Un observador total de la propia experiencia

Investigación sobre los mecanismos de la creación poética.

30 Sep 2018
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DOCUMENTO. La obra testimonia lo que Michaux fue en la década del 20.

TUCUMÁN.- Los textos reunidos en este libro, son anteriores a las obras maestras de su autor: Ecuador (1929), Un bárbaro en Asia (1933), y en especial, Las grandes pruebas del espíritu (1966). Sin embargo, hay cierta belleza enrarecida en sus páginas, una fuerza inventiva extraordinaria que no hallamos en los libros de su madurez. Los que fui (Qui je fus), está redactado en un inquietante estado de invención. Un mirar y sentir dislocado de lo que normalmente comprendemos como “real”. Ya con voz propia, ensayo, relato y poemas, son las formas en que su temprano pensar se construye a través de posturas críticas. Corrosivo, Michaux escribe con una ironía sublime: cuando un hombre se ha volcado en alejandrinos, le es muy difícil volver a la condición civil.

Por momentos, algunas piezas de corte fantástico, como resultan Árboles en catalepsia o Ley de los fantasmas, recuerdan a las mejores páginas de Juan José Arreola, o Augusto Monterroso (en ese aspecto, no hay que menospreciar su cercana amistad con Jules Supervielle). En otros pasajes, descuellan observaciones agudas e inquietantes sólo comparables a La Rochefoucauld. Observaciones paradojales y sensaciones muy atinadas que revelan un espíritu en permanente estado de búsqueda. Más allá de las decepciones, Michaux sitúa al pensamiento por encima de la emoción.

Así, Los que fui opera como testimonio de lo que él fue durante esa década del 20; etapa de gran ebullición vanguardista. Una colección de sensaciones transmutables, un ejército de yoes que son vertidos a través de cada página con helada contundencia que sólo encontramos en su estilo inconfundible. Frases nítidas, precisas, que avanzan con profunda lucidez. En síntesis: un observador total de la propia experiencia.

Esta obra, publicada en el marco del Programa de ayuda a la publicación Victoria Ocampo, cuenta con el apoyo del Institut français d`Argentine. La traducción –la primera realizada en nuestro idioma- realizada por Ariel Dilon, fue iniciada en la Casa del Traductor de Tarazona y concluida en Francia gracias a la Beca de estadía para traductores extranjeros del Centre National du Livre.

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