intentando calmar las aguas. 
Desde ese momento hasta las 23 hubo un cerco informativo sobre lo que estaba pasando en la zona del derrumbe, ya que sólo ingresaban personas autorizadas por la Policía.
Poco a poco el centenar de vecinos que se había acercado comenzó a volver a sus casas. Entre tantas incógnitas había algunas certezas: la preocupación, la incertidumbre y el horror de la tragedia se iban a prolongar durante el resto de la noche y del tiempo.


Todo ocurrió 10 minutos antes de las 21, a mitad de cuadra de la calle 24 de Septiembre al 500 había toneladas de escombro en la vereda y en el pavimento, polvo disperso en el aire, se escuchaba el ruido de sirenas de ambulancias que llegaban al lugar, y había decenas de policías desorbitados tratando de contener a las personas que querían saber qué había pasado. “Que la gente colabore, hermano”, gritó un miembro de la fuerza policial. Al mismo tiempo ellos removían con las manos las pesadas piezas de cemento, junto a la ayuda de vecinos.

El tránsito estaba cortado, y rápidamente al menos un centenar de personas se había amontonado en las esquinas de la cuadra. Querían saber qué estaba pasando como sea.

Algunos lograron sortear el frágil cordón policial para saber si debajo del cemento estaban sus seres queridos. La escena se parecía a los momentos posteriores a un atentado terrorista o a un terremoto, pero no. La fachada del histórico edificio del ex cine Parravicini se había derrumbado alrededor de las 20.30, sobre el cierre del horario comercial, cuando la mayoría de las personas se retiraba del centro de la capital.

La principal preocupación de la Policía era determinar si debajo de  los escombros había personas. De repente, quienes estaban en esa búsqueda pidieron silencio. Creían haber escuchado el pedido de auxilio. Pero no. Instantes después, las fuerzas policiales lograron liberar la zona y el vallado policial se volvió sólido e impenetrable. A partir de allí comenzaron a circular las versiones sobre la cantidad de víctimas que se había cobrado la tragedia.

Minutos después llegaron sucesivamente más policías junto a perros adiestrados para la búsqueda de personas; máquinas retro excavadoras; dotaciones de bomberos de la capital, de Yerba Buena y de Las Talitas; personal de Defensa Civil  y un puñado de funcionarios policiales, municipales y provinciales.

“Estamos en plena tarea de remoción de escombros Estamos trabajando con personal de bomberos, policial y municipal. Hay dos víctimas fatales mayores de edad”, informó el jefe de Policía José Díaz al llegar al lugar, intentando calmar las aguas. Desde ese momento hasta las 23 hubo un cerco informativo sobre lo que estaba pasando en la zona del derrumbe, ya que sólo ingresaban personas autorizadas por la Policía.

Poco a poco el centenar de vecinos que se había acercado comenzó a volver a sus casas. Entre tantas incógnitas había algunas certezas: la preocupación, la incertidumbre y el horror de la tragedia se iban a prolongar durante el resto de la noche y del tiempo.

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Derrumbe en Tucumán
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