La peor noticia para Pity Álvarez: renunció su abogado

Sebastián Queijeiro lo visitó en el Hospital Penitenciario Central de Ezeiza y contó que el músico "no quiere firmar ningún papel".

17 Jul 2018
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"Estaba temblando y se arrancaba los pelos", dijo el ahora ex abogado del Pity Álvarez, Sebastián Queijeiro tras visitarlo en el Hospital Penitenciario Central (HPC), un sector especial del penal de Ezeiza para personas con problemas clínicos. Luego, el letrado renunció a la representación del músico que la semana pasada mató de cuatro tiros a un hombre en Villa Lugano. 

"Lo quise ayudar pero no quiere firmar ningún papel y ya no puedo hacer nada, así que va a continuar con un defensor público", contó Queijeiro. 

Unas horas antes de su renuncia, el abogado había afirmado ante las cámaras de varios medios que Pity era inimputable: "sufre un síndrome de abstinencia fuertísimo y corre riesgo su vida". Además, comentó que estaban pensando en pedir la suspensión del proceso hasta que el ex cantante de Viejas Locas e Intoxicados estuviera bien de salud.

Pity Álvarez: todo lo que se sabe del crimen

El viernes pasado a la madrugada, Pity se entregó a la policía tras pasar 24 horas prófugo y acusado de haber asesinado a balazos a Cristian Díaz, en villa Lugano. Cuando llegó a la comisaría, acompañado por Queijeiro, el músico reconoció ser el autor del crimen y se justificó diciendo que lo había hecho en defensa propia. "Los maté porque era entre el o yo", dijo a la prensa. 

El cantante se negó a declarar ante Martín Yadarola, el juez criminal y correccional porteño, y fue trasladado a la cárcel de Ezeiza en donde se alojó en el sector Prisma, un espacio destinado a los presos con trastornos mentales. De ahí fue direccionado al Hospital Penitenciario Central. "Es una bomba de tiempo, están todos asustados viendo qué hacen con él", dijo Queijeiro.

En estas horas, mientras tanto, el juez Yadarola ordena distintas medidas de prueba para evaluar la imputabilidad del cantante de Viejas Locas por el homicidio de Cristian Díaz.

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