La depresión y la ansiedad se magnifican entre los pobres

El Observatorio de la Deuda Social de la UCA dio a conocer un dramático informe. El trabajo advierte que, a menor nivel socio-económico, educativo y laboral, mayor es el malestar psicológico.

19 Mar 2019
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Las personas que se encuentran bajo la línea de pobreza (cerca de 16,6 millones de argentinos, según las últimas mediciones) presentan el doble de síntomas de depresión y ansiedad que el resto de la población. Así lo reveló un estudio del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) que señaló que esta situación también genera menor sensación de felicidad y falta de proyectos.

En un documento anterior, la UCA ratificó que el problema de la pobreza en la Argentina muestra “altos niveles de persistencia”, por lo menos, desde 2010. “Las relativas mejoras materiales y la ampliación de las políticas de protección social durante el último período no han sido suficientes para revertir los niveles de pobreza estructural”, señaló la entidad.

“Durante 2018, la inestabilidad macro-financiera sumada a los efectos de la sequía sobre el PBI agropecuario, consolidaron una crisis externa que terminó en una fuerte depreciación del peso, una aceleración de la tasa de inflación y una caída del salario real”, explicaron los técnicos de la UCA. “Esto implicó una caída del consumo interno y la entrada a un nuevo ciclo estanflacionario, con un fuerte ingreso de los sectores medios bajos a la situación de pobreza”, esgrimieron.

“No hay evidencias de una crisis-socio laboral extrema pero tampoco aparecen señales de recuperación. Solo se destacan algunas medidas parciales de compensación en materia de consumo interno y asistencia social”, dijeron. “En tanto se mantenga el actual escenario recesivo, sólo cabe esperar un aumento del desempleo, los trabajos de subsistencia y la precariedad laboral, y, por lo tanto, de las desigualdades estructurales que afectan al mercado de trabajo con efectos directos sobre la pobreza”, describieron.

El nuevo estudio, dado a conocer ayer por la UCA, hizo foco esta vez en las consecuencias psicológicas de la pobreza. El trabajo se realizó sobre 5.700 encuestados mayores de 18 años de hogares urbanos de todo el país durante el período 2010-2018 y arrojó que a menor nivel socio-económico, educativo y laboral mayor es el malestar psicológico y el déficit emocional y afectivo.

A modo de ejemplo, en 2018, el 33,1% de las personas bajo el nivel de pobreza presentó alta sintomatología de ansiedad y depresión, contra 17,2% de las personas no pobres.

“Para medir el malestar psicológico se elabora un índice que mide sintomatología ansiosa o depresiva en base a una serie de preguntas”, explicó Solange Rodríguez Espíndola, investigadora del informe denominado “Malestar Subjetivo (2010-2018). Asimetrías Sociales en los Recursos Emocionales, Afectivos y Cognitivos”. La psicóloga detalló que, a nivel de la población en general, un 20% de los entrevistados expresó tener sintomatología ansiosa o depresiva, y que los porcentajes son mayores en mujeres que en hombres y en la franja etaria de 35 a 59 años que en el resto de la población.

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