Ensayo: Un viaje al futuro que nos espera

Los cambios que marcarán a nuestra especie.

07 Oct 2018
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CONVOCATORIA. Pozzi hace un llamamiento para que la humanidad evite ser la primera especie en la historia que provoca su propia extinción.

ENSAYO

HUMANIDAD 2.0

DANIEL POZZI 

(Gárgola - Buenos Aires)

La primera parte del libro es Humanidad 1.0 y muestra de dónde venimos. Un ser inteligente, señala Pozzi, tardó en desarrollarse casi 3.500 millones de años y hace unos tres millones de años se generó la inteligencia y la voluntad, que nos diferencian de los demás seres vivos. Subraya que no hay otro animal con una conducta tan destructiva para su misma especie como el ser humano; y por eso cierra esta parte con un célebre cuento: una rana lleva en su lomo al escorpión para cruzar un sitio inundado, cuando siente que el escorpión le ha clavado su cola venenosa, grita ¿qué hiciste? y el escorpión dice: no puedo evitarlo, es mi naturaleza, y se ahogan ambos. Evitemos, dice Pozzi, ser la primera especie en la historia que provoca su propia extinción.

La segunda parte apunta hacia dónde vamos, y es Humanidad 2.0. Si las tecnologías de 1.0 nos cambiaron por fuera, las tecnologías de 2.0 nos cambiarán por dentro. La clave es el cerebro. Pero 2.0 tiene tantos protagonistas y eventos - desde Platón y las neurociencias hasta la existencia de Dios - que se torna una lectura engorrosa.

Tendremos la medicina 2.0 y se podrá modificar nuestros genes pues la tecnología irá mejorando hasta llegar un punto en que habrá que preguntarse cuál es la verdadera realidad. La nanotecnología permitirá la manipulación de cualquier tipo de átomos. Aumentará la duración de la vida, habrá una economía 2.0 y un Cupido 2.0: el sexo se irá disociando de la pareja y habrá placer sexual a través de dispositivos. Llegará la felicidad modulando las emociones.

Pozzi confía en el futuro; y acá vale la reflexión del historiador argentino José Burucúa, que hace poco evocó el optimismo de Erasmo, que en el siglo XVI se basaba en el humanismo renacentista. Y agrega Burucúa: pero apareció Lutero y pateó el tablero.

© LA GACETA

CORIOLANO FERNÁNDEZ

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