Nació hombre, después fue mujer pero se arrepintió

Conocé la particular vida de Martin/Kathrin Föhse. Todo lo que aprendió en sus dos etapas.

12 Feb 2019
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En 43 años de vida, Martin/Kathrin Föhse vivió plenamente ambos sexos.

Profesor de derecho administrativo de la Universidad de St. Gallen, Suiza, hasta los 32 años se comportó bajo esa identidad. Y entre esa edad y los 42 fue Kathrin y continuó desarrollándose profesionalmente como una abogada experta. Sin embargo, desde enero de 2018 quiso volver a ser aquel que supo ser: Martin.

Föhse se sorprendió de manera agradable en medio de estas metamorfosis: sus alumnos pasaron a tratarlo de "profesora" a "profesor" sin mediar ninguna explicación. Fue absolutamente natural.

De joven, no se sentía totalmente a gusto en su papel de hombre. A los 24 años comenzó una relación con otra joven estudiante llamada Anita. Pero como su femineidad crecía, y después de 10 años la novia decidió poner un sano punto final al vínculo, pese al amor que se tenían.  "En cierto modo, lo dejé porque quería a un hombre. Pero también puedes decir que me dejó siendo mujer", dijo ella.

En noviembre de 2008, decidió ser Kathrin, Föhse. Cambió su cabello, su peinado y su rutina. Anunció en su trabajo -un prestigioso bufete de abogados- que se iría de vacaciones dos semanas y regresaría como mujer.

Al regresar al estudio de abogados, solo un par de formalidades debieron cumplirse: la chapita de la puerta de su oficina, su nombre en el sitio web, su fotografía… no mucho más.

Sí sintió un cambio brusco en su vida diaria. Empecé a sentir que debía proteger más su cartera. Se dio cuenta de que no debía ir dos veces vestida de la misma forma a la oficina o la universidad. Que debía comer menos porque engordaba con mayor facilidad. Realizó una terapia hormonal para que la transformación fuera completa. Y funcionó.

Pero al poco tiempo, su trabajo en el bufete se terminó. Desde su cambio, conseguía cada vez menos trabajos. Sospechó siempre que se debió a su cambio de género. Dejó su puesto sin quejarse.

Si bien nadie la reconocía como un hombre y todos la veían como una mujer, Kathrin sentía que le faltaba algo. Se ausentó entonces de su nuevo empleo -Oficina Federal de Energía- dos semanas para someterse a la cirugía final. Aquella que la convertiría definitivamente en mujer.

Pese a algunas diferencias, continuó en el trabajo y consiguió audiencias en el Parlamento, en reuniones de comités asesores de energía. Se convirtió en una experta en esa área, habitualmente dominada por hombres.

Al poco tiempo conocería a una mujer, Akane, con quien tuvo su primera cita. A Föhse nunca dejaron de gustarle las mujeres, por lo que -piensa- en su nuevo rol era lesbiana.

En su primera cena, Kathrin le contó a Akane la verdad a medias. Le dijo que vivió 10 años con una mujer –Anita– pero no le revela que es un hombre reconvertido. La confesión fue intensa. Enamorada, Akane supo que debería también pelear contra Martin… el hombre que todavía estaba por algún rincón de la humanidad de su pareja. Convivieron ocho años.

Fue tan exitosa la carrera de Kathrin en la Oficina de Energía que fue promovida, recibió ascensos, participó de legislaciones revolucionarias para el sector nuclear y se convirtió en una de las voces más autorizadas de Suiza en la materia. Fue tentada para hacer política, al tiempo que fue convocada por la Universidad de St. Gallen para ser profesora de derecho.



Pero las dudas retornaron. Las hablaba con su amada Akane. ¿Cuánto tiempo más podrá soportar esta vida de (sobre) esfuerzo? Al de una mujer normal ella tiene que agregarle la impostada rutina de luchar siempre por ser una. Forzar su voz, hormonas, posturas. ¿Podrá soportar? ¿Y si vuelve a ser hombre? ¿Si regresa Martin?

En 2017, comenzó a inyectarse testosterona para volver a ser Martin Föhse. Otra vez sus colegas tomaron su cambio como algo natural.

"Se siente bien ser de nuevo Martin Föhse. Los últimos diez años han sido un momento muy gratificante y agradable para mí. Una gran experiencia que no quiero perder. Lo digo sabiendo que uno tiende a hacer las cosas más bellas en retrospectiva", dijo Martin al diario suizo en una entrevista.

Y explicó: "Los diez años como mujer me han ayudado a reconciliarme con mi lado femenino". En un encuentro con Anita, un mediodía de agosto de 2018, ésta le dice: "Creo que puedes ser feliz en ambos roles. Como hombre y como mujer". Es la persona que mejor lo conoce. No mintió. Eso es lo que siente Martin: que Kathrin sigue viva dentro de él.


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