Juan Páez: “Escribir y sobrevivir son actos simultáneos”

El poeta habla de su libro más personal: "cuando vengas, te cuento".

15 Nov 2018
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EL LIBRO. Cuando vengas, te cuento. De JUAN PAEZ Fotografías: Estefanía Ceballos

Es un libro raro. La palabra poesía sirve para explicarlo, pero al mismo tiempo no alcanza. Juan Paez cree que “Cuando vengas, te cuento" quizá se pueda leer como el diario de un duelo. La única certeza es que estas páginas encierran su proyecto más personal, uno atravesado por el dolor y que muestra también cómo las palabras le sirven a un escritor para reconstruirse.

En la página 22, leo: “escribir y sobrevivir van de la mano/ ahora lo descubro”. ¿Qué fue para vos escribir este libro?

Escribir este libro fue construir un lugar donde sé que Jorge y yo siempre estaremos juntos. Teníamos muchos planes, entre otros, el de irnos a vivir al exterior, por ejemplo. Sin embargo, la muerte se quedó con ese y otros tantos planos. Y digo planos porque la escritura de "cuando vengas, te cuento" fue eso: la reconstrucción de mis días al lado de Jorge, siguiendo los planos de un futuro que había perdido. Fue un momento de mucho dolor que necesité atravesar a fuerza de sanar. Escribir y sobrevivir son actos simultáneos que muy pocas veces se logra comprender con la intensidad que la imagen propone. Algunos sobrevivimos gracias a la fuerza vital que tiene la escritura.

Con Jorge habíamos viajado tanto que mi cuerpo se había convertido en una suerte de ciudad sin nombre. Tras su muerte, mi cuerpo-ciudad sufrió una envestida que podría traducirse como la ausencia de palabras. Los días posteriores a su muerte, sentí cierta imposibilidad para hablar, y allí aparecieron los recuerdos para decirme que tenía que seguir adelante sin perder nunca el estímulo de la lucha. Entonces tomé lo que había quedado de nuestra historia y como si se tratara de un rompecabezas, busqué rearmarme. Ahí comprendí lo que era tomar los vestigios del pasado para armar algo nuevo.

¿Cómo empezaste a escribir el libro? ¿Cómo te decidiste a publicarlo?

Un libro así sólo puede escribirse con lágrimas y con ese dolor que nace de las entrañas y te atraviesa. No hay otro modo. No es una voz fácil de construir y no se pueda imitar o fingir. Porque si esa es la pretensión, el lector lo descubre y entonces no hay emoción. Hace muy poco en una presentación en Tilcara descubrí, a propósito de unas de las preguntas del público, que el libro propone un recorrido interesante, puesto que la voz que unifica los textos, en realidad, me fue sanando como autor.   

Por aquel entonces fue muy difícil escribir porque la escritura me llevaba por zonas muy oscuras. Sin embargo, por dentro yo sabía que si quería reponerme, debía escribir. Como dice Ivonne Bordelois: escribimos con la cautela propia de los exploradores. Y la lectura fue una gran compañera. Tomé una serie de libros (Andruetto, Bellessi, Kavafis, Barthes, entre otros) que me gustaban mucho y conviví con ellos durante ese periodo. Como me costaba escribir, cada vez que un texto venía, terminaba escribiéndolo en el libro que en ese momento tuviera a mano. La mayoría de los textos fueron escritos en las páginas de esos libros y muy pocas veces escribía en una hoja en blanco. 

Cuando apareció la propuesta de publicarlo, no lo dudé ni un minuto. Gina Guilio me acompañó durante el proceso de corrección. Recuerdo que pasábamos las tardes en el jardín de su casa, sumando algunas palabras, quitando otras. Luego Gina escribió el prólogo de la primera edición que se publicó en Formosa en el 2015. Este año surgió la posibilidad de reeditarlo y acepté. Natalia Leiderman escribió el prólogo de la reedición que salió por una editorial de Jujuy. En ambas ediciones, el arte de tapa y las ilustraciones pertenecen a Cecilia Aguado, una artista plástica de Villa Gesell cuyo trabajo me parece maravilloso.   

Juan Paez nació en 1984, en Rosario de la Frontera. En Jujuy se recibió de profesor de Letras, obtuvo una beca de la Fundación Mempo Giardinelli y asistió al Summer Seminar 2013 Literatura Argentina y Latinoamericana: Crítica y Creación impartido en la ciudad de Resistencia, Chaco. Publicó el libro de poesía “Música para aeropuertos”, editado por la editorial Intravenosa, de Jujuy. También La hija del inventor, un libro que recopila entrevistas a escritores e intelectuales.

"Compongo bella música/para evitar el silencio" son los versos que concluyen el libro. ¿Escribir es una forma de evitar el silencio?

Escribí ese poema en casa de Gina una tarde de mucho sol. Siempre lo digo: allí me refugié los días grises para sanar ciertas formas de lo cotidiano. Y es que el silencio del duelo es muy particular. Acaso porque contempla diferentes matices que van desde la ausencia de palabras hasta el grito: gritar hasta enmudecer. Yo opté por la escritura, por componer esa música que también necesitaba sanar.

Leímos ese poema al atardecer. En ese momento supe que había comenzado a transitar mi duelo y que el silencio había sanado su herida más fuerte porque la voz de Jorge ya estaba en el libro. Entonces, el silencio de mi departamento volvió a ser habitable. Fue como un renacer a la palabra. Ya podía regresar y dormir en la oscuridad de la ausencia.

Cada vez que el silencio trae algunos de esos animales peligrosos de los que también hablo en el libro, abro cualquiera de sus páginas y escucho cómo esa voz canta un himno al amor. Y eso es suficiente para seguir.     

¿Qué repercusiones tuviste del libro?

Desde su aparición, “cuando vengas, te cuento” tuvo mucha repercusión y todas ellas me llenan de felicidad. Desde un profesor de literatura que lo llevó al colegio para leerlo con sus estudiantes hasta la reciente presentación en Tilcara, donde Estela Mamani y Mabel Nina realizaron una lectura interesante del libro inscribiéndolo en la llamada literatura disidente, destacando que en Jujuy hasta el momento no se había publicado un libro como este.    

Además, me llegaron lecturas y comentarios de personas a quienes admiro muchísimo. Por un lado, un correo electrónico del escritor Raúl Dorra, recientemente distinguido con el Premio Francisco Javier Clavijero y, por el otro, un mail de la investigadora Zulma Palermo a quien conocí en 2017 cuando la Universidad Nacional de Formosa le otorgó el doctorado Honoris Causa por su labor en el campo de la investigación literaria. Esas lecturas, junto a tantas otras, las atesoro en el corazón. 

Finalmente en el litoral, se sucedieron una serie de presentaciones interesantes. La primera se realizó en la Biblioteca Mariño en la ciudad de Corrientes en el marco del ciclo Tenemos visita que lleva adelante el escritor Tony Zalazar. Y en breve, viajaré nuevamente a Corrientes para presentarlo en la Biblioteca de la localidad de San Cosme en un evento organizado por los y las estudiantes del 3er año del Profesorado de Educación Primaria.

"cuando vengas, te cuento" plantea diferentes textualidades ¿se trata de un libro de poesía?

No me había detenido a pensar en esto que señalas. En todo caso, me gusta pensarlo más bien como si fuera el diario de un duelo. Porque es cierto que, además de poemas, hay narraciones, plegarias. Yo creo que Natalia Leiderman en el prólogo observó muy bien esto que decís al plantear que el libro articula "el duelo al ritmo de la necesidad". Y es así. Yo no necesitaba aferrarme a ningún género literario, sólo necesitaba escribir porque, como te decía, en la escritura encontraba la vida para decir la muerte.

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