Es salteño, está en Australia y vivió una de las noches del Vivid Sydney

Robustiano Acosta Ellero nació en Salta, es fotógrafo y estudia arquitectura. De la mano de su cámara cuenta sus vivencias, al otro lado del mundo.

20 Jun 2018
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IMAGEN GENTILEZA ROBUSTIANO ACOSTA ELLERO PARA LA GACETA

“Hace poco descubrí que la fotografía es magia pura. A medida que se va aprendiendo a usar una cámara, se pueden obtener resultados increíbles. Idear una toma, preparar el momento, sacar una buena foto, capturar el instante y ver la reacción de ese gran trabajo son parte de esta hermosa profesión”, dice el estudiante de arquitectura que encontró en la fotografía una pasión.

Robustiano Acosta Ellero es salteño y estudia arquitectura en la UCASAL y está a dos materias de recibirse. “Con la fotografía todo empezó como un hobby, pero terminó siendo un gran trabajo”, afirma en diálogo con LA GACETA desde Australia.

Mirá las mejores fotos, tomadas por Robustiano en el Vivid Sydney

Desde allí, en Sidney, pudo vivir la experiencia del Vivid Sidney, una actividad que se realiza todos los años entre mayo y junio. “Lo hacen para atraer turismo en invierno, es la actividad más grande de Australia en donde iluminan varios puntos importantes de la ciudad durante 23 noches con proyecciones, música y fiesta”, explica Robustiano.

La Opera House, el puente Harbour Bridge, el edificio del ayuntamiento, Los jardines Royal Botanical Gardens o la Bahía de Darling Harbour, son puntos claves del festival a los cuáles se les suma mucha música. “Con la gente se dan charlas sobre creatividad e innovación. Se invierten millones y millones en estas semanas para este espectáculo, pero es impresionante lo que se logra. La interacción de las luces con los edificios y el agua, ¡es alucinante!”, asegura Robustiano.

Luego de haber descubierto su hobby que se convirtió en trabajo, comenzó a trabajar intensa y especialmente en verano y a ahorrar. “Gracias a eso empecé a viajar y pude recorrer Europa, algunos lugares de Latinoamérica y ahora estoy por Oceanía. Desde afuera quizás parece fácil, pero hay un gran trabajo por detrás”, asevera el estudiante de arquitectura.

“Viajar es una adicción, una vez que salís de tu zona de confort y empezás a descubrir otras formas de vida, culturas, religiones, idiomas, ¡no querés parar más! No solo te abre la cabeza y te saca de esa pequeña burbuja en la que uno a veces vive, sino que te da herramientas para la vida, te ayuda a crecer y a ser mejor persona día a día”, dice sin reparos el fotógrafo desde Sydney.

Australia, como destino, cuenta Robustiano, siempre había estado en su cabeza. “Había leído sobre su arquitectura, el surf y la calidad de vida del país, pero nada más. Un domingo me levanté, vi pasajes baratos y no lo dudé. No tenía idea de nada, pero ya tenía los pasajes. Comencé a averiguar y me di con que para viajar a Australia tenés tres tipos de visas, la de turista, de estudiante y work and holiday y cada una tiene sus reglamentaciones. Con la visa d eestudiante comencé a estudiar inglés y a trabajar. Esta visa te permite trabajar ciertas horas por semana y también estudiar, la de turista te limita solo a recorrer el país y la work and holiday trabajar como un ciudadano común por un año”, cuenta.

Según el fotógrafo salteño en estas tres semanas que lleva en Sydney lo hicieron sentirse muy bien y “encantado” por la ciudad. “Es increíble la ciudad, el orden, el funcionamiento, el trabajo, la infraestructura y la calidad de vida en sí”.



En la capital de Australia, Robustiano vive en una casa con seis argentinos más. “Acá es común compartir cuarto con alguien más, los alquileres son semanales y bastantes caros. Yo todavía no conseguí trabajo estable, pero ya trabajé de panadero, obrero, haciendo deliverys, mudanzas de casas y ahora estoy de ayudante de cocina y lavaplatos en un restaurante”, cuenta y agrega: “conseguir trabajo no es nada difícil, hay hasta páginas en donde postean trabajos todo el tiempo o agencias que te consiguen. La hora se paga entre 18 a 25 dólares y en los trabajos básicos que yo realicé se estipula trabajar entre cuatro a ocho horas”.

Según el estudiante salteño, Sydney es “bastante caro”, pero, tener un trabajo estable te permite, alquilar una cama o cuarto privado en alguna casa, comer, movilizarte y tener algunas comodidades básicas y hasta ahorrar.

“Solamente estuve en Sydney hasta ahora, pero creo que es un lugar que nadie se puede perder, lleno de oportunidades e ideal para la persona que se acaba de recibir y quiere hacer alguna experiencia en el exterior por un año”, concluye Robustiano desde el otro lado del mundo.

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