Tras la represión, llegó un grupo electrógeno para las comunidades originarias

Ayer, un grupo de originarios cortaba la ruta, en reclamo de electricidad, cuando fue reprimido con balas de goma y gases lacrimógenos por la policía.

25 May 2018
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FOTO BRIAN SALAZAR

Ayer la policía provincial desalojó con balas de goma y gases lacrimógenos un corte de ruta que realizaban integrantes de un pueblo originario, en el norte salteño. Los manifestantes pedían, desde hace una semana, por electricidad: desde las inundaciones del río Pilcomayo las comunidades viven en condiciones de extrema precariedad.

Mirá el video de la represión

El piquete duró una semana y la policía reprimió, por orden de un juez de Orán. Hubo dos detenidos, que hoy fueron dejados en libertad.


La mejor noticia de la jornada es que la empresa encargada de prestar el servicio de electricidad en la provincia, o el mismo gobierno, por fin hoy enviaron un grupo electrógeno.

El Centro de Estudios Legales y Sociales se expresó sobre el violento episodio a través de su cuenta de Twitter y apuntó que desde las inundaciones del río Pilcomayo las comunidades viven en condiciones de extrema precariedad y vulneración de derechos. La entidad agregó que la única respuesta ante el conflito de estos pueblos originarios fue la represión y la criminalización de los dirigentes.

El conflicto

Desde que en Enero las inundaciones causaron estragos en el norte salteño, más de 100 familias tuvieron que dejar sus parajes por el desborde del Río Pilcomayo y viven al costado de la ruta 54.

“Nos sentimos olvidados y engañados. Vinieron funcionarios a decirnos que nos iban a solucionar la situación y no pasó nada de eso”, dijo la semana pasada el cacique de la comunidad 13 de Enero, Marcos Torres, a LA GACETA.

Entre las comunidades que se asentaron en el lugar está La Curvita, que fue la más afectada por las inundaciones que en enero de este año azotaron a San Victoria Este. Allí también están los pobladores de Puntana, Monte Carmelo, Cruce Santa María, La Golondrina, Pozo Leyegua y Misión Anglicana 2.

Según confirmó el concejal Pedro Lozano a este medio, los lugares están inhabitables y la gente no puede volver. Tienen que comenzar de nuevo en una zona que todavía no cuenta con ningún tipo de instalación eléctrica.

“Va un camión cisterna pero el problema es que ellos no tienen donde reservar agua. Utilizan unos tachos donde juntan pocos litros que les alcanza para un par de horas. Necesitan un tanque más grande”, enfatizó el edil.

La semana pasada, cuando las comunidades anunciaron que comenzarían a cortar la ruta, el secretario de Obras Públicas, Jorge Klix, explicó que se está realizando un estudio de factibilidad técnica y económica para comenzar con las obras que se requieren para la instalación de servicios en el terreno ubicado al costado de la ruta.

“No es tan simple como tirar un cable de luz. Hay que colocar transformadores y bajar las líneas de tensión, entre otras cosas. No es fácil trasladar un pueblo que se desarmó y ahora tiene que volver a comenzar en un lugar nuevo”, respondió el funcionario y agregó: “sabemos que a las comunidades les cuesta el día a día pero necesitamos tiempo para ver que sea factible”.



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