Booktubers y bookstagrammers: ¿quiénes son?

Existe una nueva faceta de la comunidad por redes sociales: difundir literatura. Son jóvenes lectores con un fuerte mensaje para brindar.

30 Ene 2019
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(Por Karen Fernández) “Los jóvenes no leen”, suele escucharse con frecuencia. Es un prejuicio que tiene peso en la sociedad. Y sin embargo hay miles de jóvenes que aún prefieren los libros.

“Siempre fui muy curioso desde chiquito y termine interesándome por la lectura. Nadie en mi entorno lee. Así que empecé a usar las redes sociales para encontrar gente en la misma situación que yo. No me gustaba sentirme ‘raro’ solo por tener gustos distintos”, comenta Maximiliano Pizzicotti (19 años), de Córdoba con el nombre @thxboywthebooks. Hace cinco años que difunde los libros que más le gustan por redes sociales. “Empecé a subir fotos en Instagram y de a poco la gente interactuaba conmigo. Estaban en la misma situación que yo”, dice Pizzicotti.

Así nace esta otra cara de la comunidad por medio de las redes sociales.

Son jóvenes que se dedican a difundir su gusto por la lectura -la mayoría bajo un nombre artístico o seudónimo- y se hacen llamar “booktubers, bookstagrammers y bloggers” –BBB’s- (haciendo referencia al nombre de las redes YouTube, Instagram y Blogger). Desde sus cuentas se dedican a subir reseñas de libros, compartir lecturas y recomendar sus obras favoritas. Se comunican con fluidez y libremente, compartiendo lo que les gusta a sus seguidores que, por lo general, no superan los 30 años.

Este fenómeno de la comunidad lectora tiene su auge en España y en México donde se encuentran los influencers literarios con mayor alcance. En Argentina, cada vez son más los jóvenes que se crean su cuenta inspirados por ellos. Los influencers con más llegada del país están en Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba.

“Yo empecé hace cuatro años con una cuenta personal, pero subía libros porque me daba vergüenza subir mi vida privada”, relata Cristian Nicoletti (20), de Santa Fe bajo el nombre @Fanboy_arg, que tiene más de 4.000 seguidores.

“Es increíble la cantidad de amigos que tengo gracias a que me animé a contarle a la gente que me gusta leer; puedo debatir con ellos sobre muchos temas, y me doy cuenta de que no estoy solo. La única desventaja que veo es la falta de apoyo en cuanto a la difusión de las propias redes sociales: cuando entrás a alguna, ves maquillaje o publicaciones sobre moda, no difunden publicaciones de libros”, expresa Nicoletti.

Brenda Zlotolow (25), de Buenos Aires, bajo el nombre @queleoar, ya tiene 16.300 seguidores. Se unió a la comunidad por Instagram hace dos años y hace pocos meses creó un canal en YouTube. “Todo empezó después de haber terminado de leer ‘Cien años de soledad’; fue un libro que me marcó y me gustó tanto que no paraba de hablar con todo el mundo sobre él. Fue mi mamá la que viendo esa verborragia que tenía, me animó a empezar a hacer mis propias reseñas”, dice.

“Contagiar esas ganas de leer me hace muy feliz y que las redes sociales sean utilizadas para esto me parece súper sano. Estamos en tiempos donde internet está siendo observado con ojo crítico. A nosotros nos admiran por nuestro mensaje y porque, en general, tenemos un público muy joven que nos lee y con el que interactuamos. La gente se admira cuando les cuento la cantidad de libros que leo por mes”, agrega Zlotolow.

De a poco los jóvenes tucumanos se animan a empezar a compartir su pasión por los libros en internet. Aunque no hay duda de que consumen mucho este tipo de contenido y sueñan con asistir todos los años a la feria del libro en Buenos Aires, uno de los eventos culturales y editoriales más importantes de Latinoamérica donde tienen la posibilidad de conocer a estos “influencers literarios”.

¿Qué pasa en Tucumán con los bookstagrammers?

“Gracias a las recomendaciones que veo en las redes descubro los nuevos lanzamientos de las editoriales, y gracias a las reseñas puedo decidir cuál va a ser mi próxima lectura”, comenta Noelia Argüelles (16 años), una fiel seguidora de la comunidad de influencers literarios. “Es buenísimo que muestren que los jóvenes seguimos leyendo; los adultos piensan que ya no existimos”, agrega.

Verónica Navas (27) es tucumana y creó su blog @allthethingsiam hace seis años. “Después de ver videos de booktubers, me quedé con ganas de hacer algo parecido. Comencé a seguir blogs y me di cuenta de que prefería ese formato y que podía mejorar mucho mi escritura”, dice.

Entre las desventajas que tienen los influencers tucumanos, según Navas, figura que les resulta difícil participar de los eventos de las editoriales o de las firmas de autores, que en su mayoría se hacen en Buenos Aires. Además, los números que maneja la comunidad BBBs son menores a los de los demás influencers: un bookstagrammer que tiene 10.000 seguidores es uno de los más conocidos. Los que hacen otro tipo de contenido miden los seguidores por millones.

Agustina Barrionuevo (19), bajo el nombre @inlibros, dice que su idea era crear una cuenta con chicas de varios países. Al final lo concretó con Laura Montero, de España. “Participar las dos en la cuenta hace mas fácil tener contenido más seguido. Nuestro mensaje es que la literatura es universal. Nos une con personas de otros países. Tenemos barreras de distancia y también idiomáticas, pero los sentimientos que un libro transmite son los mismos para todos”, subraya.

Mercedes Gaitán (23), mejor conocida como “Mechi de @mafiaofbooks”, es tucumana y vive en Buenos Aires. “Me di cuenta que está todo concentrado acá. En las provincias no se les da tanta importancia a los influencers literarios. En los grupos que tenemos por redes hay mucha gente a la que le encantaría que se realicen eventos literarios en su ciudad. Sin ir más lejos La Feria del Libro en Tucumán que no fue”, reflexiona.

Gaitán explica que las editoriales apuestan a ellos para su difusión, en muchos casos, envían mensualmente sus libros para que estos jóvenes puedan leerlos y hacer su reseña. Los requisitos son: tener un piso mínimo de seguidores - el número depende de la editorial-, hacer buenas reseñas y ser constantes.

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