¿Qué le pasa al cuerpo cuando trabajamos de noche y dormimos de día?

Los psicólogos y especialistas en sueño insisten en que hay que respetar las horas usuales para el descanso. Pero ¿qué le pasa al cuerpo cuando trabajamos de noche y dormimos de día?

Múltiples estudios profundizan sobre los efectos negativos para la salud de trabajar en un horario nocturno. El problema se produce por la alteración del ritmo biológico natural. Incluso una investigación de La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC, por su siglas en inglés) incluyó los empleos nocturnos entre los agentes probablemente cancerígenos.

Nuestro reloj biológico dice que durante el día uno está despierto mientras que por la noche se debe dormir. Si alteramos ese ritmo tarde o temprano empiezan a generarse trastornos de la alimentación y el sueño. Las consecuencias van desde desorden hormonal, insomnio y aumento de peso hasta una baja de defensas. Las personas pueden tener mas estrés y fatiga, y más probabilidades de sufrir males cardiovasculares.

La psicóloga Graciela Chamut considera que es insalubre trabajar de noche y no solo desde lo fisiológico. También está lo psíquico.

“Las personas tienen un descanso de menor calidad porque terminan durmiendo poco y cortado. Esto con el tiempo termina afectando la salud. Psicológicamente también se ven los perjuicios. Las personas no pueden terminar de encajar en la vida familiar y social. Van a contramano; muchas veces hasta sus opiniones empiezan a perder valor y todo pasa mientras ellos no están o están durmiendo”, recalca.

No obstante, la experta sostiene que cada caso es particular y que hay analizar la personalidad del sujeto. “Por ejemplo, a los solitarios un trabajo nocturno los ayuda porque se exponen menos. A quienes no les gusta hacer labores en equipo es la hora en que se sienten más creativos. Está probado que de noche, al no haber tantos estímulos y distracciones, puede haber mucha más productividad. De 2 a las 4 de la mañana rinden más que cuatro horas del día”, apunta.

Otra cuestión a tener en cuenta, según la experta, es que no todos tenemos los mismos patrones del sueño. Si bien la mayor cantidad de gente funciona bien de día (se las llama alondras) hay una porción de la población que se siente más productiva de noche (búhos).