Sin boliches en la Balcarce, en solo tres meses suspendieron 20 fiestas clandestinas en Salta

El descontrol se mudó a los barrios y desde principios de año detectaron más de 500 personas participando de estas celebraciones. Cómo operan las redes sociales.

15 Ago 2018
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FOTO ILUSTRATIVA TOMADA DE EL LIBERAL

Gustavo Sáenz tomó la decisión de hacer cumplir la Ordenanza municipal N° 13.625 y desde el 20 de enero de 2018 erradicó los boliches bailables del Paseo Balcarce, el corredor nocturno más popular del norte argentino.

Desde hacía tiempo la violencia había tomado protagonismo y los enfrentamientos entre jóvenes, y estos con la Policía, se repetían casi cada fin de semana. En algunos hechos hubo heridos de arma blanca, además de los conocidos robos que terminaron con detenidos.

Con estos argumentos, sin olvidar las irregularidades con las que funcionaban algunos locales habilitados como peñas o bares pero que permitían el ingreso de menores, vendían alcohol y funcionaban como boliche, llevaron a la Municipalidad de Salta a erradicar los bailes y recuperar el paseo como un espacio de recreación para la familia, entre platos regionales, artesanías y espectáculos.

La decisión de eliminar los locales bailables introdujo modificaciones también en quienes decidieron quedarse. El baile solo está permitido mientras haya una banda en vivo y el público bailará al lado de sus mesas. La medida es para bares, pubs y peñas.

“La Balca” -como es conocida por salteños y turistas- emergió en el 2000 como un polo turístico que combinó comidas regionales con danzas tradicionales y ferias artesanales. El movimiento despertó el interés de empresarios que, a lo largo del tiempo, fueron copando las calles con boliches para mayores de 18. Pero el ingreso y permanencia de menores, y la venta de alcohol pusieron en el centro de los cuestionamientos la seguridad del Corredor. Lejos habían quedado los orígenes del folclore que se acompañaba con empanadas o tamales, vino o fernet. La tradición norteña se entremezcló con géneros populares como la cumbia y reggaetón. Los residentes de la zona convivieron con menores de edad y el desorden a la salida de los boliches.

La decisión que contemplaba terminar con la violencia, el ingreso irrestricto de menores y la venta libre de alcohol desembocó en otro gran problema: el auge de las fiestas clandestinas en Salta.

El descontrol se mudó a los barrios

Sin boliches en la Balcarce, la diversión se mudó a los barrios de Salta pero en condiciones preocupantes: las fiestas clandestinas están en pleno crecimiento y desbordan los recursos de la Municipalidad y Policía.

Según estadísticas oficiales, solo en los últimos tres meses se detectaron 20 fiestas clandestinas que se celebraban en casas, clubes o locales comerciales que estaban habilitados para otros rubros. Pero si se consideran otros operativos desde la eliminación de los boliches en la Balcarce, los datos son más que preocupantes.

En más de 20 operativos detectaron al menos 524 personas que participaban de fiestas clandestinas, en lugares sin habilitación y sin medidas de seguridad para el público.

La fiesta se mudó a los barrios alejados del centro salteño y la Balcarce. En Capital la zona sudeste emerge como la zona donde más eventos se desarrollan, pero también hubo casos en Vaqueros y Campo Quijano.

Redes sociales, dinero y descontrol

Las redes sociales son un punto de encuentro para jóvenes y adultos que buscan un poco de diversión los fines de semana. Los eventos son promocionados abiertamente en Facebook e Instagram bajo ningún resguardo.


Menores y adultos comparten un mismo espacio con música a todo volumen y alcohol. Pero los eventos no son sociales ya que algunos han visto la oportunidad de lucrar. En varios de los operativos la Policía y Control Comercial detectó que los organizadores cobraban dinero para permitir el ingreso a un espacio sin habilitación comercial, medidas de seguridad, que muchas veces superaban la capacidad y no tenían matafuegos.

La convivencia de menores y adultos se da bajo un contexto preocupante: el consumo de sustancias. En varios operativos informados por la Policía se secuestraron alcohol y estupefacientes.

Citas de casos que preocupan

Al cierre de esta edición el operativo más reciente se realizó el lunes por la noche cuando detectaron que un local que había sido habilitado como restaurante era el epicentro de una fiesta clandestina. Según informó la Policía se trataba de un restaurante de la calle 10 de Octubre al 800, en villa Chartas, donde encontraron cerca de 60 personas bailando y consumiendo alcohol.

Pero desde que erradicaron los locales bailables de la Balcarce se dieron varios operativos. Solo por mencionar algunos ejemplos se podrá recordar las fiestas suspendidas durante la madrugada del domingo 5 de agosto cuando encontraron cinco menores en una casa de Villa Lavalle y otros nueve en Vaqueros. Había música y alcohol.

El 30 de julio la Policía encontró otros 20 menores en una fiesta clandestina que se había convocado en un club de Campo Quijano. El evento había sido promocionado por las redes sociales y el público pagó una entrada para asistir.

Más allá en el tiempo, el 1 de abril en barrio Santa Lucía, sorprendieron a 200 personas que participaban de otra fiesta clandestina, entre ellos varios menores. Otro gran operativo se dio el 24 de febrero cuando clausuraron una fiesta que se celebraba en una propiedad del pasaje Peña al 1.300: había 230 personas.

Sin boliches en la Balcarce, la fiesta se mudó a los barrios con fiestas clandestinas en auge y el peligro de menores expuestos al consumo de sustancias con adultos.


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