Terreno fértil para la violencia

Fragmento de Primavera sangrienta *

24 Mar 2019

Por Marcelo Larraquy

La violencia no fue la tormenta que emergió sobre un cielo azul. Ya estaba instalada en la Argentina. El autoritarismo militar, basado en el supuesto de que las Fuerzas Armadas debían operar sobre la cúspide del sistema político y guiar el destino del país por encima de la Constitución, generó un trasfondo de violencia que a su vez fue fortaleciendo el imaginario revolucionario.

La idea de revolución tenía horizontes diferentes para los grupos armados que la sustentaban. Para algunos, el regreso de Perón al país era el tránsito hacia un socialismo todavía no delineado; para otros, el modelo vietnamita y cubano superaba los límites del peronismo para la liberación de la clase obrera. Aun con objetivos, tácticas y estrategias diferenciadas, desde distintas organizaciones enfrentaron la dictadura militar que gobernaba el país.

Las Fuerzas Armadas no se habían llamado a sosiego. Entendían que las fronteras eran ideológicas y el enemigo era interno, en el marco global de la Guerra Fría.

Incluso antes de que la idea de la revolución, en la segunda parte del siglo XX, alimentara los sueños de la militancia política y/o armada, las Fuerzas Armadas ya estudiaban cómo eliminarla. La confesión basada en las torturas a sus militantes y la desaparición forzada de personas fueron los instrumentos para desarticular las organizaciones armadas. La desaparición del cuerpo impedía el conocimiento del hecho y protegía a sus ejecutores. En esta época se produjo en casos aislados. Luego, la técnica se perfeccionaría y se convertiría en una metodología del terrorismo de Estado.

A menudo se sostiene que la democracia no era un valor en la década de 1970. Es cierto. La democracia, entendida como democracia liberal, no estaba en la mente de ninguno o casi ninguno de los actores que atraviesan este libro. Ni siquiera de la sociedad. Desde el golpe de Estado de 1930, votar a un presidente en forma libre y sin proscripciones era un ejercicio que apenas había sido conocido dos veces en más de cuatro décadas.

* Sudamericana.

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