De las Kamikazes al gimnasio: ¿cuál es la ropa ideal para las deportistas?

El debate se generó en los últimos días por las mínimas prendas que usaron las jóvenes del equipo argentino de Beach Handball. ¿Se prioriza la sensualidad o la comodidad? El problema de las mujeres que no encuentran prendas para su tipo de cuerpo.

21 Oct 2018
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LAS “KAMIKAZES”. Las jugadoras del equipo argentino juvenil de Beach Handball festejan luego de haberse consagrado campeonas.

Hacer actividad física está de moda. Y qué ponerse para hacer un deporte no es detalle menor. ¿Estar cómoda o estar sensual? O ¿por qué no las dos cosas? El problema lo tienen, en realidad, las mujeres que no quieren mostrar mucho. Y las que no entran en los talles que el mercado, en su mayoría, ha decidido para el cuerpo ideal de una deportista.

Esto es -palabras más, palabras menos- lo que sienten muchas deportistas y diseñadoras de indumentaria que consultamos. Dicen que si van a un local de deportes en estos días probablemente encuentren shorts cortísimos, tops que cubren lo mínimo, remeras ultra ajustadas y calzas coloridas para piernas largas y esbeltas. Si quieren algo más suelto deberán conformarse con que sea negro o buscar, tal vez, en los percheros de hombres una musculosa que parezca unisex. Alguien que ya lo hizo en varias oportunidades es Micaela Martini (39 años, runner). Como usa talle XXL, no encuentra muchas opciones.

Catalina Sosa, de 25 años, tiene otra visión: para ella, el cuerpo de una deportista está para mostrarse y la ropa ajustada tiene que ver con la comodidad. “El problema es de la sociedad, que debe cambiar esa mirada hacia la mujer como objeto sexual”, manifiesta la joven, que en su vida hizo danza, gimnasia artística, natación y ahora practica running y trekking.

Debate

¿La moda deportiva que se vende está sexualizada? ¿Es una expresión machista que en los Juegos Olímpicos de la Juventud (Buenos Aires 2018) a las jugadoras se les exigió usar pequeños culottes y tops mientras que los varones podían utilizar shorts amplios y largos, y musculosas? La polémica que estalló en los últimos días tuvo el cierre más sorpresivo: pese a la controversia por la gran exposición de los cuerpos de jóvenes Kamikazes (equipo argentino de Beach Handball), las eligieron como las mejores vestidas en la competencia.

Tras ganar la medalla de oro, las jugadoras pidieron que el foco sea su meritoria actuación deportiva y no la ropa ¿Era inevitable que quedaran expuestas a las miradas que las ubican en un lugar de objeto sexual estereotipado?

“La imagen de la mujer deportista es hoy un estereotipo del deseo sexual masculino”, lanza el historiador Luis de la Cruz en su libro “Contra el running: corriendo hasta morir en la ciudad posindustrial”. En contacto con LA GACETA, el escritor da más detalles sobre su ensayo: parte de la historia de una mujer que sufre acoso callejero mientras corre su primera media maratón. Una de las preocupaciones que tuvo Karen Cordano en el relato de su acoso (que fue publicado en The Huffington Post) es la posibilidad de que su ropa, pegada a la piel, pudiera haber constituido algún tipo de provocación para su acosador.

A partir de esta experiencia es que el autor intenta hacer una análisis. “Los uniformes menguantes de las deportistas profesionales, que ocasionalmente saltan como un escándalo a los medios, son un buen reflejo de la deportista como pin up postmoderna”, dice.

En su opinión, no se trata de algo nuevo: “en los albores del siglo XIX, la mujer apareció sistemáticamente en las revistas eróticas acompañada de elementos que se asociaban a la modernidad, como la bicicleta o la máquina de escribir”. Después vendría la figura de la mecanógrafa y la telefonista, las voluntarias de la Cruz Roja y las turistas en bikini durante el franquismo, entre otras muchas versiones de la mujer al servicio del deseo heteronormativo, hasta llegar a la deportista, que encuentra hoy en la runner un buen objeto del deseo sexual, enumera.

Para concluir, analiza: “hoy, el sistema de dominación patriarcal de las calles se aparece de forma menos directa, pero no de forma precisamente sutil. A cada paso encontraremos decenas de mensajes que lo reproducen a través de la publicidad y los usos sociales”.

Para mujeres ideales

“A pesar de las campañas para sacar a la mujer de ese lugar de objeto sexual o para que haya talles inclusivos, lo que se ve, especialmente en las publicidades, es que la ropa deportiva juega mucho con las estética; es para mujeres con cuerpos fantásticos”, expresa Estela Figueroa, quien practica running y mountain bike.

Desde su experiencia en el deporte y ante la necesidad que percibía, decidió diseñar ropa deportiva personalizada. La mayoría de sus clientes llegan a buscarla porque en las tiendas no encuentran talles XXL. O porque no les gusta mostrar tanto, como plantea el mercado actual, cuenta.

“Escucho mucho a mis clientes; a veces hasta se sienten discriminados por las grandes marcas”, remarca Estela, que tiene 59 años y siempre que diseña una prenda busca antes que nada la practicidad. “La verdad es que si estoy demasiado expuesta no me sentiría cómoda. Pero entiendo a las que les gusta mostrar más. Siempre les recalco a mis clientas que la prenda debe adecuarse a la disciplina que realizan. Si voy a hacer un deporte de montaña no llevo un short porque sé que hay ramas, por ejemplo. Si hago bicicleta no me voy a poner una calza que tenga que estar acomodándome todo el tiempo”, señala. “Claramente la corriente va llevando a que haya más sensualidad en el deporte. Y vemos a diario atletas todas de blanco, divinas, realmente para una repisa, con todo el glamour, más descubiertas”, analiza.

Fusión con la moda

Un punto en el que coincidieron las diseñadoras consultadas es en la fusión que se produce hoy entre el deporte y la moda. Y en el gran desarrollo tecnológico que está experimentando la ropa deportiva. Se puede percibir en los tejidos y fibras, en el uso de materiales que ayudan a mejorar al rendimiento de los que hacen ejercicios.

Y sucede en la actualidad que la gente no sólo quiere lucir bien durante el ejercicio, sino antes y después. Son cada vez menos los que se cambian al salir del gimnasio. La apariencia también juega un rol esencial para la motivación de las personas. Lo importante, en todos los casos, es no resignar comodidad por vanidad, aseguran.

Fernanda Saravia, diseñadora de indumentaria deportiva, no cree que una atleta tenga que taparse porque si muestra demasiado puede ser vista como un objeto sexual. “La sociedad debe dar un salto y avanzar, dejarlas tranquilas, que usen lo que quieran, con lo que estén cómodas. Algunas muestran bastante su cuerpo porque esto las ayuda a practicar mejor una disciplina. Otras necesitan estar más cubiertas porque se sienten mejor”, opina.

En su opinión, si la mujer decide taparse aunque no quiera hacerlo es contribuir al pensamiento machista. “En el deporte, lo que vale es la comodidad y que el diseño de la prenda sea funcional a la disciplina que realiza la persona. Hay que madurar y centrarse en la destreza y entrega de la deportista, no en que si muestra mucho o poco, si está sexy o no”, concluye.

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