Aguafuertes que invitan a pensar

Evocaciones, lecturas y miradas acerca de los asuntos de la actualidad .

07 Oct 2018
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IMPRESO. Gustavo Martinelli, periodista de LA GACETA, con su primer libro.

MISCELÁNEA

MIRA MI CORAZÓN

GUSTAVO MARTINELLI

(Vleer - Tucumán)

La vida es una caja de asombros y resonancias, que pueden despertarnos ecos interiores, aquellos que riegan los sentidos y se amasan a veces en lo más profundo del ser, para luego salir por las puertas del pensamiento y echar vuelo.

Décadas atrás, los periodistas, que también oficiaban de escritores, solían decir que el estilo seco, directo, escueto o casi nulo de adjetivos de la noticia no era una influencia positiva para incursionar en la literatura. Con el tiempo, esta concepción fue cambiando, cuando la literatura dibujó sus escarceos en el mentado periodismo narrativo que busca contar historias para atraer al lector de diarios.

Gustavo Martinelli, hombre de Tafí Viejo, ha posado su sensibilidad en ambos oficios. Desde 1994, es periodista de LA GACETA; en 1998 obtuvo del Premio Citibank a la Excelencia en Periodismo que le valió una beca para cursar una maestría en la Universidad de Columbia (Nueva York); ha entrevistado a personalidades, como Ernesto Sábato, Mercedes Sosa, Bill Clinton, Liza Minelli, Alan Rickman, María Elena Walsh y Oriana Fallaci, entre muchos.

En Mira mi corazón, su primer libro, reúne sus miradas sobre asuntos de actualidad que lo inquietan, sus lecturas, su afición por el cine, recuerdos de infancia. Hay textos donde despliega su ternura para evocar a su bisabuelo Renato, que lo introdujo desde changuito en los círculos del Dante. Las redes sociales, la vindicación de la amistad, el aburrimiento, la palabra, el valor del silencio, la Nina Velárdez, guardiana del cerro taficeño; los justos, la lectura, la lluvia, el frío, la Navidad, la educación cordial, un emocionante encuentro con China, recorren estas páginas que culminan con dos cuentos, uno de ellos (Julia en julio) con una muy buena resolución.

Estas aguafuertes ponen de relieve su capacidad de observación, de reflexión, su vuelo poético, para dialogar con el lector. Textos breves y amables, que fluyen, invitan a pensar y dejan también enseñanzas. “Porque no es la violencia, sino la poesía, la única prueba concreta de la existencia del hombre”, le dijo Renato; su bisnieto así lo entendió y escribió este “vide cor meum”, un gajo de su propio universo.

© LA GACETA

ROBERTO ESPINOSA

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