Descalzo en la arena

Libro que homenajea a la playa y su esencia.

27 Ene 2019
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revista la fuga

¿Es la playa un lugar donde realmente somos felices, o la sobrevaloramos por causas varias (periodo vacacional, contacto con la naturaleza, la aventura de un nuevo espacio aunque ese espacio se repita con el pasar de los veranos, el mar mismo, su sola existencia) sin admitir su costado más conflictivo (la arena que vuela, el niño que se extravía, la sobrecarga sobrenatural de objetos a trasladar, el asedio de vendedores ambulantes, un sinfín de etcéteras) en un pacto tácito, mudo, por el sólo hecho de ver llegar e irse las olas?

Juicios afuera, la playa es, además de testigo de momentos, amores, epidermis irritadas, sí, un espacio de estudio sociológico, casi antropológico; una enciclopedia de usos y costumbres, sociales e individuales, de la cotidianidad y la idiosincrasia del turista –en menor rasgo, del nacido y criado o el migrante.

Ahí están, como ejemplos, el film Balnearios, de Mariano Llinás, y el libro La vida descalzo, de Alan Pauls.

Huellas de lo que fue

Pauls construye estas páginas, difíciles de clasificar, recorriendo ciudades varias, por citar dos. Cabo Polonio, esa contradicción en sí que comprende un paraíso hippie chic que pretende -o simula pretender- un retorno a la naturaleza sin abandonar el concepto de civilización, matizado con “cierto síndrome de abstinencia”, donde el autor veraneaba a principios de siglo XXI. Villa Gesell, “prueba histórica (y también personal) de esa condición platónica: la playa como superficie neutra y absorbente, como un espacio-pantalla por excelencia y, por lo tanto, el non plus ultra del conquistador, el adelantado, el pionero”, donde veraneó durante quince años en su niñez y adolescencia. Y las recorre, sea 2005 o principios de los 70, entre múltiples referencias cinematográficas –una de las grandes pasiones de Pauls- desde el recuerdo o la impresión del presente continuo.

En fin, la playa: “su sex appeal y su capacidad de enajenar”, “espacio público donde la casi completa desnudez no es una excepción ni una infracción desafiante sino un principio de existencia”. Los que hacia allí se dirigen lo hacen “siempre más o menos tras lo mismo: las huellas de lo que era el mundo antes de que la mano del hombre decidiera reescribirlo”.

Publicación que busca su notorio propósito comercial de cara al verano, La vida descalzo es testimonio personal, memorias de infancia, análisis sociocultural y tratado sobre cine, entre otras cosas. E inaugura, según la solapa, “la biblioteca Alan Pauls en el sello Literatura Random House”.

© LA GACETA

PERFIL

Alan Pauls (Buenos Aires, 1959) es escritor, periodista, guionista y crítico de cine. Se licenció en Letras y fue docente de teoría literaria en la UBA. Publicó su primera novela, El pudor del pornógrafo, en 1984, a la que siguieron títulos destacados como Wasabi o Historia del llanto. Su novela El pasado ganó el Premio Herralde en 2003. Fue jefe de redacción de la revista Página/30, y subeditor del suplemento Radar, de Página/12.

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