La crisis migratoria avivó el fantasma del nacionalismo

Más de 258 millones de personas han tenido que huir de sus hogares para sobrevivir Este año, hubo 3.341 migrantes muertos en rutas de todo el mundo. Víctimas de la violencia, por hambre o ahogados.

15 Dic 2018
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DETENIDOS. Un grupo que intentó cruzar hacia el norte de Tijuana quedó en manos de la policía fronteriza. reuters

NUEVA YORK, Estados Unidos.- Con más de 258 millones de personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares, los flujos de migrasteis volvieron a ocupar este año las tapas de los diarios y despabilaron los fantasmas de la ultraderecha en muchos países.

Para proteger a los millones de personas que huyen de la violencia, la pobreza, la guerra o la persecución política en sus países, la ONU aprobó un acuerdo que, en su esfuerzo por incluir a más países, resulta poco profundo. El Pacto Mundial Migratorio (PMM) apunta a algunos objetivos como la no separación de las familias y el derecho de las personas a recibir salud y educación, pero mantiene la garantía de los Estados “a determinar su política de migración”. Una decena de países -entre ellos Estados Unidos, Hungría, Australia y Chile- rechazaron siquiera discutir el texto no vinculante.

Uno de los episodios que más desnudó el desamparo de los migrantes fue la larga caravana de hondureños, guatemaltecos y salvadoreños que intentaron sin éxito llegar a Estados Unidos.

En plena campaña electoral, el presidente estadounidense Donald Trump hizo del avance de la caravana, la amenaza número uno a su país: “Debo pedir a México que detenga esta arremetida. Si no puede hacerlo llamaré al Ejército norteamericano y cerraré nuestra frontera sur”.

Días antes, Trump había amenazado con cortar la ayuda económica a los tres países centroamericanos del “Triángulo Norte” si la región no detenía a la caravana. El entonces presidente de México, Enrique Peña Nieto, respondió primero con represión, pero finalmente permitió el paso de los miles de migrantes.

Las elecciones pasaron; Trump bajó el tono a los comentarios racistas y miles de migrantes centroamericanos quedaron en Tijuana, alojados en un complejo deportivo a la espera de que Estados Unidos procese sus solicitudes o que un descuido de los guardias les permita saltar el muro fronterizo.

Del otro lado del Atlántico, decenas de miles de personas siguen intentando cruzar el Mediterráneo para llegar a Europa. Atraviesan peligrosas rutas en las que son sometidos a traficantes de personas que ya están habituados a verlos morir de sed en el desierto, asfixiados en contenedores o ahogados.

Este año, más de 3.341 personas murieron en rutas migratorias de todo el mundo, 2.133 de ellas en el Mediterráneo. Ante los repetidos naufragios, las organizaciones SOS Méditerranée y Médicos sin Fronteras se aliaron para realizar rescates a bordo del barco Aquarius. Luego de salvar a 30.000 personas de morir ahogadas, ambas ONG pusieron fin a la misión este mes, cansadas del hostigamiento de varios países, especialmente Italia, para evitar que migrantes lleguen a su territorio. (Télam)

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