Los desafíos de la dirigencia de la AFA

16 Jul 2018

Ética es el conjunto de normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida. “La ética es saber la diferencia entre lo que tienes derecho de hacer y lo que es correcto hacer”, sostenía el magistrado estadounidense Potter Stewart, mientras que el novelista británico D. H. Lawrence afirmaba que “la ética, la equidad y los principios de la justicia no cambian con el calendario”. La palabra ha ganado protagonismo luego de la eliminación de la Selección nacional del Campeonato Mundial de Rusia que acaba de concluir. El entrenador del conjunto argentino, Jorge Sampaoli, sorprendió a fanáticos y simpatizantes cuando luego de concluir el partido en que Francia dejó a la Selección afuera del certamen, declaró que no iba a renunciar a su cargo.

Sampaoli, que había firmado en 2017 un contrato con la Asociación del Fútbol Argentino por cinco años, si bien reconoció que cometió errores en Rusia, pidió tiempo para desarrollar su plan. ¿Debía dar un paso al costado por haber fracasado o continuar? ¿Lo suyo fue una apuesta a ser despedido y a cobrar varios millones de dólares de indemnización o simplemente se aferró a la legalidad de un contrato? Las especulaciones que se hicieron durante varios días terminaron cuando la AFA anunció ayer que el entrenador ya no seguía ligado a su cargo. Tras la desvinculación comenzó la búsqueda de su reemplazante. Pero el proyecto no debe fijarse solo en los mayores. Es necesario apuntalar a los juveniles porque ellos serán los pilares donde se apoyará la Selección en los próximos años.

La realidad que golpea al fútbol argentino es la consecuencia de los desaciertos que viene cometiendo en la conducción de la AFA desde que murió su histórico presidente Julio Grondona. La actual dirigencia contrató a Sampaoli cuando dirigía al Sevilla, para que sacara del pozo a una selección que corría el serio riesgo de no clasificar para Rusia. La lógica indicaba que el contrato debía abarcar los partidos que quedaban y si accedía al Mundial contemplar su participación hasta donde el equipo llegara. Sin embargo, se lo contrató hasta 2022 por una cifra millonaria, lo cual despertó suspicacias. Luego vino el escándalo por el fallido amistoso contra Israel. El corolario del desmanejo se coronó con la estrepitosa pero anunciada eliminación.

La Copa mostró equipos que apostaron a renovar sus planteles con jóvenes, logrando buenos resultados: los jugadores de Francia e Inglaterra tenían una edad promedio de 26 años. Bélgica, que ocupó el tercer lugar, tenía una edad media de 27,6 años, mientras que la edad en el elenco de Croacia era ligeramente superior: 27 años.

Sin embargo, seguramente no será fácil para la AFA cambiar el rumbo. La bochornosa elección de diciembre de 2015, en la que participaron 75 asambleístas y la votación salió 38 a 38 (es decir un total de 76) fue una de las evidencias de la profunda crisis por la que atraviesa el fútbol argentino.

Planificación, continuidad, coherencia, apuesta a los talentos locales, aprender de los otros países que han obtenido buenos resultados, son fundamentales para encarar un nuevo proceso. Para hacer una limpieza de los vicios es imperioso tocar fondo. Sólo con autocrítica, verdad, humildad y fundamentalmente con ética se puede salir adelante. Este es el momento para comenzar la reconstrucción deseada.

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