El Papa pide paz para Venezuela y Nicaragua

Concordia y reconciliación en las zonas en conflicto fue el deseo que envió el Pontífice en su mensaje navideño para los cristianos Los países de Medio Oriente, las dos Coreas y Yemen estuvieron en la oración Urbi et Orbi.

26 Dic 2018
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SEGURIDAD A PLENO SOL. El Pontífice habló ante miles de personas reunidas en la Plaza de San Pedro, rodeada de un gran operativo de control. reuters

CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco hizo su tradicional felicitación de Navidad a través de la bendición Urbi et Orbi, a la ciudad y al mundo con un mensaje en el que instó a ver las diferencias como una fuente de riqueza en lugar de peligro y pidió la reconciliación en lugares desgarrados por conflictos.

Ante una Plaza de San Pedro soleada, el Pontífice hizo hincapié en la necesidad de lograr una fraternidad mundial, entre personas de diferentes naciones y culturas y religiones, con el objetivo de lograr la salvación destinada a conseguir la paz. En su mensaje recordó al mundo los conflictos internacionales en curso y dedicó palabras a Nicaragua y Venezuela, pero también a Yemen, Siria, las dos Coreas, Palestina, Israel y Ucrania.

Este año, introdujo en su bendición un pedido especial por Nicaragua, tras la grave crisis social y política que sacude al país en medio de tensiones que han incluido persecuciones a miembros de la Iglesia. “Que delante del Niño Jesús, los habitantes de la querida Nicaragua se redescubran hermanos, para que no prevalezcan las divisiones y las discordias, sino que todos se esfuercen por favorecer la reconciliación y por construir juntos el futuro del país”, pidió.

Francisco transmitió el tradicional mensaje papal “Urbi et Orbi” (a la ciudad y al mundo) a decenas de miles de personas en una soleada Plaza de San Pedro, desde el mismo balcón donde se presentó por primera vez como Pontífice poco después de su elección el 13 de marzo de 2013.

La seguridad fue elevada al máximo en el Vaticano. Se instalaron jeeps militares en rutas de acceso y detectores de metales, con revisiones de bolsos a todos los turistas. La semana pasada, la policía en el sur de Italia arrestó a un somalí, sospechoso de haber sido miembro del Estado Islámico y que había amenazado con bombardear iglesias en Italia, incluida la de San Pedro.

En referencia al clima político en varios países, pidió “la fraternidad entre personas con ideas diferentes, pero capaces de respetarse y escucharse mutuamente”. Aludió a la polarización sobre la migración, diciendo que Dios quiere “amor, aceptación, respeto por esta pobre humanidad nuestra, que todos compartimos en una gran variedad de razas, idiomas y culturas”. “Nuestras diferencias no son un detrimento o un peligro; son una fuente de riqueza”, dijo.

Diálogo y fraternidad

Francisco, de 82 años, llamó a retomar el diálogo entre israelíes y palestinos para “emprender un viaje de paz que pueda poner fin a un conflicto que durante más de 70 años ha herido la tierra elegida por el Señor para mostrar su rostro de amor”.

El jefe de la Iglesia católica instó a la comunidad internacional a trabajar por una solución política en Siria y dijo que esperaba que una tregua negociada en la guerra civil de Yemen pudiera brindar alivio a una población agotada por la violencia y el hambre.

El Papa también afirmó que los millones de refugiados y desplazadas en África que necesitan asistencia humanitaria y seguridad alimentaria no deben ser olvidados. Para Ucrania, pidió “una paz que respete los derechos de todas las naciones”. Las relaciones de Ucrania con Rusia han entrado en una espiral descendente desde que Moscú anexó a Crimea en 2014 y apoyó a separatistas pro-rusos en el este de Ucrania.

La península de Corea, otro de los puntos conflictivos de 2018, estuvo presente también en el mensaje. El Papa anheló que “la Navidad fortalezca los vínculos fraternos que unen la Península coreana y permita que se continúe el camino de acercamiento puesto en marcha, y que se alcancen soluciones compartidas que aseguren a todos el desarrollo y el bienestar”. Francisco reconoció así los avances que hubo en 2018 para bajar la tensión entre las dos Coreas, y que además de gestos bilaterales en favor del desarme, incluyeron una invitación de Pyongyang al pontífice través del presidente surcoreano Moon Jae-in en octubre.

También deseó “que el Niño Jesús permita a la amada y martirizada Siria que vuelva a encontrar la fraternidad después de largos años de guerra”.

“Que la Comunidad internacional se esfuerce firmemente por hallar una solución política que deje de lado las divisiones y los intereses creados para que el pueblo sirio, especialmente quienes tuvieron que dejar las propias tierras y buscar refugio en otro lugar, pueda volver a vivir en paz en su patria”, agregó sobre la situación en el país asiático.

También dedicó un pensamiento a “Yemen, con la esperanza de que la tregua alcanzada por mediación de la comunidad internacional pueda aliviar finalmente a tantos niños y a las poblaciones, exhaustos por la guerra y el hambre”. (Télam-Reuters)

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