Sugerir más que decir

Un libro de microrrelatos en el que Ana María Mopty remite a temas de la sociedad, a las crisis de la realidad, sin poner la referencia concreta; reemplaza, desplaza, y así una cosa está en la otra. El planteo discursivo remite a una cuestión del mundo que confronta, afecta, pero que no está denotada sino sugerida. Es en el silencio de lo no dicho, es en la elipsis donde está el objeto al que remite.

Más desafiante en la elección de los temas, en el manejo de las sugerencias, en el equilibrio de una nota de humor, la escritora se mueve en el “espesor” de la palabra como sucede en “Nocturno”, en donde la imagen de una almohada/mujer, sumisa a la cabeza del hombre, no claudica ante la adversidad del sometimiento, ¿quién no claudica? ¿la mujer o la almohada?; o en “Cuadro” donde mezcla lo pictórico con la escritura para representar la pasión del artista en su arte o, la del hombre en su vida. Un texto que despliega estrategias como el sueño en “Firmeza”, o el desdoblamiento en “Sustitución”; o la presencia de lo metafísico y de lo espiritual en “Diciembre” o en “El universo”.

Plantea límites entre realidad y ficción. La escritura se mira a sí misma en textos como “Paternidad”, o en “Creaturas”, en los que la narración muestra a la ficción en su propia práctica constructiva.

Ana María Mopty se atreve, desafía, no distrae con excesos referenciales. Ronda lo provocativo sin abandonar el tono crítico. Siempre la insinuación, siempre en un borde resbaladizo para tratar el objeto narrado.

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