La novela del guionista de Birdman: Entre el deseo y el resultado

Analizamos El Cuaderno tachado, de Nicolás Giacobone.

30 Sep 2018
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IDEA SEDUCTORA. El autor desgrana una autobiografía de gustos personales.

NOVELA

EL CUADERNO TACHADO

NICOLÁS GIACOBONE

(Reservoir Books – Buenos Aires)

Un guionista cinematográfico es secuestrado por el director de una película llamada a ser la más profunda y exitosa, la que cambiará la historia del cine. Prisionero en el sótano de una mansión de campo, Pablo trabaja en ese guión ilusorio y, a la vez, escribe su diario personal durante la noche, cuando nadie lo controla. Esas anotaciones, que terminará tachando al amanecer, por miedo a ser descubierto, es el material de este libro.

La idea es interesante, casi una autobiografía de gustos personales que desgrana el autor. Es un texto lleno de guiños relacionados principalmente con el cine, aunque también con la música, la literatura y con cuanto dato de actualidad acierte a caer en esa olla donde se cocina un pretencioso puchero.

Esta es la primera novela escrita por Nicolás Giacobone, y se nota. Se nota en la necesidad de ponerlo todo por escrito, como si no fuese a tener otra oportunidad en el futuro. Se nota también en el propósito de ser original, algo que hoy ya es imposible. ¿Quién puede, del Siglo de Oro a esta parte, ser original en Literatura? Por eso, hablar de “novela” sería caer en un error.

Giacobone es, en realidad, un gran y exitoso guionista. A él pertenecen Océano y Biútiful, además de El último Elvis, magnífico guión que ganó el Cóndor de Plata; y Birdman, que se hizo acreedor al Óscar en 2014. Y si bien ya había publicado un libro de cuentos, la idea de una novela le queda grande, ya que no pasa de ser un interminable juego verbal consigo mismo que tal vez disfruten algunos de sus allegados.

La historia de la Literatura rebosa de casos así; algunos muy prestigiosos. Cervantes quiso ser considerado como poeta y no lo consiguió, convirtiéndose en el autor más importante de narrativa castellana. Alfredo Lepera quiso ser novelista, algo que no consiguió, pero sí escribió numerosas letras de canciones que todos conocemos y que forman parte de nuestra vida. Entre el deseo y el resultado hay un cauce muy profundo. Quedarte con un buen guión no es mal negocio si la novela es cruzando el río y aún no aprendiste a nadar.

Si es verdad que todos asimilamos mediante el método de prueba y error, es posible que Nicolás Giacobone termine escribiendo una buena novela. Su texto El cuaderno tachado es un primer paso y por ahora se inclina hacia el error. Será cuestión de seguirlo y ver cómo evoluciona. Mientras ese momento llega (o no), podremos seguir disfrutando de sus guiones cinematográficos, terreno en el que ya nada tiene que demostrar.

© LA GACETA

ROGELIO RAMOS SIGNES

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